Mostrando las entradas con la etiqueta RAFAEL SARMIENTO ENRÍQUEZ. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta RAFAEL SARMIENTO ENRÍQUEZ. Mostrar todas las entradas

29 de abril de 2020

DOS INTRÉPIDOS EN GLOBO (Diálogo en décimas)


DOS INTRÉPIDOS EN GLOBO

 —Rubén Sada— 1
Hoy ya volé con Joel
y él resultó ser probo,
ahora lo invito a un globo
al intrépido Rafael.
Y si es que se anima él
daremos vuelta al planeta,
con alguna rima inquieta
y un tema que nos concierne,
será chico Julio Verne
al ver a nuestro poeta.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 1
Claro que si invitas tú,
Cuba es Londres, hay apuesta,
y volar es una fiesta
donde seré Paspartú.
Despedidas, interviú,
el globo toma figura,
el fuego bajo la holgura
de su abdomen a la tela,
inflama y le grita: “¡Vuela,
sé libre, gana la altura!”

—Rubén Sada— 2
De arriba la Torre Eiffel
parece muy chiquitita,
ten cuidado la puntita,
no pinche el globo, Rafael.
En África hay un vergel
y otro en el Amazonas,
veo águilas juguetonas
de alta montaña en Los Andes,
y hay murciélagos muy grandes
en Wuhan y en esas zonas.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 2
Saluda una mantarraya
que el Mediterráneo cruza,
y es como una hipotenusa
en China la gran muralla.
Notre Dame humeante encalla
en un mar todo ceniza,
y por la joroba avisa
en el paisaje que corre,
la figura de una torre
que vamos pasando Pisa.

—Rubén Sada— 3
Ahora estamos por Italia,
qué chico es el Coliseo,
desde las alturas veo
los canguros en Australia.
Al final, qué chica es Galia
desde nuestra gran altura,
los viajes nos dan cultura
y el viento nos acaricia,
el viaje ha de ser noticia,
novela y literatura.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 3
La Galia desaparece
y es España, ese tesoro
de versos del siglo de oro
quien en la mira aparece.
De flamenco se estremece
la cesta del globo nuestro
que llora cuando un secuestro
de estupidez, plomo y horca
van distorsionando a Lorca
en las páginas, maestro.

—Rubén Sada— 4
Parece un charquito el agua
y una simple gota el Índico,
tengo que llamar a un síndico
del Canal de Nicaragua.
De arriba es el Aconcagua
un terrón de arena fina,
y en Misiones, Argentina
pierde un chorro el Iguazú,
que hasta es un suave tisú
la niebla que se aglutina.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 4
Pone en la mirada trampas
de anchura por su exención,
la agreste y bella región
de tus tan amadas Pampas.
Mira bajo Tampa, estampas
mar azul y un verde tan
olivo que a Superman
el vuelo no le provoca,
por no caer en la boca
de habano y ron del caimán.

—Rubén Sada— 5
Se ve contaminación
y una conducta muy mala,
y se ve en los bosques tala
por siembra de corrupción.
Nos dieron la solución
de energía sin carbono,
y un mundo limpio pregono
pues nos han comisionado
emparchar, dejar cerrado
el agujero de ozono.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 5
El smog dificultaba
un mes antes la visión,
pero hoy la situación
con la enfermedad curaba.
El agujero cerraba
la puerta a los rayos UV,
y yo hasta un grito contuve
viendo transparencias tales
que en venecianos canales
de entrar a puntito estuve.


—Rubén Sada— 6
Ya volamos por Ucrania,
cuidado, no nos derriben,
que dos poetas escriben
con la décima de España.
Veo, no hay en Alemania
ni un pedacito del muro,
podrá ser que fuera oscuro
y el mañana alumbra sol,
más brillante que charol
será el hombre del futuro.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 6
Ucrania, abedul, sutil
nevada sobre el Ural,
pero aun queda la fatal
historia de Chernobil.
Alemania ya es abril,
el muro cayó, las manos,
quitan escombros insanos
pero ojo, profesor,
que aun hay traza de terror
oculta entre los germanos.

