9 de marzo de 2013

Acróstico para la mujer


Feliz día de la mujer (Acróstico)



Miradas tiernas, sonrisas seductoras,
Un sueño del hombre es siempre tenerlas,
Junto a ellas imaginan miles de cosas.
Escriben los poetas en sus prosas,
Regalan la Luna y miles de rosas.

Me dio la vida mucho antes de nacer,
Aceptó aquello que le tocó en suerte.
Dedicó su vida abnegadamente.
Refugio de vida, crepúsculo de amor,
Eligió amarme hasta que llegó su muerte.

Aquel que tiene la suerte de conocerte,
Muy agradecido siempre debe estar.
Inagotable fuente de felicidad.
Gracias por brindarme amistad verdadera,
Amiga madre y mujer, ¡gracias por tu entrega!


Autora: Arjona Delia

8 de marzo de 2013

REINA DE LA CREACIÓN - 8 de Marzo, Día Internacional de la mujer







REINA DE LA CREACIÓN

Narra una antigua leyenda
sumergida en lo profundo,
que cuando Dios hizo al mundo
quería crear la mejor prenda,
para que en doquier se aprenda
su amor y su gran poder.
Creó la tierra con placer
y la cubrió con su cielo,
que era como inmenso velo
donde el sol podía correr.

Hizo la luna radiante

con su lámpara de plata
brillando con su luz alta.
Formó estrellas cual diamante
para alumbrar su semblante.
Al cielo cubrió de encanto
con un esplendor tan santo
que hoy se ve con emoción
y se admira con pasión
capaz de inspirar un canto.

A la selva dio rumores

y le entregó alas al viento
para eterno movimiento.
A las flores sus colores
para expresar mil amores.
Al pájaro dulces trinos
para alegrar los caminos.
Creó los mares con sus peces
y la tierra con cipreses,
envuelta en frutos divinos.

Pero Dios quería además

culminar su obra maestra
con un ser que fuera muestra
de luz, belleza y demás,
para expresar algo más.
Que en toda la primavera
lo más hermoso ella fuera.
Y así comenzó a formar
para darle envidia al mar
lo más lindo de su esfera.

Creó la mejor escultura

con su perfume de rosas
entre sedas vaporosas.
Le dio la dulce ternura
a su sonrisa más pura…
Y hoy todos pueden saber
que Dios a ese lindo ser
por su gracia y su belleza,
su lozanía y su grandeza,
le dio el nombre de MUJER.

Autor: Orlando Castellanos 
(Venezuela)

¡Feliz día de la mujer!


4 de marzo de 2013

BALADA EN HONOR DE LAS MUSAS DE CARNE Y HUESO (de Rubén Darío)

MUSA



BALADA EN HONOR DE LAS MUSAS

DE CARNE Y HUESO (de Rubén Darío)



Nada mejor para cantar la vida,
y aun para dar sonrisas a la muerte,
que la áurea copa donde Venus vierte
la esencia azul de su viña encendida.
Por respirar los perfumes de Armida
y por sorber el vino de su beso,
vino de ardor, de beso, de embeleso,
fuérase al cielo en la bestia de Orlando,
¡Voz de oro y miel para decir cantando:
la mejor musa es la de carne y hueso!

Cabellos largos en la buhardilla,

noches de insomnio al blancor del invierno,
pan de dolor con la sal de lo eterno
y ojos de ardor en que Juvencia brilla;
el tiempo en vano mueve su cuchilla,
el hilo de oro permanece ileso;
visión de gloria para el libro impreso
que en sueños va como una mariposa
y una esperanza en la boca de rosa:
¡La mejor musa es la de carne y hueso!

Regio automóvil, regia cetrería,

borla y muceta, heráldica fortuna,
nada son como a la luz de la luna
una mujer hecha una melodía.
Barca de amar busca la fantasía,
no el yacht de Alfonso o la barca de Creso.
Da al cuerpo llama y fortifica el seso
ese archivado y vital paraíso;
pasad de largo, Abelardo y Narciso:
¡La mejor musa es la de carne y hueso!

Clío está en esa frente hecha de Aurora,

Euterpe canta en esta lengua fina,
Talía ríe en la boca divina,
Melpómene es ese gesto que implora;
en estos pies Terpsícore se adora,
cuello inclinado es de Erato embeleso,
Polymnia intenta a Calíope proceso
por esos ojos en que Amor se quema.
Urania rige todo ese sistema:
¡La mejor musa es la de carne y hueso!

No protestéis con celo protestante,

contra el panal de rosas y claveles
en que Tiziano moja sus pinceles
y gusta el cielo de Beatrice el Dante.
Por eso existe el verso de diamante,
por eso el iris tiéndese y por eso
humano genio es celeste progreso.
Líricos cantan y meditan sabios
por esos pechos y por esos labios:
¡La mejor musa es la de carne y hueso!

ENVÍO:


Gregorio: nada al cantor determina

como el gentil estímulo del beso.
Gloria al sabor de la boca divina.
¡La mejor musa es la de carne y hueso!

