14 de enero de 2017

A HORACIO GUARANY

Horacio Guarany junto a José Larralde.
Dos de los máximos exponentes del folklore argentino.

A HORACIO GUARANY

  
Desde el núcleo de mi alma
con mis pómulos hidrófugos,
mis versos se escapan, prófugos,
dirigiéndose a mi palma.
Me enteré que se fue en calma,
pero su miel dejó aquí,
voló como el camoatí
con alas de un diapasón,
de luto está la canción:
“se fue Horacio Guarany”.

Guitarrero y pescador,
cantor entre los cantores,
se ganó entre los autores
el pedestal del honor.
Padecimiento y amor,
al espanto grita y muerde,
por el que sufre, el que pierde,
por el peón que se persigna
y llora un llanto que indigna
"lágrimas de Plumas Verdes".

Cantor de nueva esperanza,
cantor de luz y alegría,
con el pueblo y la poesía
has firmado firme alianza.
Legado es tu remembranza,
de honesto y fiel trovador,
por el sufriente dolor,
canto que aquí reverencio,
y ante el canalla silencio:
"que no se calle el cantor".

Esta noche mil guitarras
desangran al infinito,
se fue el cantor, mas su grito
mil corazones amarra.
Su mensaje es la moharra
de una copla inquebrantable,
vaya aquí mi canto amable
y el vino de mi poesía,
a quien cantó en rebeldía,
"igual que un potro indomable".

¡Nunca te calles, cantor!
¡Sé la luz del oprimido!
Nunca te des por vencido
y encomiéndate al Señor.
Me ilumina tu fulgor,
el bien que tu surco labra,
que tu canto siempre abra
las puertas de la justicia…
Tu siembra recién inicia,
¡sembrador de la palabra!


Autor: © Rubén Sada.
Homenaje a Horacio Guarany, fallecido el 13 de enero de 2017
en su residencia "Plumas Verdes", Luján, Buenos Aires. (ARG)

Poemas relacionados:

¿POR QUÉ SE CALLARON LOS CANTORES? (Soneto)




9 de enero de 2017

COLIQUEO (Poema contra el bullying, racismo, acoso, maltrato psicológico, xenofobia y discriminación)

COLIQUEO

 “No te rías de un colla que bajó del cerro, 
que dejó sus cabras, sus ovejas tiernas, sus habales yertos;  
no te rías de un colla, si lo ves callado, 
si lo ves zopenco, si lo ves dormido.
[…]
No te rías de un colla que está en la frontera 
pa'l lao de La Quiaca o allá en las alturas del Abra del Zenta; 
ten presente, amigo, que él será el primero en parar las patas 
cuando alguien se atreva a violar la patria. 


No te burles de un colla, que si vas pa'l cerro,
te abrirá las puertas de su triste casa, tomarás su chicha,
te dará su poncho, y junto a sus guaguas,
comerás un tulpo y a cambio de nada.”[…]

(Fragmento del célebre poema “NO TE RÍAS DE UN COLLA”,
Autor: Fortunato Ramos).

LA HISTORIA DE COLIQUEO:

Desde su Jujuy natal
bajará al sur, Coliqueo,
de cerviz gacha lo veo,
en lejana tierra austral.
El frío le sienta mal
y allá lejos lo enviaron,
de su casa lo arrancaron
por cumplir con el “deber”,
soldado no quiso ser,
pero a serlo le obligaron.

Coliqueo, bien varón
y en esto pongo una tilde:
de rasgo oscuro y humilde,
su respeto es tradición.
Víctima de explotación
desde muy temprana edad,
ir del campo a la ciudad
representó una tortura,
y aunque era fuerte su achura
débil fue su libertad.

Coliqueo era callado,
muy difícil su amistad,
y aunque era todo bondad
era bastante cerrado.
Él creció mimetizado
en soledades andinas,
cual cardo entre las espinas,
sólo amigo de su tierra,
no le gustaba la guerra
ni las armas asesinas.

Era más bueno que el pan,
nunca enfrentaba enemigos,
y a la hora de hacer amigos
no tuvo incipiente afán.
Los que en la montaña están
tienen infancia muy dura,
desdichados en la altura
de una puna que los pena,
trabajar es su condena,
sometidos a locura.