—Rubén Sada— 7
Ahora vamos por Groenlandia,
al Polo Norte es el viaje,
y un abrigado equipaje
nos hará falta en Finlandia.
¡Abrígate, que en Islandia
juntaremos en derroche
todo el tachonado broche
y tocaremos estrellas,
de cerca se ven bien bellas:
¡tiene veinte horas la noche!

—Rafael Sarmiento Enríquez— 7
Tanta noche, no distingo
entre brumas y vapores,
de geiser a los mejores
paisajes del clan vikingo.
Aquí da igual si es domingo,
sábado, lunes, qué helado
todo a la vista, alelado,
estoy por tanta blancura,
donde flota la figura
de un témpano sin pecado.

—Rubén Sada— 8
Pongamos proa hacia Asia,
querido amigo Rafael,
tenga suerte el timonel
más que el avión de Malasia.
Y con intrépida audacia
volemos sobre la China,
derramando lavandina
y que caiga como lluvia
contra el virus que diluvia
con la pandemia asesina.


—Rafael Sarmiento Enríquez— 8
Hagamos los dos a coro
con el verso más sincero
sobre este planeta entero
un aguacero de cloro.
Que no afecte un solo poro
la sufrida humanidad,
y esta, que en su necedad
de acumular todo arrasa,
comprenda que estar en casa
es vital necesidad.

—Rubén Sada— 9
Queda poco recorrido,
viajamos setenta y nueve,
vimos de arriba la nieve
sobre el Éverest ungido.
Julio Verne, confundido
nos envió sus cantares,
aterricemos en lares
que si se acaba el gas helio
tendremos nuestro sepelio
en el fondo de los mares.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 9
Vamos descendiendo, pues,
como la lógica manda,
y verás como se agranda
lo que pequeñito ves.
La torre Eiffel a los pies,
el viaje aquí se termina,
vaya aventura divina
que sobre un aerostático
globo en modo acrobático
la ensoñación ilumina.

—Rubén Sada— 10
Termina la vuelta al mundo
del bello planeta azul,
la noche su negro tul
descuelga a cada segundo.
Peregrino vagabundo
fue nuestro viaje turístico,
y en un recorrido artístico
con el estilo Espinel,
dimos vuelta carrusel
con un globo, al Globo místico.

—Rafael Sarmiento Enríquez— 10
¡Ochenta días! ¡Qué loco
el viaje que culminó!
Dos y un globo, cómo no,
se puede viajar un poco.
Incluso sin el sofoco
del nasobuco molesto,
ahora levantando el gesto
del adiós en cada mano,
de ti me despido, hermano,
y sigo en el mismo puesto.


—Rubén Sada—
Demos gas al quemador
de poética en el globo...

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Y en los dos versos que englobo
vaya un mensaje de amor.

—Rubén Sada—
Con tu vuelo director
en la ochentava jornada...

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Apostamos a que en cada
día habría sentimiento...

—Rubén Sada—
Volaron Rafael Sarmiento
en globo con Rubén Sada.

© 29/04/2020. Rubén Sada y Rafael Sarmiento Enríquez.



14 de abril de 2020

NORTE, SUR, ESTE Y OESTE

🌐NORTE, SUR, ESTE Y OESTE🌐



🔘   NORTE: Reinaldo Figueroa.
🔹SUR: Rubén Sada.
🔸ESTE: Joel Márquez Sánchez.
OESTE: Rafael Sarmiento Enríquez.


