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17 de marzo de 2013

ALMAFUERTE Y SU POESÍA (CAP 1 Y 2: Detalles de la personalidad de Pedro B. Palacios, por Antonio Herrero)

almafuerte poeta


ALMAFUERTE Y SU OBRA POÉTICA 

(por Antonio Herrero) BIOGRAFÍA 

Y CAPÍTULOS 1 Y 2

DATOS BIOGRÁFICOS




Pedro Bonifacio Palacios Rodríguez nació el 13 de mayo de 1854 en el partido de Matanza, provincia de Buenos Aires; murió el 28 de febrero de 1917 en su casita de La Plata, sita en la calle 66, número 530. Era el quinto hijo de una familia compuesta de siete hermanos, de los cuales sobreviven dos. Su madre, doña Jacinta Rodríguez, murió, todavía muy joven, en 1859. Su padre, D. Vicente Palacios, falleció en 1876 a los 56 años de edad. 
La infancia del poeta transcurrió en casa de sus abuelos, donde fue educado por una tía suya soltera, Carolina Palacios, a quien él nombraba madre y como a tal quería. En su artículo "La hora trágica" refiere Almafuerte las impresiones de su infancia y su primera educación, formada por lecturas de la Biblia y biografías de los próceres argentinos. Conforme afirma Emerson, los grandes genios tienen las más cortas biografías. Así la de Almafuerte es toda interior. Su vida estuvo siempre consagrada
a la enseñanza y al periodismo.
Educóse en la escuela del Pilar, sita en la calle Santa Fe, entre Montevideo y Paraná, en Buenos Aires ; y allí mismo empezó su oficio de maestro, que ejerció en aquella escuela durante cinco años, hasta 1875.
En las escuelas de Balvanera fue profesor de dibujo y declamación durante cuatro años. Aficionado al dibujo, en el que descolló, hizo una solicitud en demanda de pensión para estudiar pintura en Europa y le fue denegada.
Desde 1881 a 1887 ejerció el profesorado en Mercedes y Chacabuco. Desde 1887 a 1894, en que fue nombrado maestro de una escuela de Trenque - Lauquen, fue redactor del "Buenos Aires" de La Plata, de "El Oeste" de Mercedes ; fundó "El Progreso" en Chacabuco y redactó "El Pueblo" de La Plata. También fue durante dicha época maestro de escuela en El Salto, donde escribió su primera poesía "Interrogante" que empezó a hacer famoso su pseudónimo de Almafuerte.
Hasta 1896, en que fue declarado cesante—¡por carecer de título, él, que podía dar lecciones a todos los titulados! — ejerció de maestro en Trenque- Lauquen.

En agosto de 1896 se le nombró prosecretario de la Cámara de Diputados de la Provincia, cargo del cual se le despojó a los dos años, quedando el poeta entonces en la miseria, sin más recursos que una jubilación de 45 pesos. Para poder vivir con tan exigua suma, alquiló por 5 pesos un rancho de madera en las afueras de La Plata, acto heroico que le mereció el calificativo de loco.
Entonces atravesó la época más amarga de su existencia. Él, que necesitaba por imperioso impulso moral, socorrer toda miseria que a su puerta llamase, encontrábase privado hasta de lo más indispensable para su propia subsistencia. Abandonáronle sus antiguos admiradores y quedó convertido para las gentes en una especie de ogro maldiciente y misántropo, cuyas palabras eran como dardos penetrantes contra la vileza humana. En tal estado afligente y desolado, víctima de todos y de todo, transcurrió para el poeta una época amarguísima en la que apuró todo el escarnio y toda la barbarie de la injusticia y la estolidez de los humanos.
Al fin lograron unos amigos suyos que el gobierno de la Provincia le concediera una suma por concepto de jubilación con cuyo importe compraron para él la casa que habitaba, que gravó luego con hipoteca para servir a un mal amigo, que lo clavó.
En septiembre de 1913 dio sus lecturas en el Odeón, que si no tuvieron, ni remotamente, el éxito merecido, diéronle cierta aureola de triunfo algo tardío.
Después de estas lecturas dio algunas conferencias en distintos puntos del interior de la República en las cuales fue aclamado con fervoroso entusiasmo, mejorando muy poco, sin embargo, su precaria situación. Y en esa tarea incesante de enseñar y predicar,
joven aún y viril, en la plenitud de su intelecto, sorprendióle la muerte, sin que todavía se hubiese decidido a publicar sus obras, a pesar de tener ese propósito desde hacía largo tiempo, y haberle ya
hecho ofertas en tal sentido algunos editores. 
Para aliviar su pobreza, poco antes de morir, acordóle el Congreso una pensión de 200 pesos mensuales, previo un discurso apologético de Oyhanarte y otro del doctor Joaquín V. González, sancionándose por unanimidad en las dos Cámaras del parlamento la glorificación del poeta; primer caso en la Argentina.
Pedro B. Palacios














