PEREGRINA, VIAJA EN PAZ
la casa ha quedado sola,
un eco de caracola
en el interior se mece.
Ya no hay nadie por quien rece
en la alcoba que está atrás,
tu piel se ha ido y no estás
y solitario, el colchón
memoriza tu lesión:
has encontrado la paz.
Fueron años de latir
el avance del tumor,
hoy ya no sientes dolor
porque no puedes sufrir.
Vi tus ojos de zafir
en una estrella fugaz,
oí tu jura locuaz
prometiéndome tu eterna
ayuda y guía materna
pero, madre, estás en paz.
Fuiste cimiento y columna
que aguantó mil temporales,
derramando un mar de sales
del que mi vida es alumna.
Detrás de ti se encolumna
la esperanza más tenaz,
y aunque bebo del agraz
soy columna de mi templo,
gracias a abrevar tu ejemplo,
madre, que ya estás en paz.
Fuiste el camino en mi infancia
de respeto hacia la ley
y aunque fue pobre el batey
yo percibía abundancia.
La humildad fue tu observancia
y la verdad pertinaz,
de tu palabra jamás
he recibido mentiras,
hoy están tristes mis liras
pero al menos tienes paz.
Soy el fruto de tu flor
y el piñón de tu corola,
el bulbo que en tierra inmola
un coraje labrador.
Porque soy imitador
de tu valentía audaz,
y como tú, soy capaz
de seguir fiel hasta el fin,
y compartiré el jardín
contigo, madre, y en paz.
Este homenaje marchito
hoy termina de hacer duelo,
y alzo mi oración al cielo
por este, mi hogar bendito.
En tus palabras medito
y encomiendo a Dios tu haz,
en tus nietos estarás
porque aquí sigue tu alma,
gracias por darme la calma
y este refugio de paz.
© Rubén Sada. 2/2/2023.
Poema inspirado en el cuadro al óleo "REFUGIO DE PAZ," de VICENTE HERNÁNDEZ CHILIBERTI. Pintor venezolano, impresionista y naturalista. Nació el 07 de junio de 1945 en Altagracia de Orituco, Guárico, Venezuela.
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