🔘NORTE 1🔘
Norte, Sur, Este y Oeste
Miami, con Argentina
México, Cuba, imagina,
¡no hay un mapa como este!
Rima, verso, sol agreste,
cuatro idénticos caminos,
sinsonte con cuatro trinos,
sueños, que ya son desvelos,
que van de los rascacielos
hasta los montes andinos.
🔹SUR 1🔹
Soy de abajo, soy el “Sur”,
punto cardinal fantástico,
en el nadir mi onomástico
festeja el final del tour.
Con el cielo más azur
se confunde el mar más puro
mi virginidad procuro
reservar al no nacido,
aunque todo se ha extinguido
yo les reservo el futuro.
🔸ESTE 1🔸
Yo me presento, soy "Este"
punto cardinal bendito,
donde nace el erudito
sol por espacio celeste.
Aunque trabajo me cueste
mantenerme en Internet,
en mi poético set
voy a dejar colocado
sílabas de mi costado
servidas como en buffet.
OESTE 1
De esta brújula el Oeste
Rubén Sada me entregó,
el Norte a Rei le tocó,
a Joel dieron el Este.
Sada, esté atento y que preste
atención en este albur,
que con ojos de lemur
atienda este recorrido,
que Este y Oeste han venido
junto al Norte a ver el Sur.
🔘NORTE 2🔘
Hago al oro un adjetivo
para vestir mis ocasos,
Norte, tú le diste abrazos
a mi paso inofensivo.
Soy el Norte, donde vivo
alegremente feliz,
aquí planté mi raíz,
aquí tengo mi lucero,
Norte te admiro y te quiero
casi igual que a mi país.
🔹SUR 2🔹
¡Abájense, amigos puntos,
y conozcan mi vergel!
Dirijan su timonel
a mi sur, todos bien juntos.
Concéntrense en los asuntos
de brotar vida en el suelo,
vuestro refugio es mi anhelo
que los dirige a la luz,
aunque hoy cargue con la “cruz”
en la tierra y en el cielo.
🔸ESTE 2🔸
A todos los comensales
de la décima espinela,
les digo que mi voz vuela
con efectos especiales.
Cuatro puntos cardinales
hay en todas direcciones,
y contienen tus pulmones
de mi oxígeno celeste
porque siempre tendrá el "Este"
versos para las regiones.
OESTE 2
Oeste que me recuerda
lo que a nadie se le escapa,
que voy encima del mapa
correctamente a la izquierda.
En mí termina la cuerda
que tiene todo el control.
Soy tras la aurora un bemol,
enterrador que le nombra
a la noche cada sombra
entre sepelios de sol.
🔘NORTE 3🔘
Mercados abarrotados
soy en las buenas y malas,
mi águila tiene en sus alas
diamantes por ambos lados.
Yo soy con cincuenta estados
mejor que mis semejantes,
mira si son importantes
las huellas al caminar,
que hoy el norte es el hogar
de millones de emigrantes.
🔹SUR 3🔹
Quiero exponer mi alegato
en cuitas de canto triste,
perdonen, ¡el sur existe!
¡Mi suelo sufre maltrato!
Víctima de mi sustrato
me están talando Amazonia,
secan pampa y Patagonia,
y mis montañas más láureas
sollozan lágrimas áureas
en Los Andes de Peronia.
🔸ESTE 3🔸
Yo resucito al ocaso
que en el ayer se perdió
porque el "Oeste" me dio
las diez huellas de su paso.
Sur, no sientas el fracaso
de un olvido imperialista,
mas enjuga de tu vista
la tristeza y ten soporte
de alegrías como el Norte
que en eso ya es un artista.
OESTE 3
Me nombran y lo primero
que llega hasta nuestra mente
es la figura valiente
del solitario llanero.
El indio en un desespero
de dólares pereció,
el hombre blanco implantó
la ley del mata y pregunta,
que aún Billy the kid apunta
contra el mundo en que nació.
🔘NORTE 4🔘
Soy el norte, soy progreso,
soy elegancia, soy porte,
soy cuño en el pasaporte
hecho con tinta de beso.
Más realidad que bostezo
de angustia sobre la almohada,
no puede asombrarme nada
de tu Oeste, Rafael,
ni del Este de Joel
y menos del Sur de Sada.
🔹SUR 4🔹
Va asomando Meridión
en el mar de la acrimonia,
¿Por qué lloras, Patagonia,
soledad, desolación?
Seguirás siendo el pulmón
que el oxígeno contenga,
y perdóname esta arenga
que tiene ahínco y pujanza:
“¡Mi sur les dará esperanza
cuando el norte no la tenga!”
🔸ESTE 4🔸
Bien, entonces se creen mucho,
¿y esperan que yo les crea?
Pues yo soy la panacea
del mundo cuando yo lucho.
Ahora que los escucho
parlotear así no más,
se olvidan que mi compás
es mayor sin que me reste,
importancia porque el "Este"
es el que les brinda paz.
OESTE 4
Por Greenwich se ha decidido
quién es quién en este mundo,
pero el Oeste fecundo,
Este podría haber sido.
Norte y Sur han aprendido
por mí los días a contar,
Este, muy a su pesar,
a horarios de rotación,
debió enviar a Colón
para riquezas hallar.
🔘NORTE 5🔘
Toda brújula me cuida
en el punto de su centro,
para llegar a mi encuentro
hay quien pierde hasta la vida.
Soy solución en la herida,
perdón les pide mi mente,
saben que soy diferente,
distinto es mi pasaporte,
pero para ser el Norte
tengo que ser prepotente.
🔹SUR 5🔹
De mi océano de sal
se alimenta todo el mundo,
porque es un perol profundo
del más rico pez austral.
Desde el mar meridional
los saluda este delfín,
abrazando en el confín
al este, oeste y al ártico,
y en mi reservorio antártico
está el fin del mundo: ¡el fin!
🔸ESTE 5🔸
De mi parte la hora "cero"
no me quieran presumir
que Greenwich quiso decir
que yo no soy el primero.
Yo solo soy compañero
de aviones, de embarcaciones,
de estrellas, constelaciones
y espero no les moleste
pero tiene que ser "Este"
el “punto” es su corazones.
OESTE 5
El norte eterno ladrón
de conquistadora hueste,
robó a Sur, Este y Oeste
de la tierra al corazón.
Hoy ser la única opción
grita que es en sus portales
pero los hijos leales
gritan desde la distancia,
devuélvele la abundancia
a los puntos cardinales.
🔘NORTE🔘
Hagamos la del final
que el jardín del sentimiento...
🔹SUR🔹
Dé a tantas rosas del viento
cada punto cardinal.
🔸ESTE🔸
Los cuatro somos de igual
objetivo en el planeta...
OESTE
Y la estrofa se completa
con el Norte, el Sur, el Este,
y el siempre olvidado Oeste,
juntos en una veleta.
🌐
© 14/04/2020.
 

