10 de febrero de 2019

CUCARACHA

“CUCARACHA”


Machacado en la bigornia
hasta el fierro entra en razón.
(José Larralde)

Nunca supe tu apellido,
ni tu nombre, (ya no importa),
pero mi memoria, absorta
vuelve a lo que hemos vivido.
Con el torso ya vencido
te recuerdo en ese pozo,
con estas líneas que esbozo
te saludo, “Cucaracha”,
me dejaste tu covacha,
yo heredé “tu” calabozo.

Tu mirada me lo dijo,
tu voz tímida me habló,
tu mano me saludó
desde el oscuro escondrijo.
Hoy, podrías ser mi hijo
y serás protagonista
de mi evocación cronista,
y engrosarán mi obituario
las letras de tu sumario:
te endilgaron “terrorista”.

Solo por hablar contigo
yo pensé “no puede ser”,
algún error debe haber,
¡tú no eras el enemigo!
A decir verdad me obligo,
que no pueden arruinarte
la juventud, cercenarte
y haberte hecho tanto daño,
por una frase en el baño
que hoy se diría que es arte.

Mi memoria se anestesia
en aquella negra caja,
apto color de mortaja
que a la cordura desprecia.
Quizás fue cierto: _“La Iglesia_
_no está contra el comunismo”,_
y escribiendo este sofismo
en el baño del cuartel,
se empalideció tu piel
en las fauces del abismo.

Absoluta oscuridad,
dos años de color negro
fueron el triste reintegro
por trazar esa verdad.
Hasta el Papa en su entidad
hoy proclama ese mensaje
que te condenó al ultraje
y que firmó tu sentencia,
muchas veces la demencia
disfruta un color salvaje.

Con una cerviz que agacha
y dilatadas pupilas,
volví a verlo entre las filas
del patíbulo y del hacha.
Con su apodo, “Cucaracha”,
cariñosamente dado,
de CA COM 9 soldado
de clase cincuenta y ocho,
lo conocí a los dieciocho
y luego allí fui encerrado.

Rubén Sada. 10/02/2019.