CAPÍTULO I: IDEALISMO DEL POETA

La obra entera de Almafuerte constituye un universo, un nuevo universo humano, superior al antiguo y más perfecto, aunque moralmente de origen antiquísimo. Hay en este universo un mundo social donde el hombre se revuelve y lucha, se somete y se humilla o se rebela y asciende, mostrando los resortes íntimos de su alma. Hay también un infierno pavoroso en que traman y meditan sus diabólicos, pérfidos planes, "los satanes, los malditos, los que nacen tenebrosos, los que son y serán larva, los que nunca, nunca en seco ... se podrán regenerar", y cuyo príncipe es el nefando, el "feliz Luzbel hediondo". Y encima de este infierno siniestro y fragoroso, como un cielo seráfico de paz, pero henchido de amor y de dolor, resplandece inmaculado y fulgurante el paraíso de los puros, donde moran los heroicos, los perfectos, los locos de ideal, los sicarios del bien, espíritus soberbios de modestia, gemas incorruptibles de diamante, los que son nebulosas de amor mismo, gotas puras del bien absoluto y también vasos infames del dolor.
Entre el paraíso y el infierno existe el purgatorio, donde trabajan y luchan, agitándose furiosamente como titanes encadenados, con rugidos de fieras enjauladas, los millones de siervos que transforman la tierra, que alimentan la vida, que repujan el globo, cual si fuese una joya ; la dolorosa "chusma sagrada", la informe recua humana prometeica, la innúmera caterva delirante, que por lo mismo que delira es bestia. Al margen del purgatorio, fuera de la evolución universal, progresiva y ascendente ; sumido en sombra y en sopor eternos, como imagen de lo yerto y de lo estéril, se halla el limbo, donde yacen y sueñan como espectros, los nulos y los idiotas, cuyas palabras cayeron a la nada sin nada de la Nada; los cobardes cuya espalda no puede soportar "ni dos haces de trigo" ; los inofensivos y correctos "que aguardan en silencio la implantación de cualquier reforma, para presentarse, después, con el plato en la mano para recibir su parte de pitanza, los canflinfleros del dolor eterno". Misionero y redentor, legislador y profeta de este universo, es el propio Almafuerte, quien después de absolver en su conciencia a todos, pues el más vil . . . es un alma destinada como el propio Jesús a su calvario, emprende la redención de los caídos para lo cual no predica el bien, sino que lo practica él mismo iracundamente, repartiendo su pan a los hambrientos y cediendo su lecho a los míseros ; implorando piedad y misericordia en favor de los débiles, para lo cual se puso "a los pies de tales reyes que no podrían ser ni sus lacayos" ; azotando con su látigo el rostro de los grandes y las espaldas de los siervos para empujarles al más allá; flotando, como un andrajo, en la cruz de los abyectos. 
En este universo estallan también las tempestades y florecen risueñas primaveras, brillan como relámpagos las maldiciones y restallan y braman los apóstrofes; sonríen los ideales, cual arcángeles, y brilla por encima, como un cielo, suprema y divina
aurora de bondad.
Tal universo es análogo al de la vida real, pero infinitamente superior ; en el universo humano reina la diosa Naturaleza ; rige Karma, el dios impío de la causa y del efecto. En el de Almafuerte, en cambio, preside toda la vida un ideal de bondad y de ascensión ; hay una ley moral inexorable que obliga a elevarse al hombre, que empuja a la ciega chusma hacia las áureas cumbres de la luz; que señala como cima y como meta el celeste reinado interior, la aparición del hombre moral, la forja atormentada y prometeica de
la sublime segunda naturaleza.
Pero a pesar de ser verdadero este universo moral, de la línea del hecho va tan distante como la más lejana de las estrellas. Y así ha pasado a millones de kilómetros por encima de las testas de los hombres actuales, sin que estos hayan, siquiera, sospechado la grandiosidad ideal que atesoraba.
La chusma, sin embargo, se ha retorcido de dolor e indignación, flagelada por los latigazos del Profeta; los satanes iracundos, le han inyectado el veneno de sus lenguas ofidias ; los que rigen "cual resaca" los destinos de la chusma le han cubierto con sus babas ponzoñosas y le han crucificado y afrentado en la infamante cruz de la Calumnia. Pero él ha seguido enhiesto, inexorable, hasta el último minuto, predicando su evangelio, azotando a los malvados, escupiendo su desprecio y su furioso anatema sobre las testas malditas de los Príncipes del Mal.
Tal ha sido el milagro que realizó Almafuerte. Sobre una tierra fecunda y promisoria en cuyas cumbres morales ha florecido el más alto idealismo, pero que vióse al fin invadida por la codicia universal ; en el desolante y árido desierto de la civilización presente, hecha de odios y de lucha, de avaricia y de concupiscencia, él por la sola virtud de su alma ubérrima, ha creado un mundo perfecto, regido férreamente por el Bien y el Amor, y cuyo centro y eje es la ley moral.
En este magno universo de Almafuerte no impera el sensualismo, no triunfa la mentira, no halla acogida el odio, ni predomina orgulloso y entronizado el mal; ni prospera la insaciable y vil codicia, como sucede en el mundo de los hombres.
Pero él no ha elaborado una utopía, no ha imaginado un mundo, fantástico, rosado e irreal, como suelen hacer los idealistas ; ha forjado y amasado con sus propias entrañas una vida más alta y un
hombre más perfecto ; ha descendido a los antros más sombríos de la civilización actual y se ha elevado a las cumbres del espíritu humano; y ha dictado su pragmática del bien con la soberbia de un César, el renunciamiento estoico de un cenobita y la fiebre de amor de un Francisco de Asís. Se ha elevado por encima de la Naturaleza, ha domado y subyugado los sentidos; ha borrado con su genio la realidad exterior y ha implantado el reinado del ideal, la dictadura suprema de la "Suma Voluntad de lo Perfecto".