24 de marzo de 2020

RAYOS CONSONANTES


RAYOS CONSONANTES


—Reinaldo Figueroa—
Con sus rayos Consonantes
mi décima es sol que aflora,
con diez luceros de ahora
en el mismo cielo de antes.
Mezcla de Miguel Cervantes
y de Vicente Espinel,
un diccionario de miel
escrito en rojas pasiones
para que dos corazones
vivan en la misma piel.

—Rubén Sada—
Para que dos corazones
vivan en la misma piel,
se juntaron tu clavel
y tu rosa de pasiones.
Formaron lindas uniones
y de ese fruto bendito,
ha nacido un pimpollito
prueba de la bendición
que solo tiene un campeón
que se ha transformado en mito.

—Reinaldo Figueroa—
No sé si la bendición
con su mirada despierta,
ha traspasado la puerta
roja de mi corazón.
Soy el manantial que con
su sueño de ola y de sal
saltó desde el parietal,
hizo grande el desafío
y se está volviendo río
con tu afluente mental.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
“Cuyo verso está bendito”,
así dijo Rubén Sada,
argentino, que es espada
improvisando o escrito.
Por eso yo me permito
como tatuador sin piel,
dejar del modo más fiel
este verso de mensaje,
luz, sol, bendición, tatuaje
de ideas sobre un papel.

—Reinaldo Figueroa—
Soy bendición, aleluya
y mi rima ahora más crece
por todo lo que le ofrece
aquí la prédica tuya.
Mientras que Sada construya
el altar de lo divino,
seré quien en el camino
de la palabra se empapa,
porque Sada es como el Papa
del consonante argentino.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Con su afluente mental
corre más raudo tu río,
y el charco que llamo mío
suspira ante el manantial.
Tres maneras de un cristal
líquido que aquí se junta,
uno, el mío, que pregunta,
otro, el tuyo, que contesta
y el de Sada que es la fiesta
que tiene el filo en la punta.

—Reinaldo Figueroa—
Mientras sea, Sada el mar
tan azul en quien confío,
yo llevo hasta él mi río
y lo hago desembocar.
Porque eso es como abrazar
un mundo lejano, extraño,
y voy aunque me haga daño
al mar inmenso y profundo,
no llega a un mar todo el mundo
y menos de ese tamaño.