Autor: Rubén Darío




2 de marzo de 2013

UN PLEITO de Rubén Darío


UN PLEITO

(Poema - Fábula de Rubén Darío)


Curiosa paráfrasis en castellano de la fábula “Le Fromage” (El Queso) del francés Antoine Houdart de La Motte(1672-1731) escrita por Rubén Darío en 1884.

I

Diz que dos gatos de Angola
en un mesón se metieron
del cual sustraer pudieron
un rico queso de bola.

Como equitativamente
no lo pudieron partir,
acordaron recurrir
a un mono muy competente;

mono de mucha conciencia
y que gran fama tenía,
porque el animal sabía
toda la Jurisprudencia.

—Aquí tenéis —dijo el gato
cuando ante el mono se vió—
lo que este compadre y yo
hemos robado hace rato;

y pues de los dos ladrones
es el robo, parte el queso
en mitades de igual peso
e idénticas proporciones—.

Aquel mono inteligente
observa el queso de bola,
mientras menea la cola
muy filosóficamente.

—Recurrís a mi experiencia
y el favor debo pagaros,
amigos, con demostraros
que soy mono de conciencia;

voy a dividir el queso,
y, por hacerlo mejor,
rectificaré el error,
si hubiere, con este peso.—

Por no suscitar agravios,
saca el mono una balanza
mientras con dulce esperanza
se lame un gato los labios.

—Haz, buen mono, lo que quieras
—dice el otro con acento
muy grave, tomando asiento
sobre sus patas traseras.

II

Valiéndose de un cuchillo,
la bola el mono partió,
y en seguida colocó
un trozo en cada platillo;

pero no estuvo acertado
al hacer las particiones,
y tras dos oscilaciones
se inclinó el peso hacia un lado.

Para conseguir mejor
la proporción que buscaba
en los trozos que pesaba,
le dió un mordisco al mayor;

pero como fué el bocado
mayor que la diferencia
que había, en la otra experiencia
se vió el mismo resultado,

y así, queriendo encontrar
la equidad que apetecía,
los dos trozos se comía
sin poderlos nivelar.

No se pudo contener
el gato, y prorrumpió así:
—Yo no traje el queso aquí
para vértelo comer.—

Dice el otro con furor,
mientras la cola menea:
—Dáme una parte, ya sea
la mayor o la menor;

que estoy furioso, y arguyo,
según lo que va pasando
que, por lo nuestro mirando,
estás haciendo lo tuyo.—

III

El juez habla de este modo
a los pobres litigantes:
—Hijos, la Justicia es antes
que nosotros y que todo.

Y otra vez vuelve a pesar
y otra vez vuelve a morder;
los gatos a padecer
y la balanza a oscilar.

Y el mono, muy satisfecho
de su honrada profesión,
muestra su disposición
para ejercer el Derecho.

Y cuando del queso aquél
quedan tan pocos pedazos
que apenas mueven los brazos
de la balanza en el fiel,

el mono se guarda el queso
y a los gatos les responde:
—Esto, a mí me corresponde
por los gastos del proceso.

Rubén Darío. 1884

LOS MOTIVOS DEL LOBO de Rubén Darío



LOS MOTIVOS DEL LOBO


de Rubén Darío


El varón que tiene corazón de lis,
alma de querube, lengua celestial,
el mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal,
bestia temerosa, de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos de mal:
el lobo de Gubbia, el terrible lobo.
Rabioso, ha asolado los alrededores;
cruel ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoró pastores,
y son incontables sus muertes y daños.

   Fuertes cazadores armados de hierros
fueron destrozados. Los duros colmillos
dieron cuenta de los más bravos perros,
como de cabritos y de corderillos.
Francisco salió;
al lobo buscó en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera
enorme, que al verlo se lanzó feroz
contra él. Francisco, con su dulce voz,
alzando la mano,
al lobo furioso dijo: ¡Paz, hermano
lobo! El animal
contempló al varón de tosco sayal;
dejó su aire arisco,
cerró las abiertas fauces agresivas,
y dijo: ¡Está bien, hermano Francisco!
¡Cómo! —exclamó el santo— ¿Es ley que tú vivas
de horror y de muerte?
¿La sangre que vierte
tu hocico diabólico, el duelo y espanto
que esparces, el llanto
de los campesinos, el grito, el dolor
de tanta criatura de Nuestro Señor?
¿No has de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te ha infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?
Y el gran lobo, humilde: ¡Es duro el invierno,
y es horrible el hambre! En el bosque helado
no hallé qué comer; y busqué el ganado,
y a veces comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador
sobre su caballo, llevando el azor
al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
de las roncas trompas al sordo clamor,
a los animales de Nuestro Señor.
Y no era por hambre, que iban a cazar.
Francisco responde: En el hombre existe
mala levadura.
Cuando nace viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.
Tú vas a tener
desde hoy qué comer.
Dejarás en paz
rebaños y gente en este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!
Está bien, hermano Francisco de Asís.
Ante el Señor, que todo ata y desata,
en fe de promesa tiéndeme la pata.
El lobo tendió la pata al hermano
de Asís, que a su vez le alargó la mano.
Fueron a la aldea. La gente veía
y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero,
y, baja la testa, quieto le seguía
como un can de casa, o como un cordero.
   Francisco llamó la gente a la plaza
y allí predicó.
Y dijo: —He aquí una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo;
me juró no ser ya vuestro enemigo,
y no repetir su ataque sangriento.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento
a la pobre bestia de Dios. —¡Así sea!,
contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal
de contentamiento,
movió testa y cola el buen animal,
y entró con Francisco de Asís al convento.

