SHOSHÁN
(1)
“Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las especias, para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios. Yo soy de mi amado, y mi amado es mío.
Él apacienta entre los lirios.” (Cantar de los Cantares 6: 2,3)
de un bello ramo de lirios,
santo, bello, puro y franco,
con lirios de tono blanco:
la que exhibe en su simpleza
Salomón, con su esplendor
y hoy es símbolo y ejemplo
Allí cerca está un malvón
que al mirarlo se fastidia,
Pero el lirio en su expresión
de ser una flor tan santa,
lo tranquiliza y le canta
que a todos vendrá llovizna,
con la humildad de una brizna
que antes de flor, fue una planta.
que es la orquesta del afecto
y anuncia un lugar perfecto
al jardín y a las macetas.
Dos vidas cruzó, dos metas
que ya han tenido tres hijos,
y más nietos de esta unión
de diez lustros muy prolijos.
Las trompetas del shoshán
es del tiempo su guardián.
Del tiempo, ese cruel rufián
que es del óxido autoría,
y el fresco lirio la espía
pues le duele ese martirio,
y ella siente que hoy el lirio
Lirio, azucena, flor bella
fresca como una doncella.
No existe en el cielo estrella
que una dos vidas de a dos
¡Va mi gratitud, shoshán,
y por ti doy gloria a Dios!
© Rubén Sada. 14/11/2020.
(1) Shoshán. Nombre hebreo para el lirio, una flor natural de Siria e Israel. De esta palabra proviene el nombre “azucena”, como algunos nombran a esta flor en español, y el nombre femenino “Susana”. Es una de las flores más mencionadas a lo largo de toda la Biblia.