—Rubén Sada—
Vamos juntos a nadar
en un mar de poesía,
vamos juntos este día
con el sol a festejar.
Vuestros rayos van a guiar
por una playa amistosa,
a nuestra mente curiosa
que de décimas va ávida
correteando por la ingrávida
pasión de la nebulosa.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Es tal su profundidad
que si del muelle me zafo,
solo con un batiscafo
recorro su inmensidad.
Azul que con saciedad
te alfombra todo el camino,
oleaje donde el marino
mece sueños de horizonte,
si en vez de loro, un sinsonte
lleva al hombro el argentino.

—González Rubier—
En medio de enormes mares
y monumentos escritos,
zarparon enormes gritos
de décimas ejemplares.
Tres poetas estelares
que llenan día tras día
corazones de alegría
con ese verso profundo
y van recorriendo el mundo
a través de la poesía.

—Reinaldo Figueroa—
Rafael, tú tienes algo
de diamante y de rubí,
cuando yo estoy junto a ti
es cuando mucho más valgo.
Me parece que cabalgo
en un potro de cultura,
y va mi cabalgadura
tan confiada al galopar
sin tenerme que aguantar
del pico de la montura.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Será que por tu caballo
aprendí lo que es carrera,
o que por tu guayabera
supe qué es feria de mayo.
Por tu canto sé del gallo
plumado despertador,
como sé que en el color
del Pinar que llevas dentro,
que el verde sale al encuentro
esperanzando al amor.

—Rubén Sada—
Esperanzando al amor
del futuro ponen proa,
Rafael y Figueroa
y un humilde seguidor.
Desde Cuba al Ecuador
y de Argentina hasta el polo,
mueve nuestra vela Eolo
con la inspiración del viento,
y entre Reinaldo y Sarmiento
Rubén no se siente solo.

—Reinaldo Figueroa—
El día que Rubén Sada
abre el sol de su espinela,
mis aguas tienen escuela
de manantial y cascada.
La corriente perfumada
salta desde la pendiente,
se agita rápidamente
entre arrullo y murmurío,
convirtiéndose en un río
el arroyo de mi mente.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Mira lo que es el teatro
que en la cuenta se equivoca,
que los que abrieron la boca
no fueron tres, sino cuatro.
Yo que esta estrofa idolatro
no quiero que tú en la prisa,
de sudarnos la camisa
recortes nada tu idea,
que el que con versos pelea
aquí no se minimiza.

—Reinaldo Figueroa—
Si quieres que corra aprisa
dame esperanza de un mar,
que va a venir a abrazar
mi agua con manos de brisa.
Te entregaré la sonrisa
de un agua tan dulce y pura,
hecha de literatura
y es posible Rafael,
que nos confundan la piel
en la desembocadura.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
En la desembocadura
nos podrían confundir
cuando nos vieran venir
sobre potros de agua pura.
Pero al rato tu figura
sería de más nitidez,
mientras la mía al revés,
se iría descomponiendo,
porque yo ya estoy haciendo
mis trillos a la vejez.

—Reinaldo Figueroa—
La nieve tal vez, quizás,
te pintó de blanco el pelo,
pero aún cruza por tu cielo
el cometa más fugaz.
No hagas caso a Satanás
si te viene a confundir,
que tú no te vas a ir
del guateque de gargantas,
menos cuando tienes tantas
cosas buenas por decir.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Mi pelo es fatalidad
de nieve para alto vuelo,
porque me pintan el pelo
los barberos de la edad.
Yo ya pasé la mitad
del tiempo al que no has llegado,
tú eres futuro inspirado
entre juveniles muecas
y yo entre las bibliotecas
no he incluido mi legado.

—Reinaldo Figueroa—
No te sientas condenado
entre lo triste y la mueca,
que la mejor biblioteca
la tienes en el costado.
Tienes el mejor legado
de frase y de rimas buenas,
de gardenias y azucenas
para redimir antojos,
en esos jardines rojos
que florecen en tus venas.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
En el jardín de mis venas
entre rosa y alelí,
hay abejas que por ti
me repletan las colmenas.
Pero en líricas escenas
junto al toque del laúd,
los versos como un alud
de metáforas te crecen,
porque ellos favorecen
primero a la juventud.