CAPÍTULO II: ALMAFUERTE, O EL GENIO



Almafuerte ha sido una de las más completas, de las más integrales y perfectas encarnaciones del genio que hasta el presente hayan existido. Él mismo nos ha dado en su poesía "En el abismo" o "La canción de un hombre", al describir su propio espíritu, la más alta definición moral del genio. También está descrito magistralmente en su evangélica titulada "Para los que no nacimos genios". Es el genio una potencia formidable que concentra y enfoca en su  conciencia todas las fuerzas cósmicas, que posee una potestad enorme de creación; que transforma, descubre y realiza por sí solo

más que toda una raza, más que siglos enteros de labor paciente, más que el esfuerzo continuo de toda la humanidad.
La civilización entera es la obra exclusiva de los genios; ellos trazaron como arquitectos lo que los hombres, después, realizaron torpemente como inexpertos albañiles. Y es que el hombre vulgar — que en mayor o menor, grado lo somos todos los hombres fuera de los genios, — es un esclavo abyecto de la rutina y de la sensualidad ; ama sólo el placer de sus sentidos y se aferra al pasado ciegamente. El genio es, por el contrario, una violenta fuerza moral, una imperiosa voluntad ascendente, una potencia ideológica disparada hacia el futuro.
Existe en la masa humana tal inercia, tan terrible fuerza de gravitación hacia el pasado, que si los genios desaparecieran, y con ellos sus obras, es de temer que el hombre emprendiera el camino de la regresión y volviese a andar de nuevo en cuatro patas.
Porque el genio, es como un cóndor, que sólo habita las cumbres, que otea desde las cimas los vastos horizontes, que señala a los hombres las rutas ideales y hostiga a la recua inerte para que salga del pantano y ascienda a las alturas. Es el genio una síntesis; en él se encuentran y funden cual los colores del iris en el rayo de sol, los instintos más contradictorios y los más locos anhelos; y Almafuerte es una síntesis de síntesis, es una acumulación de humanidades; en él se reconcentran y depuran los productos de todas las civilizaciones con un ansia formidable de superación.
Y el genio de Almafuerte es de la más pura casta, de la aristocracia más excelsa; es un genio del Bien y de la Moral; fue aún más esencialmente moralista que Buda y que Jesús, quienes, sobre todo, eran dos grandes iniciados en la ciencia de la evolución y la ascensión espiritual, dos aristócratas interiores, uno de la inteligencia y el otro del espíritu.
Almafuerte ha sido un moralista puro. Ha puesto a la moral por encima de Dios y del destino, por encima de los orbes y de la Fatalidad. Ha hecho de la moral un cetro humano y la exclusiva potencia divinizadora. Ha hecho también, de ella, un yugo y una cruz para los malvados y los déspotas. Mas la moral de Almafuerte no es la moral histórica, ni convencional ; no es la moral del pasado, no es la moral del rebaño ni la del individualista; es una pura esencia de moral ascendente en que se funden los más supremos intereses del hombre con los de la humanidad. Almafuerte no abdicó jamás, no aceptó ni sancionó ningún error ; no transigió, como Jesús, con la vieja ley mosaica, con el bárbaro código judío. No transigió siquiera con el propio Jesús, de quien afirma:


"Cuando el Hijo de Dios, el inefable,

perdonó desde el Gólgota al perverso . .
¡puso sobre la faz del Universo
la más horrible injuria imaginable!
El perdón es la mácula de cieno
puesta sobre la clámide de un nombre...
¡Porque tengo amarguras ya soy hombre;
y porque soy un hombre, ya soy bueno."


El autor de "El Misionero" era una fuerza natural, virginal y espontánea, fatal y fulgurante ; era como un meteoro, como un bólido, como un sistema solar; pero era, al mismo tiempo, razón pura, conciencia luminosa, inexorable ley moral que conducía, como la escala de Jacob, desde los más oscuros antros del alma humana hasta el esplendor radiante del hombre-dios.

Y la genialidad, en definitiva, no es más que ley moral; de la obra del genio sólo queda el sentido moral que ha impuesto al mundo; la belleza es transitoria, como la fuerza; no son más que vehículos y envolturas de la ley moral; y cuando no son esto, no son nada.
Es en vano que Oscar Wilde, el genialoide, nos diga que la moral no le interesa; en sus obras, sin embargo, late un soplo ideal de bondad y de justicia, y las más grandes de todas las escritas por él son aquellas en que brilla más profundo el sentido moral: "La balada de la cárcel de Reading" y "De Profundis". No obstante su exquisitez, Verlaine se marchitará, como una flor, por no existir en él más que expresión y forma; y "Las flores del mal" le sobrevivirán porque aunque los miopes cerebrales no quieran reconocerlo hay en ellas un sano y elevado sentido moralista, un espíritu austero y religioso de individualización y de estoicismo.
La moral y el idealismo de Almafuerte son mucho más reales y vitales que los de los genios anteriores; no es como el Dante estático y ortodoxo, sino dinámico y libérrimo; no es, tampoco, un soñador, como los forjadores de utopías y los predicadores de religiones, desde Jesús y Platón hasta Swedenborg y Ahtich, que es el más realista de ellos. Con razón se sonreía Emerson de estos olímpicos inmortales que dialogan entre sí a través de los tiempos, en un idioma desconocido para los hombres, cual orates ilustres. Estos genios han imaginado que todos los hombres eran de su pasta. Hablan como si hubiese uniformidad en la evolución humana. Desconocen, por error magnánimo, la tremenda
diferencia de evolución que hay de unos hombres a otros. Parece que no se hayan enterado de que ellos se adelantan en millares de años a su propio siglo, de que han nacido póstumos, como dijo Nietzsche, y que todavía el hombre de las cavernas convive y se codea con el superhombre y aun con frecuencia dispone de sus destinos. Pero Almafuerte no se equivoca: ha bajado a los antros más horrendos de la proterva conciencia humana; él contempla y reconoce las realidades más pavorosas; no cierra los ojos voluntariamente ante el abismo que le separa del inferhombre; pero salva esta distancia con su trágico amor ilimitado hacia la chusma, a la cual, no obstante, asesta los más duros trallazos de su alma. 
El afirma iracunda y bravamente:

