EL POLAQUITO
(Rubén Sada)
Amigo mío, ¡salud!
Estimado Eduardo Miño,
lo invito con este guiño
a demostrar su virtud.
Provoquemos un alud
de fantástica poesía,
que la opinión sea guía
y dé luz a este problema:
“el polaquito” es el tema
que me inquieta en este día.
(Eduardo Miño)
Le voy a dar mi opinión
ya que me he puesto al tanto,
por eso es que le adelanto
al ver la televisión.
Ha de ser la situación
que por creerse varoniles,
delincuentes juveniles
a sus víctimas maltratan,
las roban, violan y matan
mas, no llegan a seniles.
(Rubén Sada)
Es verdad y le diré:
No hay chorro que llegue a viejo,
cada niño es el espejo
de lo que su padre fue.
El ejemplo que le dé
cada patriarca a su niño,
la educación y el cariño
marcan buenos atributos
y producen buenos frutos,
estimado amigo Miño.
(Eduardo Miño)
Lo que más me hace pensar
de este delincuentito
apodado el “Polaquito”
es cómo lo han de encausar.
No lo pueden apresar
y viene atemorizando,
algo allí está tambaleando:
más jóvenes los delincuentes,
más sectores obsecuentes
y la justicia fallando.
(Rubén Sada)
Amparan al delincuente
hoy los derechos humanos,
mientras sus sangrantes manos
asesinan a inocentes.
Con violencia omnipotente
roban, saquean y violan,
hasta a colegios asolan
sin la mínima piedad,
el pendón de la crueldad
con sus armas enarbolan.
(Eduardo Miño)
(Eduardo Miño)
No podemos ser culpables,
aunque sea joven de edad,
su alta peligrosidad
los hace muy vulnerables.
Si son irrecuperables
y no se pueden curar,
los queremos contemplar
con todos los criminales,
castigarlos como iguales
con la justicia ejemplar.
(Rubén Sada)
La justicia no es justicia
si el respeto es cosa musga,
si al menor no se lo juzga
por su conducta impudicia.
Si el pibe tiene malicia
y su mano estuvo armada,
si no es su existencia honrada
y causa muchos desmadres,
la educación de sus padres
no se reemplaza por nada.
(Eduardo Miño)
¿Qué le pasa a la justicia?
Cosas que no quiere ver,
que nos dejan entrever
tanto poder y codicia.
Tapa de tanta inmundicia
de quien debe legislar,
a delincuentes aislar,
sean grandes o sean chicos,
sean pobres o sean ricos,
por sabernos resguardar.
(Rubén Sada)
Si hubiera sido poesía
el ejemplo de su tata,
no el arma con que se mata
de noche en la calle fría…
habrían puesto su energía
en enseñarles valores,
a ser poetas y cultores
y en artísticos caminos,
en vez de criar asesinos
habrían criado payadores.
(Eduardo Miño)
Lo que usted dice lo asiento:
mejor matar la ignorancia
con libros, desde la infancia,
por eso, pongo el acento:
¡El libro, buen armamento!
Si es de poesía, mejor.
Cambia la vida el color
¡que en desgracia, lamentarlos
y tener que encarcelarlos
por justicia sin valor.
(Rubén Sada)
Dosis de libros y escuela,
de arte, deporte y pupitre,
los protegerán del buitre
del delito que flagela.
A mí el alma se me hiela
cuando veo al malandraje
y aquí adhiero a su mensaje:
hay que enseñar y educar
para el delito evitar
en carcelario paisaje.
(Eduardo Miño)
¿Qué haremos para creer
que no todo está perdido,
y no sentirnos rendidos?
La fe habrá que proteger.
Buenos ejemplos proveer,
que sean como bendiciones
para las generaciones
sin delincuencia vivir,
viendo a la patria parir
rapsodas a las naciones.
(Rubén Sada)
Poniendo
este corolario
nos
despedimos aquí...
(Eduardo Miño)
Fue hermoso lo que aprendí
con tan
buen vocabulario.
(Rubén Sada)
Sería
extraordinario
educar
y dar cariño…
(Eduardo Miño)
De
voluntario me tiño
y lo
abrazo en la enramada…
(Rubén Sada)
Lo
saluda Rubén Sada
con
afecto, Eduardo Miño.
Autores: Rubén Sada y Eduardo Miño