LA DUCHA

 

Reducto de húmedos goces
que das bendito descanso,
sitio de alivio y remanso
que a mi tez regalas roces.
Miles de gotas veloces
que en mi pelo hacen capucha,
y en mis hombros a babucha
tu diluvio es bendición,
por tu sano galardón
va a ti mi homenaje: “Ducha”.
 
Un spa que me sosiega
al concluir el sendero,
el reposo del guerrero,
corona de laurel griega.
Aspersión para mi vega
desde el pie a la coronilla,
inundándome a cosquilla
luego de la intensa lucha
en el fragor de tu ducha
me siento de maravilla.
 
Luego de una mojadura
desagradable de invierno,
me entrego a tu tibio infierno
y la vida es menos dura.
Desde una testa en la altura
con tu látigo de gotas
la espalda y torso me azotas
mientras yo festejo y canto,
tú pones el rito santo
y yo pongo algunas notas.

Este vergel es muy grato
y quisiera fuera eterno,
si el oasis es fraterno
no alcanza con solo un rato.
Qué fenómeno es tu plato,
mezcla de agua y champú,
que corre hasta el caracú
en forma de catarata,
la piel renueva y rescata
de ser áspera, a tisú.
 
Por esto, lluvia bendita
hoy te rindo mis respetos,
con estos versos repletos
de gratitud que me agita.
Tu invención estará escrita
con coplas en mi legado,
tu vapor me ha regalado
desde humor hasta salud
derramándome un alud
en solo un metro cuadrado.
 
Y si habito el paraíso
en algún sitio en la tierra,
es tu telón cuando cierra
para un especial bautizo.
Con tu baño simpatizo
porque me hace tanto bien,
y aunque dure un santiamén
me siento un rey con su cetro,
porque apenas en un metro
existe el jardín de Edén.
 
© Rubén Sada. 6/06/2021.