—Reinaldo Figueroa—
Tú no me creas tan joven,
no soy una primavera,
se me muere de ronquera
por los años mi Beethoven.
Es triste ver que nos roben
lo alegre que se incrementa,
también en mí ya se ausenta
la risa entre los abrazos,
te estoy siguiendo los pasos,
lo que tú no te das cuenta.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Rei, tu Beethoven es rico,
mi Mozart va en retirada,
solo es joven la mirada
al contar cincuenta y pico.
Cuando mi voz fue abanico
más que brisa, fui huracán,
mas los años que nos dan
con agilidad se fugan,
y el verbo ir nos conjugan
en presente, pues se van.

—Reinaldo Figueroa—
 Yo no quiero conjugar
el verbo de la partida,
mejor démosle a la vida
dos alas para volar.
Una que me hable de mar,
otra de valle y bajío,
una de tabaco y frío,
otra de azul verdadero,
para ver a Varadero
bañando a Pinar del Río.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Mejor conjugar regreso
que partida hacia el ocaso,
mejor bienvenida, abrazo,
que adiós, nos vemos y un beso.
Mejor carne, sangre y hueso
que mármol triste y sombrío,
mejor guateque y bohío
por el tema de un te quiero,
para ver en Varadero
vegas de Pinar del Río.

—Reinaldo Figueroa—
 Conjugo mejor mi rima
en la segunda persona,
decir mi amigo razona
y es el que mejor camina.
Tu décima es quien me anima
en el verbo del intento,
nunca conjugo el lamento
si quien más a mí me ayuda,
a nadie le cabe duda
de que es Rafael Sarmiento.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Si soy ayuda en tu andar
y brújula en tu terreno,
no es mucho, si Nazareno
eres tú para mi altar.
Tú eres balsa si hallo mar,
caballo si voy a pie,
taza si quiero café,
guano cuando estoy sin techo,
y si se vacía el pecho:
amor, esperanza y fe.

—Reinaldo Figueroa—
Tú eres también, Rafael,
del pie de mi inspiración,
para caminar bastón
con una curva de miel.
El renglón donde el papel
mejor nivela su trazo,
para mi sed eres vaso
de agua clara y transparente,
eres con tu sol naciente
la brújula de mi paso.

—Rubén Sada—
Me halagan vuestras menciones,
creo no merecer tanto,
apenas suena mi canto
entre vuestras oraciones.
Lealtad a sus atenciones
que me honran a granel,
ese sentimiento fiel
también vaya por vosotros,
dos juglares, ¿qué? ¡Dos potros
en el prado de Espinel!

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Del mar de las espinelas
Sada, tú eres luz de un faro,
entre huracanes amparo
para cordajes y velas.
Por ti hoy son nuestras espuelas
relucientes como rayos,
pero que donde los gallos
cantan después de matar,
aprendieron a sembrar
vida como hacen los mayos.

—Rubén Sada—
Anduve medio atareado
editando nuestro libro,
mas, de este encuentro calibro
¡qué nivel que han alcanzado!
Son potros corriendo el prado
del arte de improvisar,
más veloces que un jaguar,
rayos cual fugaz estrella,
vuestra décima es la bella
que yo no puedo alcanzar.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Su décima tiene tanto
o más arte que la mía,
porque haciendo poesía
es igual a la que canto.
Yo, que ante nadie me espanto,
el verso suyo respeto,
por eso cuando en inquieto
avatar de la escritura
alguien me exige cultura
lo busco como amuleto.

—Rubén Sada—
Usted es fuerza de viento,
es el pampero, es el zonda,
usted Sarmiento es la honda
que a David convirtió en cruento.
Lo mejor de usted, Sarmiento,
es que lleva con afán
a modo de capitán
del barco de donde estoy,
que si su amuleto soy,
usted es mi talismán.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Amuleto y talismán,
así de unidos seguimos,
uvas del mismo racimo,
lava del mismo volcán.
Espiral de Leviatán,
Atlántico y duplicado,
dos manzanos y un pecado,
dos costillas para Eva,
dos alumnos y una prueba
de excelente resultado.

—Rubén Sada—
Usted es punto y es cántico,
usted es guía y es brújula,
usted es la rima esdrújula
del Pacífico al Atlántico.
Usted, Sarmiento es romántico
y es maestro en esta escuela,
del arte que se modela
con el don de la palabra,
y hace siempre abracadabra
modelando la espinela.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Dentro de una carpa artística
somos una rima mágica,
haciendo décima trágica
en temporada operística.
Usando un poco de mística
vamos aliviando el tráfico,
para que no sea sáfico
el verso en una temática,
hacemos con matemática
gramatical nuestro gráfico.

