Y DE REPENTE
Y de repente, amor, tan de
repente
se alborotaron las aves de mi
jaula
y besando al cielo en las
alturas
salieron a volar, una mañana.
Y de repente, amor, tan de
repente
mis potros desbocáronse sin
calma,
galopando juventud en mis
llanuras,
de la estampida que detonaste
en mi alma.
Y germinó mi semilla en bello suelo,
y florecieron mis rosales en
otoño,
y brotó un bosque entero en el
desierto
avivando la esperanza del
retoño.
Así sucedió todo, de repente,
no sé quién nos juntó, por qué,
ni cómo,
mas sí sé que tú, entre tanta
gente,
© Rubén Sada 19/7/2013.