"Los hijos de la Sombra y el Prostíbulo
miente la Compasión, no se redimen".

Llama al pueblo a quien adora, y por quien se sacrifica, recua inmensa, chusma ruin, rey enfermo, vil canalla. Y al hablar de la cruz, la muestra como el signo que besan y besan las hordas que pasan. En "Apóstrofes" impreca airadamente a toda la humanidad con acentos tan rudos y violentos como no existen en toda la poesía universal, según demuestra la siguiente estrofa con que termina aquella poesía:


"Sí vacía, sí pomposa.

Sí ruin, sí delictuosa,
Sí maligna, sí cobarde,
Sí proterva, sí bestial humanidad.
Pon la faz arrebolada
Más abajo de la nada,
Más abajo, todavía,
Pues te voy a maldecir y apostrofar.

Soy tu padre, tu poeta,
Tu maestro, tu profeta.
Tu señor indiscutible,
Tu verdugo sin entrañas y tu juez. 
No me asustas : te domino,
Te someto, te fascino
Con la luz esplendorosa.
Con el hierro incandescente de la fe".



Este aspecto realista y viril suyo que espanta y horroriza a los estetas adamados, es una de las más altas cualidades de su genio y lo eleva por encima de los más grandes poetas conocidos.





Continuará....
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NOTA FINAL:

Es fundamental el presente estudio de Herrero sobre la escuela  moral del poeta. Nos dice : "El sentido moral es el solo centro y eje alrededor del cual gira toda la obra de Almafuerte . . . Porque Almafuerte nunca escribió por pasatiempo, ni con fines lucrativos, ni en calidad de artista. Escribía solamente cuando le apremiaba la necesidad interior de expresar una ley moral, de revelar un problema, un hecho del espíritu. Así, toda su obra es sólida y definitiva, de un máximo valor ideológico. Cada poesía representa un aspecto culminante de la evolución interna, de la evolución moral ; y cada evangélica (hay 200) es conjunto de sintéticas, originales y profundas enseñanzas. 

Su obra es dogmática, afirmativa y rotunda ; pero no es pontifical ni circunscrita. Él no cierra los límites del horizonte humano, sino los ensancha y los aleja"... "Es, por el contrario (la suya), una moral afirmativa, áspera y bravía como el mal, y fragante y delicada cual la inocencia y el bien"
Luego el noble amigo, discípulo y admirador del gran poeta, presenta en varias páginas una bellísima ordenación de las mejores evangélicas de Almafuerte, con forma impecable, claridad diáfana, y elevación moral incomparable. Se siente el lector en medio de un oasis de la vida, atraído por pensamientos de Marco Aurelio, por máximas de Buda, por moralejas del Nazareno, por fórmulas de vida sana, feliz y vigorosa, entre perfumes, armonías y manjares encantadores, que ascienden la personalidad humana a la virtud, a la perfección, al bien y a la luz. Si esas doscientas evangélicas de Almafuerte constituyen su tesoro de moralista, la selección y ordenamiento que presenta Herrero, son el cofre maravilloso que las contiene, adornado de pedrería resplandeciente. Aquí el discípulo está al nivel del maestro coloso, y es un gran honor para el ilustrado biógrafo.




20 de octubre de 2014

TEORÍA POÉTICA - PARTE A (De Emilio Víctor Pineda)

Emilio Víctor Pineda

Emilio Víctor Pineda

A



teoría poética
introducción

A.1. PRIMERAS PALABRAS

La poesía es un arte. Las artes nacen del corazón, pero la mente debe estar técnicamente preparada para que lo que dicta el corazón resulte una obra de arte. Querer hacer arte sin dominar la técnica es sencillamente una aberración, que lamentablemente se ha puesto de moda.

Escribir una prosa cuando uno tiene un acceso de tos, y, por dicho motivo, saltar de renglón cada vez que se tiene tos no es poesía.

Dijo una vez Juan Ramón Jiménez: “Poesía es la Esencia de lo Inefable y el Son de lo Inefable”.
Es decir, la poesía debe tener esencia y música, sino no es poesía, es cualquier cosa.

El conocer la teoría poética, no quiere decir que el poeta deba ceñirse estrictamente a ella, y los grandes poetas no lo hacen, incluso poetas de la Edad de Oro, como Góngora.
Pero, como decía Claude Debussy: "Puedo escribir música diferente a la de Bach, porque sé escribir perfectamente música como la de Bach".