Hoy lo hallamos firme aquí,
disfrazado de soldado,
Comodoro lo ha citado
y él, valiente, dijo sí.
Nunca imaginó que allí
entregaría su niñez
reventando del estrés
de hostigamiento mayúsculo,
y en un lúgubre crepúsculo
retaría a la estupidez.

Pues de burla fue un objeto,
de sus compañeros tontos,
que para cargadas, prontos,
le faltaban el respeto.
Epítetos, en concreto
como “boliviano inculto”,
se tornan en cruel insulto,
como un balazo en su mente,
y usando su FAL hiriente
se fue haciendo el niño adulto.

Aquí está, noche de guardia,
y en sus manos un fusil,
un casco y un proyectil
cuidando su retaguardia.
Adrenalina en vanguardia
que en silencio sepulcral
dicta el instante fatal,
el del fin de la chacota,
y en su casco el punzó brota
con furia descomunal.

Yo estoy en mi calabozo
luchando contra la sombra,
y una estampida me asombra,
sobresalto tenebroso.
Finalizó el duro acoso,
lo decidió Coliqueo,
su presente era muy feo,
padeció dieciocho años,
los pedazos de su cráneo
mandarán juntar al reo.

Su suicidio fue encubierto
por no manchar el legajo
de un teniente, que a destajo
no quiso “a su cargo” un muerto.
Hoy yace en sepulcro yerto
con un letrero “N.N.”,
la tumba que lo contiene
lanza a gritos el guarismo:
¡Basta de burla y racismo!
¡Que nuestra hermandad resuene!

Al narrar mi verso trato
de decir que NO al acoso,
no al martirio, no al destrozo
del bullying que es el maltrato.
Fuerte historia este relato
del que ve que discrimina
con una impronta dañina,
con burlas y xenofobia,
la actitud resulta obvia:
estamos en Argentina.

Rubén Sada. (09/01/2017) 
En memoria del soldado clase 1960 Coliqueo, muerto por la estupidez humana más grande: el racismo y la discriminación, orígenes de la guerra. 
Comodoro Rivadavia, Chubut, invierno del año 1979.

"La pasión puede ser destructiva y feroz cuando la mueven el fanatismo y el racismo. La peor de todas, la que ha causado más estragos en la historia, es la pasión nacionalista", (Mario Vargas Llosa).



8 de enero de 2017

ENHEBRANDO DÉCIMAS CON RAFAEL ESTÉVEZ

ENHEBRANDO DÉCIMAS
CON 
RAFAEL ESTÉVEZ

—Rafael Estévez—
Me leí un cuento cortito
que hablaba de un “joven Llanos”,
y que tenía entre sus manos
fósforos y que un fueguito
comenzó y todo el pueblito
al fin quedó iluminado,
un medioevo cocinado
se comió de buena gana
y por eso terminó en cana
y estuvo un tiempo encerrado.

—Rubén Sada—
El fuego es la poesía
que luz en la mente enciende,
y que aunque esté presa, prende,
e ilumina como el día.
El poeta, con hidalguía
su pulso no circunscribe
a una celda en la que vive…
¡el poeta traspasa muros
y aunque está preso en lo oscuro
alumbra con lo que escribe!

—Rafael Estévez—
Las ideas que recibimos
son letras que, con historias,
nos cuentan penas y glorias
que los humanos vivimos...
Y todo lo que escribimos
lo pasado y lo presente
aunque en tiempo diferente
debe dejar su mensaje
sin importar con qué traje
vaya en la vida la gente.

—Rubén Sada—
Muy bueno su pensamiento,
la letra prende o no prende,
pero lo escrito depende
de hacerlo volar al viento.
Esparcir los sentimientos,
que vuelen en lindas notas,
tan lejos como gaviotas
libres sobre raudos mares,
liberará muchos lares,
librará tierras remotas.  

Las ideas, como el fuego,
incendian y se contagian,
y escribirlas es la magia
que daría luz a un ciego.
El libro nos da sosiego,
nos da saber, nos conecta,
con amistades correctas
que son culto de hermandad,
con el amor y amistad
que tienen personas rectas.

