ENHEBRANDO DÉCIMAS
CON RAFAEL ESTÉVEZ
—Rafael Estévez—
Me leí un cuento cortito
que hablaba de un “joven Llanos”,
y que tenía entre sus manos
fósforos y que un fueguito
comenzó y todo el pueblito
al fin quedó iluminado,
un medioevo cocinado
se comió de buena gana
y por eso terminó en cana
y estuvo un tiempo encerrado.
—Rubén Sada—
El fuego es la poesía
que luz en la mente enciende,
y que aunque esté presa, prende,
e ilumina como el día.
El poeta, con hidalguía
su pulso no circunscribe
a una celda en la que vive…
¡el poeta traspasa muros
y aunque está preso en lo oscuro
alumbra con lo que escribe!
—Rafael Estévez—
Las ideas que recibimos
son letras que, con historias,
nos cuentan penas y glorias
que los humanos vivimos...
Y todo lo que escribimos
lo pasado y lo presente
aunque en tiempo diferente
debe dejar su mensaje
sin importar con qué traje
vaya en la vida la gente.
—Rubén Sada—
Muy bueno su pensamiento,
la letra prende o no prende,
pero lo escrito depende
de hacerlo volar al viento.
Esparcir los sentimientos,
que vuelen en lindas notas,
tan lejos como gaviotas
libres sobre raudos mares,
liberará muchos lares,
librará tierras remotas.
Las ideas, como el fuego,
incendian y se contagian,
y escribirlas es la magia
que daría luz a un ciego.
El libro nos da sosiego,
nos da saber, nos conecta,
con amistades correctas
que son culto de hermandad,
con el amor y amistad
que tienen personas rectas.
—Rafael Estévez—
Usted me dice gaviota
y así la rima es muy fácil,
ya de por sí el tema es grácil
y simple rima con nota.
Y su creatividad explota
ante lo cual me arrodillo
desenrédeme este ovillo
y hábleme de la mecánica
o si sabe de cerámica,
¡veremos si es tan sencillo!
—Rubén Sada—
Va una décima dinámica
por Rafael aquí prescripta,
y en su corazón inscripta
con poesía panorámica.
Quiere que hable de mecánica
pero no llego a esta meta,
al límite mi tarjeta
no alcanza para auto o moto,
el motor lo tengo roto:
ando a pie o en bicicleta.
No tengo conocimiento
del tema de la cerámica,
¿de arcilla
mesopotámica
se fabrica? O tal vez miento.
Para estos temas soy lento
pero atravesé su reto,
versé, aunque algo escueto,
hice dos décimas obvias,
¡hábleme de claustrofobia!
No deje su lápiz quieto.
—Rafael Estévez—
No crea que siento miedo
o que me causa temor
si es muy chico el ascensor
o pequeño donde accedo.
O si cual pollo al espiedo
me abraza estafilococo
sé que da fiebre de a poco
y te mata la infectada,
no me asusta para nada
la claustrofobia tampoco.
—Rubén Sada—
Veo aquí que le costó
encontrar rimas con fobia,
y escueta, la claustrofobia
apenas la mencionó.
Por esto, amigo, es que yo
le voy a dar otra chance,
y que no sea un percance
para que encuentre la rima,
vamos a ver si se anima
cuando mi “hipótesis” lance.
—Rafael Estévez—
La “hipótesis”, paso a explicar,
es simple suposición
y si hay algo de razón
se tendrá que demostrar.
Desde ya quiero aclarar
que su décima es errática,
nada tiene de simpática
pues tuve que tomar tónico
porque ahora estoy afónico
y tengo crisis hepática.
—Rubén Sada—
Para la crisis hepática
y si el hígado lo aqueja
tómese un té de carqueja,
o alguna hierba aromática.
Si su salud está maniática
y lo invade algún achaque,
que el miedo nunca lo aplaque,
hay que tomarlo con calma,
son los dolores del alma…
dolores del “almanaque”.
—Rafael Estévez—
El almanaque y su sello
seguro que algo se traen
aunque a veces nos distraen
con luces y algún destello...
Si bien yo perdí el cabello
a la vez gané experiencia,
el vivir es una ciencia
pero eso ya es otro asunto,
cierro décima y pregunto:
¿cómo anda de su dolencia?
—Rubén Sada—
Gracias por interesarse
amigo, por mi salud,
me sobra la juventud,
la dolencia va a curarse.
Mi musa aquí va a inspirarse
y mi décima le esbozo,
no peco de misterioso
y jamás perdí la cuenta:
¡hoy cumplo seis más cincuenta!
Todavía soy “buen mozo”.
—Rafael Estévez—
¿No peca de mentiroso?
Desconfío de usted, Rubén,
sepa, el mentir no está bien,
exagera con “buen mozo”.
Lo del cumple hasta es dudoso
cincuenta y seis usted acota
y aunque parezca remota
mejor tengamos certeza,
¡fíjese bajo la mesa!
¿No se le cayó una sota?
—Rubén Sada—
Con su rima, esta enhebro,
en versos relampagueantes,
que relumbran zigzagueantes
si en la mitad no me quiebro.
Su saludo aquí celebro,
porque sé de quién proviene,
responderé lo que ordene
con el sol de la amistad,
lo saludo en hermandad
bajo el rayo de Selene.
—Rafael Estévez—
Con esta décima estética
buena estilísticamente,
correcta métricamente,
y con nada de cosmética...
le deseo desde mi ética,
que hoy todo le sea elástico,
como en un rito eclesiástico
y en este cumple feliz,
se me come una perdiz
y lo pasa usted fantástico.
—Rubén Sada—
Le agradezco aquí, don Rafa,
su convocatoria amena,
el payar nos encadena
y en buscar palabras zafa.
Nunca el verso nos estafa,
y enhebrarlo es un honor,
más cuando hay buen humor
y la poesía hace bien,
saluda a usted don Rubén
deseándole lo mejor.
Autores: Rafael Estévez y Rubén Sada.
16-09-2016
Muchas gracias, amigo Estévez, por compartir estos versos.