En este trabajo trataré de informar lo más que pueda sobre la teoría poética,  pero también incluiré casos en que poetas han escrito cambiando a su criterio los preceptos, pero buscando la musicalidad de los versos.

En la parte teórica me basaré, sobre todo, en las enseñanzas de D. Calixto Oyuela, que fue el primer Presidente de la ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS.

A.2. PREGUNTAS Y RESPUESTAS

A.2.1. PREGUNTAS

¿Qué es la poesía?. ¿Para que sirve la poesía?. ¿Quiénes aman la poesía?. ¿Quiénes odian la poesía?. ¿La poesía está agonizando?

A.2.2 RESPUESTAS

Vamos a adoptar el Principio del Método de Descartes: Es decir dividir una problemática grande en varias más pequeñas, revisar si dos pequeñas no pueden incluirse en una sola, y comenzar a resolver la más sencilla, siguiendo con la segunda más sencilla y así sucesivamente.
Ya hemos efectuado una división, tal vez no perfecta, en las preguntas y vamos a comenzar por la que consideramos más fácil de resolver, y continuar en esa forma.

A.2.2.1 ¿QUIÉNES ODIAN LA POESÍA? Una respuesta fácil: ¡LOS TIRANOS!.

a.  Lo vimos en España cuando el franquismo fusiló a Federico García Lorca.
Dejó morir en una cárcel fría, oscura y húmeda a Miguel Hernández. Empujó al exilio a Antonio Machado y a su anciana madre, que murieron en Francia pocos días de pasar la frontera. Hizo que casi todos los poetas tuvieran que exilarse, aquí en la Argentina tuvimos al maravilloso gaditano Rafael Alberti. Juan Ramón Jiménez se albergó en Puerto Rico. Luís Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altolagruirre, en México. Jorge Guillén en los Estados Unidos y luego en Italia, Pedro Salinas en los Estados Unidos y luego en Puerto Rico.

b. Lo vimos en Chile, cuando los esbirros de Pinochet, revolvieron, rompieron, tiraron lo que había en la casa de Pablo Neruda. Lo único que podemos decir a favor del tirano es que, aun cuando Neruda estaba agonizando de cáncer, ordenó que se lo respetara y se le prestara atención médica.

c. Lo vimos en Francia cuando la tiranía de Napoleón III, que persiguió a Víctor Hugo, quien tuvo que refugiarse en Inglaterra.

d. Lo vimos en la Argentina, cuando el tirano Rosas persiguió a José Mármol y a Esteban Echeverría. También, cuando en la dictadura de Onganía, Rafael Alberti tuvo qué emigrar a Italia..

A.2.2.2. ¿QUIÉNES AMAN LA POESÍA? Todas las personas que tienen pensamientos humanos y sueñan con un mundo mejor.

  1. Así nos encontramos con el gran ateniense Pericles, cuando las Polis aliadas con Atenas pusieron dinero para terminar murallas, y Pericles prefirió primero realizar un anfiteatro con excelente acústica. Cuando los representantes de la otras polis le recriminaron por eso, Pericles dijo: Nos faltarán murallas pero tenemos poetas.

b. El General Charles de Gaulle, eminente estadista, que conversó con el alemán Adenauer después de la 2da guerra mundial, de terminar con las guerras en Europa, y sentaron las bases de la Comunidad Europea que nuclea ya a 27 países,  admiraba al gran poeta Paul Valéry, que como en España Juan Ramón Jiménez, emplearon lo que se denominó Poesía Pura. Cuando murió Paul Valéry, De Gaulle organizó en Paris una despedida fúnebre tan apoteósica como la que tuvo en su momento Víctor Hugo.

A.2.2.3 ¿PARA QUE SIRVE LA POESÍA?

  1. Para que la gente recuerde hechos o leyendas en su memoria.

a.1. Tal vez los primeros poemas largos, muy largos, fueron los griegos en torno a la guerra de Troya, que los griegos llamaron Ilión, de allí La Iliada. Los aedos (Αέοιδός) de esa época, repetían y agregaban hexámetros para alargar la leyenda, dado que la gente los escuchaba en las plazas públicas y les daba monedas. Llegó un momento en que pensaron en anotar las leyendas, para que no se perdieran, y entonces los griegos inventaron el alfabeto, que con muy pequeñas variantes todavía usan, y que 14, de las 24 mayúsculas griegas, aparecen después en el latín, y en gran mayoría de los idiomas europeos, que también cubren toda América y Oceanía, buena parte de África y algo de Asia. Al principio los griegos escribían como siguiendo las huellas de un arado, pero luego adoptaron la escritura de izquierda a derecha. Gracias a la Iliada y otros poemas relacionados, el científico alemán Heinrich Schliemann pudo descubrir las ruinas de una ciudad que casi con seguridad fue Troya, y además armas de bronce, porque el hecho ocurrió en la Edad del Bronce.

a.2. En España tenemos el Poema del Mío Cid, en varias versiones, de acuerdo con la imaginación de los trovadores.

a.3. En la Argentina tenemos el Martín Fierro, que lo escribió José Hernández en verso, no porque tuviera demasiado interés en ser poeta, sino para que los gauchos lo memorizaran y lo transmitieran.

a.4. Muchos hechos históricos, nuestros, españoles, uruguayos, hacían que muchas abuelas le dieran información histórica a sus nietos. Por ejemplo:
En España:

"Si Torrijos murió fusilado,
            no murió ni por vil ni traidor
que murió con la espada en la mano
defendiendo la Constitución."

