COMO SU DESTINATARIA

La vi alzar su vista al cielo
soportada por un tallo,
resistiendo algún desmayo
por beber poco del suelo.
Era la flor de mi anhelo,
bella rosa milenaria,
fue un obsequio en la plegaria
su perfume y gratitud,
terciopelo y juventud,
como su destinataria.

Con la brisa que acaricia
el sol brilla en cada hoja,
la tibia corola roja
cada día es la delicia...
De unas abejas. Propicia
la vital faena agraria,
con la férrea y voluntaria
tarea sabia, perfecta,
es la rosa predilecta,
como su destinataria.

Pero un día un criminal
herido por una espina,
sacó la faca asesina
y le dio un corte brutal.
Para la flor fue mortal
esa ejecución sumaria,
y arrojada solitaria
con un odio que retumba,
se marchita en una tumba,
como su destinataria.

© Rubén Sada. 8/03/2020.

(Por un día de la mujer sin más femicidio).