5 de octubre de 2010

GRACIAS POR DARME LA VIDA (Poema para homenajear a mamá) Angel Vega


GRACIAS POR DARME LA VIDA 



Tu!... Bella madre 
que proteges desde tu vientre, 
que amamantas con tus pechos. 

Cuidas los primeros pasos de tu bebe, 
oyes las primeras melodías de su habla, 
cantas tus canciones de cunas. 

Con toda dulzura y ternura que pueda haber, 
te desvelas cuando oyes, el llamado de tu bebe 
lo tomas en tus calurosos brazos 
arrullándolo con tu mecer. 

Tu! ...hermosa madre 
siempre estas presente en todo su crecer 
dando tu apoyo incondicional 
en cada tiempo de tu vida, 
dispuesta hacer todo sacrificio. 

Yo madre me hinco ante ti, como tu hijo 
dando las gracias por darme la vida 
y protegerme siempre 
prometo no defraudarte 
en mi forma de vida, madre mía… 


Autor:Angel Vega  (El Salvador)

AGRADECIMIENTO A MAMÁ (Pequeño poema para dedicarle a la madre)



Poema a mi Madre

Madre, eres la flor
que ha nacido en mi jardín
mas hermosa que un jazmín
por tu maravilloso color.

Te recuerdo con amor
porque para mi has sido,
del mundo lo mas querido
de mi vida, la mas hermosa,

La mas bella de las rosas
de mi jardín florecido.

UNA POESÍA PARA MAMÁ


poema para mamá te quiero

Una poesía para mamá





Yo aprendí en el hogar en que se funda
la dicha más perfecta,
y para hacerla mía
quise yo ser como mi padre era
y busqué una mujer como mi madre
entre las hijas de mi hidalga tierra.
Y fui como mi padre, y fue mi esposa
viviente imagen de la madre muerta.
¡Un milagro de Dios, que ver me hizo
otra mujer como la santa aquella!

Cuando en brazos de la madre
vio la figura risueña
del primer hijo, bruñida
de rubio sol la cabeza
del niño que levantaba
las codiciosas, pequeñas
manos a las rojas guindas
y a las moradas ciruelas,
o aquella tarde de otoño
dorada, plácida y buena,
él pensó que ser podría
feliz el hombre en la tierra.

Cinco letras tiene un ángel,
que me cuidó en su vientre,
me llevó por mil caminos,
me enseñó a ser valiente.

Llevo en el alma la divina huella
de tu recuerdo, madre inolvidable;
otras pisadas hay, pero tan bella
ninguna habrá, ni tan imperdurable.
En tu interior un día me tuviste,
y en tu interior me llevas todavía.
Nunca al pensar en ti puedo estar triste,
pues soy tan tuyo como tú eres mía.

MADRE (Poema para el día de las madres)








Mamá

Quiero agradecerte

que estés en mi vida.

Sé que puedo contar contigo

en momentos difíciles,

sé que contigo puedo

compartir mis alegrías,

y sé que nuestra amistad

se sustenta en mutuo amor
.
Que seas mi MAMÁ y mi AMIGA

es el más preciado tesoro,

que agradeceré a DIOS eternamente.

Gracias por llenar mi vida

con tanta felicidad.

¡Te amo, MAMÁ!



MAMÁ QUERIDA (POEMA DE AGRADECIMIENTO PARA REGALAR A MAMÁ)

MAMÁ QUERIDA

Mamá querida
Mamá cuánta alegría por tenerte a mi lado,
usted que me supo dar
todo cariño y guiar por la vida.

Usted que dio su tiempo
para hacernos crecer
con paciencia y amor.

Mamá dejame guiarte ahora
por la senda de mi camino,
déjame mostrar mi mundo con amor y valor.

Mamá,
aunque nunca te pueda pagar
por tanto amor,
te doy mi amor completo
y te enseñaré todo lo que conocí.

Gracias mamá por estar junto a mí,
que DIOS te bendiga eternamente.

POEMAS PARA MAMÁ: "MAMÁ" de Luciana Carelli

Mamá

Estaba oscuro...
Solo el rayo de la luz de tus ojos.
Me enseñaste a respirar
y tus entrañas acariciaban mi frágil cuerpo.
Soñaba con colores 
y te imaginaba hermosa,
fueron nueve meses en un mundo rosa.
Crecí de a poco con tu calor
me alimentaba con tus caricias
y frases de amor.
El momento llegaba
iba a conocerte,
estaba muy protegida
con miedo de perderte...
Se hizo la luz
una mañana de febrero,
mamá ahí estabas tú
tan maravillosa y tan dulce
como te había imaginado.
Aprendí con el correr del tiempo
y en mis andanzas peligrosas
de cada uno de tus consejos 
valorados en cada acto 
de mis diecinueve años,
y soñando cada vez
que me encuentro lejos,
con tus palabras
que envuelven mis vivencias
y acobardan los miedos 
de mi juventud.