Torrijos fue un general español que con un grupo de hombres armados desembarcó en Málaga, para iniciar una revuelta con el fin de que el gobierno tiránico de Fernando VII, aceptara una constitución. Fue engañado, y tanto él como todos sus hombres fueron fusilados.

Si la reina de España muriera
Carlos V quisiera reinar
correría la sangre española
como corren las olas del mar."...

En la Argentina:

"Si Jordán meditara sus hechos
 no usaría es blanca divisa
 que por siempre quedara manchada
 con la sangre sagrada de Urquiza."


Heroico Paysandú (Gabino Ezeiza)

"Heroico Paysandú, yo te saludo,
hermano de la patria en que nací,
tus triunfos y tus glorias ofrecerte,
te canto de mi patria como aquí.


Yo guardo este recuerdo de mi patria 
pegado en una brisa tu canción,
el hijo del temblor de tu saliente
tu más grande y sublime inspiración.


Hermanos en las luchas y en las glorias 
la mina de quien amo y su candor 
con ecos nacionales de la historia 
queriendo proclamarme vencedor.


Heroico Paysandú, yo te saludo 
la troya y gloria americana por tener
saludo a este pueblo de valientes 
y juro de los bravos treinta y tres.


Heroico Paysandú, yo te saludo 
hermano de la patria en que nací, 
tus triunfos y tus glorias ofrecerte
te canto de mi patria como aquí."


En la República Oriental del Uruguay:

"Santa divisa resplandeciente,
la que mi madre besó doliente,
y a mi sombrero blanco anudó,
cuando Saravia por vez primera,
con un retazo de mi bandera
también su blanco sombrero ornó."

a. 5. Federico García Lorca se inspiró para su obra de teatro Mariana Pineda, en una canción que entonaban las gitanillas de Granada:

"¡Oh! Qué día tan triste en Granada,
que a las piedras hacía llorar
al ver que Marianita se muere
en cadalso por no declarar.
Marianita sentada en su cuarto,
no paraba de considerar:
“si Pedrosa me viera bordando
la bandera de la Libertad”"

Este canto lo repite Federico al comenzar y finalizar su obra.


  1. La poesía ha servido también para alertar a los hombres sobre hechos que atentan a la vida y la dignidad humana.

b.1 Así tenemos a Rubén Darío, hablando contra el imperialismo en su poema Roosevelt (Se refiere a Teodoro Roosevelt)

Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aun reza a Jesucristo y aun habla en español.

b.2. Tenemos a Federico García Lorca que fustiga a la Guardia Civil por el maltrato
que daban a los gitanos. En su Romance a la Guardia Civil Española dice:

Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.

b.3. Tenemos al gran médico argentino y gran poeta, Ricardo Gutiérrez, que actuó como cirujano en la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, que escribió, en su poema “La Victoria”:

¡Ah! no levantes canto de victoria
en el día sin sol de la batalla;
que has partido la frente de tu hermano
con el maldito golpe de la espada.

b.4. Tenemos al poeta argentino Carlos Guido Spano, que levanta su protesta por la destrucción del Paraguay, en su hermoso poema NENIA, en el que emplea numerosas palabras en guaraní:

¡Llora, llora urutaú
en las ramas del yatay,
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú ­
¡llora, llora urutaú!

b.5.Yo mismo, con menor autoridad, he escrito poemas contra la guerra, uno de los cuales sobre la guerra de las Malvinas en mi Tango por soneto: “Tango del amor que no regresó.”

c. Y hemos dejado para lo último, pero tal vez sea lo fundamental, la poesía sirve para sublimar los sentimientos más puros, le belleza, la armonía, la rosa…

c.1. Las primeras poesías escritas en un idioma romance, es decir derivado del latín, si bien todavía en forma incipiente, son las jarchas, nacidas en la Andalucía mora. Dice al respecto D. Dámaso Alonso, quien fuera Director de la Real Academia Española: “Nuestra literatura -hasta el año 1948- comenzaba con el épico Poema del Cid,  del siglo XII. La investigación moderna ha lanzado un rayo de luz sobre la noche: la literatura española se ha hecho, de repente, un siglo más vieja. Y ya no empieza épica, ahora comienza encantadoramente lírica, con unas sencillísimas canciones de mujer enamorada. Y la primera lírica conocida, ya no es la provenzal, sino estas recién descubiertas jarchas mozárabes españolas”...
En su libro continúa con lo siguiente: “El lenguaje es tan antiguo, que en comparación parece de ayer el del Poema del Mío Cid. Algunas palabras árabes (li-l-habid, “por el amado”) se mezclan con el romance hispánico. Es una mujer de hacia 1100 la que canta:

Vayse meu corazón de mib,
ya, Rab, ¿si se me tornarád?
¡Tan mal mi doled li-l-habid!
Enfermo yed, ¿cuándo sanarád?”
     
 que en castellano actual sería:
                      
                        “Mi corazón se me va de mí                         oh, Dios, ¿acaso se me tornará?
 ¡Tan mal me duele por el amado!
             Enfermo está ¿cuándo sanará?”

c.2. Y vemos a Gustavo Adolfo Bécquer decir:
                       
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante el altar,
como yo te he querido, desengáñate,
      ¡Así no te querrán!"

c.3. Y vemos a Gabriela Mistral decir:
                        
Piececitos de niño,
azulosos de frío,
como os ven y no os cubren
      ¡Dios mío!