—Rubén Sada—
Usted siempre me persuade
a la bondad más benigna,
nunca huye de la consigna
y la talla como al jade.
Jamás la esdrújula evade
y su décima de artista
de su altura nunca dista.
Festejaré con coñac
que usted, Sarmiento es un crac
del deporte repentista.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Un crac yo, que casi ciego
llegué a patear el balón,
y ni siquiera a crayón
llevo número en el juego.
Que siempre en todo me entrego
puede resultar verdad,
mas, no soy ni la mitad
de lo que en soñar me antojo,
pero en su mira está el ojo
benigno de la amistad.

—Rubén Sada—
Ante su décima arisca
mejor me escapo de juerga,
porque en sus versos alberga
ingenios de su nevisca.
La fuerza de su ventisca
me da miedo y no le miento,
me esconderé en el convento
sagrado de su amistad,
refugiado en su bondad,
querido Rafael Sarmiento.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
No se esconda en mi convento
sin torre, y menos campana,
soy un cura sin sotana
frente al altar de un lamento.
Sada, soy tan solo un cuento
que se acaba a la mitad,
pero por mi necedad
se estira y llega hasta el alba,
donde del callar se salva
por la voz de la amistad.

—Rubén Sada—
Yo soy un simple aprendiz
que tiene todo y le falta,
la nevisca de su alta
cumbre de blanco matiz.
Su amistad es directriz
para seguir en su huella,
queriendo alcanzar su estrella
y escalar allí en su cumbre,
la estrella que me da lumbre
y en el ingenio destella.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Tengo la cumbre nevada
por insomnios tormentosos
que saben de los dichosos
pellizcos de la estocada.
Pero a la izquierda mi aldaba
suena si llama un amigo,
y comparto horno y trigo
para que cuezan el pan
aquellos que hambrientos van
partiendo su fe conmigo.

—Rubén Sada—
A su décima gloriosa
mi verso rinde alabanza,
la amistad en la balanza
pesa más que cualquier prosa.
Mientras mi mente reposa
usted le pone fervor,
eso que versa mejor
dice que es tan solo un cuento,
ínclito poeta Sarmiento:
¡será el cuento del amor!

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Yo no tengo el pedigrí
de una familia poeta,
no hay en mi historia completa
juglares; solo salí.
Llegué de cuarenta y
me hice improvisador,
del tropezón al error,
pero cuando no fue tanto
el error, me entregó el canto
su anillo de eterno amor.

—Rubén Sada—
Su décima es terremoto
que derriba mi castillo,
me ara, pasa el rastrillo
extingue fauna en mi coto.
No alcanzo ni a copiloto
pues su décima domina,
y a mi avioneta la inclina
llevando todo mi aporte
directamente a su norte
desde el sur de mi Argentina.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Haré que su nave suba
y si es que acaso se inclina,
es porque desde Argentina
vuele directo hasta Cuba.
Ron de caña y vino de uva
suelen combinar muy bien,
y como tengo el sostén
de su verbo diferente,
haré de tangos un puente
para visitarlo en tren

—Rubén Sada—
Usted tiene algo valioso
que es la amistad en el gen,
y le agradece Rubén
tanta agua de su pozo.
Con un abrazo afectuoso
me despido desde aquí,
no hace falta pedigrí,
ni historial, ningún prontuario,
le alcanza con el erario
del maestro Naborí.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Gracias, amigo Rubén,
dejaré en esta jornada,
mil gracias maestro Sada,
multiplicadas por cien.
Yo las guardaré también
en el baúl del latido,
y cuando en un recorrido
de versos me encuentre flojo,
la llevaré hasta el ojo
con que nos mira el oído.

© Reinaldo Figueroa, Rafael Sarmiento Enríquez, Rubén Sada y González Rubier.
23/03/2020.

Con tu visita yo vibro./ Tu regalo apreciaré,/y te obsequiaré mi libro/ si me invitas un café.

Invitame un café en cafecito.app