AUTORA: Luciana Carelli

8 de agosto de 2010

LA NIÑEZ (Poema para el Día del Niño) por Ana María Sanchis

La niñez...  Dicen que todos llevamos un niño en nuestro interior...pero, lamentablemente, algunos se encargan de acibararlo o empaparlo permanentemente en la acidez.
Gracias a Dios, yo lo tengo en mí, a flor de piel, para pesar de quienes me padecen y alegría de los que me aman.
Por eso para todos:
¡¡¡Muy Feliz Día del Niño!!!
Besos: Ana María
LA NIÑEZ


La niñez... ese mundo de magia y caramelo,
donde guía los pasos, nuestro Ángel Guardián.

Donde anidan los sueños translúcidos,  etéreos

y con duendes traviesos, desmigamos el pan.


La niñez, ese cielo de caminos ingenuos
en que, con la inocencia se puede transitar.
La de dientes de leche y manos pegajosas,
la de ojos asombrados aún... ¡sin contaminar!


La que estalla en la risa, cual cascabel del cielo
o se quiebra en mil lágrimas de fulgente cristal.
La de juegos y cuentos con dulzor de ternura,
la de las golosinas, con tibieza de hogar.


¡Niñez!...Burbuja plena de soles y recuerdos
en que nos abstraemos cuando, cansados ya,
del nefasto presente que nos hiere y agobia,
buscamos...¡Un remanso, para no claudicar!

                                                                                      
Ana María Sanchis

20 de julio de 2010

A LOS AMIGOS (Poesía de Mario Rojman)

A LOS AMIGOS


Un amigo es de esos seres
que comparten pena y goce;
es aquel que nos conoce
y sin embargo nos quiere.
Soslayando pareceres,
máximas y frases hechas,
y más allá de las fechas
que nos marca el calendario,
amigo es un dignatario
libre de toda sospecha.

Hay en torno a la amistad
dichos, refranes, sentencias,
moralejas, advertencias
de toda suerte y verdad,
y en esa polaridad
de pensamientos diversos,
estamos todos inmersos
cubriendo el espectrograma…
ya que, en su compleja gama,
entra de todo, hasta el verso.

Tal vez Enrique Febbraro,
un día de luna llena,
decidió orientar su antena
hacia el misterioso faro
buscando acaso un amparo
lejos de lo terrenal,
-cuando la gesta orbital
era cercana y vigente-
y propuso “julio veinte”
cual cordón umbilical.

Yo no veo razón alguna,
distinguidos contertulios,
de que sea el veinte de julio
la fecha más oportuna.
Si el hombre llegó a la luna
generando gran tumulto,
yo, esquivándole al insulto,
no celebro su ponencia;
fue un alarde de la ciencia
y la amistad, ¡es un culto!

Es insondable el camino
por el que el hombre transita;
por esa huella infinita
anda en pos de su destino.
Es nómade, es peregrino,
por su génesis y esencia.
Peleando su permanencia
se torna beligerante
y considera importante
lograr cierta trascendencia.

En su búsqueda imprecisa,
persigue siempre un ideal;
distinguir el bien del mal
debiera ser su premisa.
Sometido por la prisa,
su existencia está acotada;
si al final de la jornada
sólo acumuló fortuna,
haber llegado a la luna
no le sirvió para nada.

¿Encontró acaso un amigo
en aquel desierto yermo?
¿Encontró un mate y un termo,
encontró afecto y abrigo?
Tanto viaje, pucha digo,
sin estrechar una mano.
Para cortar por lo sano,
me parece un desatino
que no salude al vecino
¡y ande buscando un marciano!..

Un abrazo fraternal
y augurios de buena onda,
sirvan de cierre a la ronda
en este día especial.
Aquí lo fundamental
es abrevar en la fuente
de un sentimiento latente
que, superando la fecha,
dispara como una flecha
su espíritu trascendente.


MARIO ROJMAN
(EL PAYADOR URBANO)

25 de junio de 2010

ORACIÓN POR MI ENEMIGO (de Armando Tejada Gómez)