A.2.2.4. ¿QUÉ ES LA POESÍA? Esta es la pregunta más difícil de contestar y las respuestas, que las hay y son muy valiosas, dependen del pensamiento íntimo de cada uno de los grandes poetas que han opinado.

a. Vamos a comenzar por Gustavo Adolfo Bécquer, el más grande de los románticos españoles. Este poeta andaluz dice en su rima N° XXI

¿Qué es la poesía? – Dices, mientras clavas
             en mis pupilas tu pupila azul.  
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.

b. Juan Ramón Jiménez, otro poeta andaluz, premio Nóbel, dijo:
            
Es la esencia de lo inefable
Y el son de lo inefable.

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, es.
inefable. (Del lat. ineffabilis, indecible).1. adj. Que no se puede explicar con palabras.
Vale decir que la poesía sería le esencia y la música de lo inexplicable.

c. El poeta chileno Vicente Huidobro, en “Horizon carré” (Horizonte cuadrado” expresa lo siguiente:
            
            ¿Por qué cantáis la rosa? ¡Oh poetas!
            Hacedla florecer en el poema…
            El poeta es un pequeño Dios.

d. Gerardo Diego, poeta de la Generación del 27, que fue el que más se preocupó por estos detalles, llamémoslos académicos, se ocupó de recoger las opiniones de los poetas de su Generación. 
Veremos algunas:

d.1. La opinión de Federico García Lorca, fue la menos académica pero la más etérea, la más poética.
«Pero ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar, mirar, mirarlas, mirarle, y nada más. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía.
Aquí está: mira. Yo tengo el fuego en mis manos. Yo lo entiendo y trabajo con él perfectamente, pero no puedo hablar de él sin literatura. Yo comprendo todas las poéticas; podría hablar de ellas si no cambiara de opinión cada cinco minutos. No sé, puede ser que algún día la poesía mala me guste muchísimo, como me gusta (nos gusta) hoy la música mala muchísimo. Quemaré el Partenón por la noche, para empezar a levantarlo por la mañana, y no terminarlo nunca.
En mis conferencias he hablado a veces de la Poesía, pero de lo único que no puedo hablar es de mi poesía. Y no porque sea un inconsciente de lo que hago. Al contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios – o del demonio -, también  lo es por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema».
Federico, aparte de esto dijo refiriéndose a su Romance Sonámbulo en su “Conferencia-recital del Romancero gitano”: «Si me preguntan ustedes por qué digo yo “Mil pandero de cristal/ herían la madrugada” les diré que los he visto en manos de ángeles y árboles, pero no sabré decir más, ni mucho menos explicar su significado. Y está bien que sea así. El hombre se acerca, por medio de la poesía, con más rapidez al filo donde el filósofo y el matemático vuelven la espalda en silencio»

d.2. El malagueño Manuel Altolaguirre, el Benjamín de la Generación, dijo simplemente: «La poesía puede ser, como toda manifestación amorosa, un deseo y una creación, y el poeta, como todo enamorado, tiene que mirar con buenos ojos a la vida, que es la mejor musa, y con la que, al fin y al cabo, realizará su obra.»
Mi poesía ostenta como principal influencia la de Juan Ramón Jiménez, soporta la de D. Luis de Góngora, y se siente hermana menor de la de Pedro Salinas.

d.3. Jorge Guillén, poeta castellano. También enrolado en la Poesía Pura, dijo: «Poesía Pura es matemática y es química – y nada más -, en el buen sentido de esa expresión lanzada por Valéry, y que han hecho suya algunos matemáticos y químicos, entendiéndola de modo muy diferente, pero siempre dentro de esa dirección inicial y fundamental. El mismo Valéry me lo repetía una vez más, cierta mañana, en la rue de Villejust: Poesía Pura es todo lo que permanece en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía. Pura es igual a simple, químicamente.»
Agregaremos nosotros, posiblemente todo esto de la Poesía Pura sea una búsqueda por demás difícil que no se sabe a donde llegará. Posiblemente va en busca de la «esencia de lo inefable» que enunciara Juan Ramón Jiménez.»

d.4. En su contestación bastante profunda, el poeta castellano Pedro Salinas, el mayor de la Generación del 27, por lo que lo llamaban Don Pedro, dice en uno de sus párrafos «Llamo poeta bello, por ejemplo a Góngora, a Mallarmé. Llamo poeta autentico, por ejemplo a San Juan de la Cruz, a Goethe, a Juan Ramón Jiménez.»

d.5. Rafael Alberti, en unos párrafos de su contestación dijo «Los poetas que me han ayudado, a los que sigo guardando una profunda admiración, ha sido Gil Vicente, los anónimos del Cancionero y Romancero españoles, Garcilaso, Góngora, Lope, Bécquer, Baudelaire, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. »

d.6. Gerardo Diego, por último, redacta 9 sentencias que definen lo que él considera que es la poesía.

