RECONOCIMIENTO
Sí, y ¿qué hay de malo en ello?
Si lo que escribo es lo que yo siento,
y usted lector, es mi preciado premio.
¿Acaso es un pecado aceptar besos?
¿Acaso es algo malo recibir premios?
Si el que trabaja lo hace por un sueldo.
Y el cantante un aplauso espera luego.
Mi pluma escribe por amor intenso,
pero mejor si hay un reconocimiento.
Hasta el canario quedará en silencio
si en su jaula no le colocas alimento.
Mi poesía es fuego, mis lectores leño
y mientras haya leño ardiendo, habrá fuego.
Los premios son para mi suelo, el riego
que hará brotar cada vez más versos.
Si usted leyó hasta acá, estoy satisfecho.
Deme un poco de reconocimiento,
y verá cuanto produce mi huerto
cuando llueve generoso el aguacero.
Esto que escribo perdurará en el tiempo.
Y este instante se congela en este verso.
Y así mis poemas volarán por los cielos
cuando yo esté sepultado en el terreno.
¿Que yo escribo por reconocimiento?
Si, porque me pone muy contento.
Por eso ¿qué hay de malo en ello?...
Peor es entregar todo, y no tenerlo.