amor enemigos
Amar a los enemigos


Armando Tejada Gómez

Oración por mi enemigo

El enemigo es breve como un siglo,
algo más que un colmillo, menos que una araucaria,
suele esperar afuera, repta detrás del viento,
puede herir a mi hermano si se demora el alba.
El enemigo es breve, pero puede hacer daño:
cortar un gajo ahora, envenenar mi canto,
puede hacer que me nazcan cuchillos de los dientes
y buscarme la boca para luego acusarme.
El enemigo sabe que no tengo parientes
ni blasón en la puerta ni abuelos magistrados,
puede hurdir que soy vago y mal entretenido
y mostrar las hilachas de mis antepasados.
Puede, como ha podido todo este breve tiempo,
pasar gato por liebre y comerse el venado
mientras la buena gente me mira a la intemperie
y en tanto se persigna me da vuelta la cara.
Es un Goliath de hierro el enemigo mío:
gigantesco, electrónico, atómico, blindado,
pero es breve, epidérmico, aéreo, bullanguero
y olvida entre su estrépito que yo vengo de abajo,
que soy un sacerdote del aire y la madera
y que escribí la biblia entre el dolor y el fango;
que no hay flor en la tierra que no me considere
no digo el jardinero, pero digo su hermano;
que el cereal, el último cereal que nos quede,
lleva en su piel, ardiendo, el calor de mis manos
y que el pan que se come cuando muerde la espiga
le filtra en la saliva el sabor de mi sangre.
El enemigo es loco y breve como un siglo.
Imagina que Cristo es un hombre y tres clavos
y porque nunca supo cuánto dura un rebelde
bebe su hiel y eructa hacia las navidades,
oficia fríos rezos en la misa del oro,
gatilla las tinieblas, bombardea arrozales,
tiene un perro, una amante y dos sicoanalistas
que le amansan la muerte dos veces por semana
y él, que nunca me ha visto ni por fotografías,
cree que ando en su sombra y soy una navaja.
De noche, cuando cae a la estepa del sueño,
cuando lo desenchufan sus enchufados amos,
transpira, grita, salta y enrosca su culebra
igual que una culebra herida por el rayo.
Nadie puede con él dormido ni despierto
ni bonachón ni alegre ni triste ni nostálgico:
ha sido condenado a llevarse a sí mismo
y quién puede impedir que esté solo de a ratos?
Yo que siento y consiento la piedad por la vida,
que amo desde hace siglos la salud de los árboles,
pienso que él debería regresar al origen
y aprender con la flor los rituales del agua.
Pero ¿quién lo desnuda como en un nacimiento?
¿Quién le olvida la sombra, los crímenes, el cáncer?
¿Cómo lo llevo herido a un sitio campesino y digo:
pan o hierba, sin que la vida estalle?
Y acaso, digo acaso porque todo es posible,
¿él puede en lo profundo volver a la inocencia?
¿Puede mirar a un ciervo porque sólo es de música
y no matar su leve sinfonía en el aire?
Él que no entiende nada que no sea de acero,
de dólar consistente, de exacto porcentaje,
¿soportará sin riesgo adentro de su pecho
el enorme estallido del amor en su sangre?
¿Esas detonaciones de los niños en ronda?
¿La madre que los llama con la torcaz y el álamo?
¿No sacará el revólver cuando vea la vida
frágil como la lluvia, desnuda como un cántaro?
¿No empezará de nuevo este torpe asesino
a jugar al guerrero y a comerse el venado?
Yo sé que mi enemigo es breve como un siglo,
un colmillo en cenizas, menos que una araucaria,
hay pueblos que lo asedian delante de los vientos
y ya no tienen tiempo para esperar el alba.
Pobre de mi enemigo, tan breve en su masacre!
Aquí, al pie de los vientos, digo: que en paz descanse.

14 de junio de 2010

POEMA DE LA GARZA Y EL LAGARTO

garza y lagarto


Poema de la Garza y el Lagarto

Fábula en cuaderna vía



A la busca de mosquito que saciase mi acidez,
exploré yo una marisma por primera y sola vez,
pues salió de los juncales, con ansiosa rapidez,
blanca garza pescadora harta ya de sapo y pez.

Prisionero del gran pico, le rogué yo compasión:
Me esperan seis lagartijos, bajo mi gris paredón.
Soy viudo y si no les llevo un jugoso moscardón,
o un saltamontes gigante, morirán de inanición.


Truco típico y muy viejo - replicó la garza. A cien
como tú les he escuchado la misma fábula... Ven,
ven a mi estómago porque tuve hijos yo también.
Reza un buen 
Ora pro nobis y no olvides el amén.

Indúlteme, amiga mía - supliqué temiendo el fin.
No quiera usted que su pico vierta líquido carmín.
Tengo la sangre más fría que mi primo el culebrín.
Mire que soy indigesto como piel de puercoespín.



Muy débiles argumentos, lagarto, los que me das.
No eres mi amigo, tú eres sólo merienda, sin más.
Ven a explorar mi garganta. Buche abajo callarás.
¡No te salva hoy ni Pilatos, mi sabroso Barrabás!


Ay mis hijos lagartijos. Ay qué pena y qué dolor.
Ay que no tendrán jamás a este padre proveedor.
Mi mujer murió y no puede cultivar ningún amor.
¿Qué será de ellos ahora? Qué futuro aterrador…


¡Calla, tonto! - dijo ella. O me vas a hacer llorar.
Vete pronto de esta ría donde el río besa al mar.
Si te vuelvo a ver tan lejos de tu grieta familiar,
te perderás a ti mismo como aguja en un pajar.


Lo que iba hacia tragedia, tuvo así un final feliz.
Ni tan siquiera por rima murió allí ni una perdiz.
Pero si he de ser sincero como luz del astro cid,
yo no soy viudo ni padre; eso fue sólo un ardid.

AUTOR: ELIO MILAY

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