1. La Poesía es el y el no: el en ella y el no en nosotros. El que prescinda de ella – el de qué sé yo – vive entregado a todo linaje de sustantivos y supercherías, al demonio de la Literatura, que es sólo el rebelde y sucio ángel caído de la Poesía.
2. La Poesía es la encrucijada del Norte – Sur = Imaginación - Inteligencia con el Este – Oeste = Sensibilidad – Amor.
3. La Poesía no es álgebra. Es aritmética, aritmética pura. El álgebra es la Filosofía. La Literatura es todo lo más aritmética aplicada, aritmética mercantil, contabilidad.
4. La Poesía es la creación por la palabra mediante la oración, la efusión amorosa, la libre invención imaginativa o el pensamiento metafísico.
5. La Poesía biográficamente tiene su principio de Arquímedes que dice “Poesía es el volumen de anhelo espiritual que automáticamente ocupa el espacio desalojado por un volumen equivalente – casi un alma entera – de pasión humana concreta”.
6. La Poesía es la luminosa sombra divina del hombre. Sin él no existiría y, sin embargo, le precede y en cierto modo le causa.
7. La Poesía hace el relámpago, y el poeta se queda con el trueno atónito en la manos, su sonoro poema deslumbrado.
8. La Poesía existe para el poeta en todas partes, excepto en sus propios versos. Es la invisible perseguida que llega siempre demasiado pronto a la cita. En todo poema “ha estado” la Poesía, pero ya no está. Sentimos el calor reciente de su ausencia y el modelado tibio de su carne desnuda.
9. Creer lo que no vimos, dicen que es la Fe. Crear lo que nunca veremos, esto es la Poesía.

e. Juan Ramón Jiménez escribió: «Mientras no llegue un milagroso insospechado que nos diga algo mejor, me quedo con la definición antigua de Platón. Sí, para mí la poesía es algo divino, alado, gracioso, expresión del encanto y el misterio del mundo. (Divino quiere decir original, principal, ya que Dios en su nombre no es sino el principio y el origen.) Sustituir el espíritu por la forma, en poesía, es decir, dar literatura por poesía, entender lo absoluto como relativo, es lo mismo que suponer, a lo Jorge Guillén o a lo Góngora, a lo Lorca o a lo Garcilaso, que el cuerpo vale sin alma. Nadie sabe tampoco definir el alma, el espíritu, la conciencia. Pero si yo estoy hablándome y escribiéndome ahora de ellos, y tienen también nombre, es porque existen. (Para mí todo esto que digo es indudable, es mi fe.) » NOTA: hemos respetado la ortografía original del autor.

A.2.2.5. ¿LA POESÍA ESTÁ AGONIZANDO? …

a. La Poesía, como todas las artes esta aletargada. No, ni muerta ni agonizante. Es cierto que la gente no lee casi poesía. ¿Pero la gente dejó a la poesía, o los poetas dejaron a la gente? A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, hubo revoluciones en las artes. En la poesía: el modernismo, la poesía pura, el surrealismo, el ultraísmo… y luego se rompió con todo, como ocurrió en las demás artes, y  la gente se encuentra con poemas sin música, sin destellos, sin sueños, sin “poesía”.
Es bueno que todos los que quieran escribir poesía piensen en esto. Uno va a un restaurante a cenar una comida agradable, pero si le traen una comida sin gusto y un vino agrio, deja de ir al restaurante y prefiere ir a comer una hamburguesa y una bebida cola.
Es cierto que estamos en una sociedad de consumo y la gente considera más importante tener 5 celulares y no comprar un buen libro, y si compra uno, seguro es un best seller.
Empecemos, entonces, a pensar que un poema que escribimos, ya no es nuestro, pertenece a los posibles lectores.

b. Por otra parte lo dijo Bécquer, en su rima N° IV.

No digáis que agotado su tesoro,
De asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
Habrá poesía.

Y, romántico como era Bécquer, termina esta rima con:

Mientras sentirse puedan en un beso
Dos almas encendidas;
Mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!

c. Algo promisorio. Importantes empresas editoriales de España están imprimiendo libros monumentales. No conozco todo, con mi pierna que no me responde bien, no recorro librerías. Pero mi hijo mayor ha comenzado a regalarme libros de poesía. Por ejemplo:

c.1. POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27 – Antología  crítica comentada, de más de 500 páginas. Escrita por el Dr. Víctor de Lama

c.2.Toda la obra de RAFAEL ALBERTI, que alcanzará a ocho voluminosos tomos, cuatro de poesías, dos de prosa y dos de teatro.

c.3. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, LÍRICA DE UNA ATLÁNTIDA, que contiene toda la poesía que escribió el poeta en el exilio, comenzando con “Réquiem de vivos y muertos – Canto de Partida” que escribió al pasar la frontera de España a Francia. Libro de cerca de 500 páginas.

c.4. También recibí de Japón, un libro de Haicu, editado en Madrid, con poemas traducidos al español de quien se considera como el poeta más importante en el tema, Matsou Basho, que viviera en el siglo XVII, el libro está preciosamente ilustrado por el maestro Zen Taisan Deshimura.

Es lógico pensar que si las editoriales españolas se lanzan a publicar obras costosas, es porque muchos españoles leen poesía.


Por otra parte hay muchísimos certámenes poéticos en España, con  premios en efectivo, en euros, muchos de ellos en pequeños Ayuntamientos, para nosotros Municipalidades.

(Autor: Emilio Víctor Pineda)


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