VERSOS DE ALTO VUELO
—Edgardo Laluz—
Buen amigo, Rubén Sada,
lo saludo en este día
y le dejo mi poesía
en décima improvisada.
Cuéntele, si es que le agrada,
a este paisano chambón,
ya que en breve es la ocasión
deja el pago y su querencia,
¿cómo ha sido su experiencia
de viajar en un avión?
—Rubén Sada—
Amigo Edgardo Laluz,
lo seguiré en este encierro,
así como a Martín Fierro
lo escoltó su amigo, Cruz.
Al viajar en aerobús
no tengo miedo a la altura
porque tengo la cultura
de la golondrina hispánica
que sin miedo a cuenca oceánica
migra a España en su aventura.
—Edgardo Laluz—
Más de mil horas de vuelo
tengo desde corta edad,
como un ave de verdad
dejé mi marca en el cielo.
Aunque sufrí un desconsuelo
en aquella tardecita,
cuando ese señor me grita
y en su decir me argumenta:
“Ya cumpliste los cuarenta,
pa’ vos no hay más calesita”.
—Rubén Sada—
En el arte de volar
no hay temor que a mí me estruje,
vuela el relámpago y cruje
sin tenerle miedo al mar.
Mil vuelos pude elevar
con la fémina más bella,
treinta y tres años con ella
mil veces me llevó al cielo
y en acompasado vuelo
pudimos ver las estrellas.
—Edgardo Laluz—
Por lo que me está contando
usted es casi un astronauta,
y en versos me da la pauta
que es un experto al comando.
Yo, a las estrellas, volando,
también llegue decidido,
y en el sueño, sorprendido,
no va y me encuentra mi amada
acaballado en la almohada
con los brazos extendidos.
—Rubén Sada—
Una experiencia fantástica
brinda nativa aerolínea,
pone experiencia sanguínea
incluyendo arte y “plástica”.
La “pilota” es entusiástica,
bien aterriza y despega
por los pasajeros brega,
tiene clase, tiene estilo,
yo me quedo bien tranquilo
pues pilotea “la griega”.
—Edgardo Laluz—
Su postura es arriesgada,
en esa no lo acompaño.
Me desprendo del rebaño
por la “pilota” nombrada.
Aunque está muy bien formada
y dibujadas sus zonas,
sus pechos son dos bordonas
que vibran en el escote…
tengo temor que le exploten
en vuelo las siliconas.
—Rubén Sada—
Me hicieron tanto problema
por exceso en el quilaje
que el peso, que el equipaje…
el asunto está que quema.
Yo le dije: “Usted blasfema,
la maleta me la embarca,
no soy ningún oligarca
pues mi bodega está en línea,
y en cambio, nuestra ‘Aerolíneas
tiene vacías las arcas’”.
—Edgardo Laluz—
No tiene quién lo respalde,
sólo usted sigue esa línea,
viajando en una aerolínea
manejada por Recalde.
Tal vez las cuentas le salde,
aunque, pa’ mí es imposible.
Le cuento que es muy factible
le pidan en un rincón,
antes que suba al avión…
¡la plata pa’l combustible!
—Rubén Sada—
Antes que suba al avión…
esto sí que fue otra historia,
que opacó mi trayectoria
de hombre macho y bien varón.
Le acerté doble intención
al policía amanerado
que me dijo entusiasmado:
“¡Lo tengo que ‘revisar’,
porque aquí intentan pasar
contrabando camuflado!”
—Edgardo Laluz—
¡Lo que cuenta no me extraña!
Perdón si sueno atrevido.
Usted viaja muy seguido,
no digo que tenga mañas.
Mas, si el señor lo acompaña
lejos de meterlo preso,
si descubre de ex profeso
cuando al palparlo se expande,
que el contrabando es muy grande…
¡seguro que le da un beso!
¡seguro que le da un beso!
—Rubén Sada—
sufriendo están, atentados,
carretean suelos minados
con riesgo de una explosión.
La “pilota del sillón”
puso bombas en la pista,
con intención narcisista,
de endilgar muy mala suerte.
¡Que la patria arranque fuerte!
¡Despegará! Ya está lista.
La pilota de este vuelo
se la pasó improvisando,
ocho años carreteando
sin poder llegar al cielo.
Ella cumplió sus anhelos…
decepción en el pasaje.
Hoy después de tanto ultraje
y a pesar de los reveses,
el diez, como tantas veces…
¡salimos en otro viaje!
—Rubén Sada—
Despegamos de la mano
uniendo vuelo de versos…
—Edgardo Laluz—
Llegamos al universo
como dos buenos paisanos…
—Rubén Sada—
“Unidos sean los hermanos”
con décima improvisada…
—Edgardo Laluz—
Carreteamos la payada
más ligero que avestruz…
—Rubén Sada—
Despegó Edgardo Laluz
en vuelo con Rubén Sada.
Autores: Edgardo Laluz y Rubén Sada.
Payada escrita mediante
Facebook el 2/12/2015.