—Rafael Estévez—
Usted me dice gaviota
y así la rima es muy fácil,
ya de por sí el tema es grácil
y simple rima con nota.
Y su creatividad explota
ante lo cual me arrodillo
desenrédeme este ovillo
y hábleme de la mecánica
o si sabe de cerámica,
¡veremos si es tan sencillo!

—Rubén Sada—
Va una décima dinámica
por Rafael aquí prescripta,
y en su corazón inscripta
con poesía panorámica.
Quiere que hable de mecánica
pero no llego a esta meta,
al límite mi tarjeta
no alcanza para auto o moto,
el motor lo tengo roto:
ando a pie o en bicicleta.

No tengo conocimiento
del tema de la cerámica,
¿de arcilla  mesopotámica
se fabrica? O tal vez miento.
Para estos temas soy lento
pero atravesé su reto,
versé, aunque algo escueto,
hice dos décimas obvias,
¡hábleme de claustrofobia!
No deje su lápiz quieto.

—Rafael Estévez—
No crea que siento miedo
o que me causa temor
si es muy chico el ascensor
o pequeño donde accedo.
O si cual pollo al espiedo
me abraza estafilococo
sé que da fiebre de a poco
y te mata la infectada,
no me asusta para nada
la claustrofobia tampoco.

—Rubén Sada—
Veo aquí que le costó
encontrar rimas con fobia,
y escueta, la claustrofobia
apenas la mencionó.
Por esto, amigo, es que yo
le voy a dar otra chance,
y que no sea un percance
para que encuentre la rima,
vamos a ver si se anima
cuando mi “hipótesis” lance.

—Rafael Estévez—
La “hipótesis”, paso a explicar,
es simple suposición
y si hay algo de razón
se tendrá que demostrar.
Desde ya quiero aclarar
que su décima es errática,
nada tiene de simpática
pues tuve que tomar tónico
porque ahora estoy afónico
y tengo crisis hepática.

—Rubén Sada—
Para la crisis hepática
y si el hígado lo aqueja
tómese un té de carqueja,
o alguna hierba aromática.
Si su salud está maniática
y lo invade algún achaque,
que el miedo nunca lo aplaque,
hay que tomarlo con calma,
son los dolores del alma…
dolores del “almanaque”.

—Rafael Estévez—
El almanaque y su sello
seguro que algo se traen
aunque a veces nos distraen
con luces y algún destello...
Si bien yo perdí el cabello
a la vez gané experiencia,
el vivir es una ciencia
pero eso ya es otro asunto,
cierro décima y pregunto:
¿cómo anda de su dolencia?

—Rubén Sada—
Gracias por interesarse
amigo, por mi salud,
me sobra la juventud,
la dolencia va a curarse.
Mi musa aquí va a inspirarse
y mi décima le esbozo,
no peco de misterioso
y jamás perdí la cuenta:
¡hoy cumplo seis más cincuenta!
Todavía soy “buen mozo”.

—Rafael Estévez—
¿No peca de mentiroso?
Desconfío de usted, Rubén,
sepa, el mentir no está bien,
exagera con “buen mozo”.
Lo del cumple hasta es dudoso
cincuenta y seis usted acota
y aunque parezca remota
mejor tengamos certeza,
¡fíjese bajo la mesa!
¿No se le cayó una sota?

—Rubén Sada—
Con su rima, esta enhebro,
en versos relampagueantes,
que relumbran zigzagueantes
si en la mitad no me quiebro.
Su saludo aquí celebro,
porque sé de quién proviene,
responderé lo que ordene
con el sol de la amistad,
lo saludo en hermandad
bajo el rayo de Selene.

—Rafael Estévez—
Con esta décima estética
buena estilísticamente,
correcta métricamente,
y con nada de cosmética...
le deseo desde mi ética,
que hoy todo le sea elástico,
como en un rito eclesiástico
y en este cumple feliz,
se me come una perdiz
y lo pasa usted fantástico.

—Rubén Sada—
Le agradezco aquí, don Rafa,
su convocatoria amena,
el payar nos encadena
y en buscar palabras zafa.
Nunca el verso nos estafa,
y enhebrarlo es un honor,
más cuando hay buen humor
y la poesía hace bien,
saluda a usted don Rubén
deseándole lo mejor.

Autores: Rafael Estévez y Rubén Sada.
16-09-2016
Muchas gracias, amigo Estévez, por compartir estos versos.


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