*

Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo
en el santo asilo.
Sus vastas orejas los salmos oían
y los claros ojos se le humedecían.
Aprendió mil gracias y hacía mil juegos
cuando a la cocina iba con los legos.
Y cuando Francisco su oración hacía,
el lobo las pobres sandalias lamía.
Salía a la calle,
iba por el monte, descendía al valle,
entraba en las casas y le daban algo
de comer. Mirábanle como a un manso galgo.
Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo
dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo,
desapareció, tornó a la montaña,
y recomenzaron su aullido y su saña.
Otra vez sintióse el temor, la alarma,
entre los vecinos y entre los pastores;
colmaba el espanto los alrededores,
de nada servían el valor y el arma,
pues la bestia fiera
no dio treguas a su furor jamás,
como si tuviera
fuegos de Moloch y de Satanás.

   Cuando volvió al pueblo el divino santo,
todos lo buscaron con quejas y llanto,
y con mil querellas dieron testimonio
de lo que sufrían y perdían tanto
por aquel infame lobo del demonio.

   Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montaña
a buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.
—En nombre del Padre del sacro universo,
conjúrote —dijo—, ¡oh lobo perverso!,
a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta. Te escucho.
Como en sorda lucha, habló el animal,
la boca espumosa y el ojo fatal:
Hermano Francisco, no te acerques mucho...
Yo estaba tranquilo allá en el convento;
al pueblo salía,
y si algo me daban estaba contento
y manso comía.
Mas empecé a ver que en todas las casas
estaban la Envidia, la Saña, la Ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
Me vieron humilde, lamía las manos
y los pies. Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos:
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fue como un agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.
Y recomencé a luchar aquí,
a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tienen que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
déjame existir en mi libertad,
vete a tu convento, hermano Francisco,
sigue tu camino y tu santidad.

El santo de Asís no le dijo nada.
Le miró con una profunda mirada,
y partió con lágrimas y con desconsuelos,
y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
que era: Padre nuestro, que estás en los cielos...

Rubén Darío

1 de marzo de 2013

HAY QUE METER MANO AL IDIOMA CASTELLANO - de Pablo Parellada



HAY QUE METER MANO AL IDIOMA CASTELLANO


Señores: un servidor,
Pedro Pérez Paticola,
cual la academia española
«Limpia, fija y da esplendor».

Pero yo lo hago mejor
y no por ganas de hablar
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que arreglar.

¿Me quieren decir por qué
en tamaño y esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?

¿Por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio a presidió
ni de tomas a Tomás,
ni de topo al que topó
de un paleto a un paletó, 
ni de colas a Colás.

Mas, dejemos el acento,
que convierte como ves,
las ingles en inglés,
y pasemos a otro cuento.

¿A ustedes no les asombra
que diciendo rico y rica,
majo y maja, chico y chica,
no digamos hombre y hombra?

Y la frase tan oída
del marido y la mujer,
¿Por qué no tiene que ser
el marido y la marida?

Por eso, no encuentro mal
si alguna dice cuala,
como decimos Pascuala,
femenino de Pascual.

El sexo a hablar nos obliga
a cada cual como digo:
si es hombre, me voy contigo;
si es mujer, me voy contiga.

¿Puede darse en general,
al pasar de masculino
a su nombre femenino
nada más irracional?

La hembra del cazo es caza,
la del velo es una vela,
la del suelo es una suela
y la del plazo, una plaza;
la del correo, correa;
la del mus, musa; del can, cana;
del mes, mesa; del pan, pana
y del jaleo, jalea.

¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta
y al sastre, que ternos corta,
no le llamamos ternero?

¿Por qué, las Josefas son
por Pepitas conocidas,
como si fuesen salidas
de las tripas de un melón?

¿Por qué, el de Cuenca no es un cuenco,
bodoque el que va de boda,
y a los que los árboles podan
no se les llama podencos?

Cometa está mal escrito
y es nombre que no me peta;
¿Hay en el cielo cometa
que cometa algún delito?

¿Y no habrá quien no conciba
que llamarle firmamento
al cielo, es un esperpento?
¿Quién va a firmar allá arriba?

¿Es posible que persona
alguna acepte el criterio
de que llamen monasterio
donde no hay ninguna mona?

¿Y no es tremenda gansada
en los teatros, que sea
denominada «platea»
donde no platea nada?

Si el que bebe es bebedor
y el sitio es bebedero,
a lo que hoy es comedor
hay que llamarle comedero.

Comedor será quien coma,
como bebedor quien bebe;
de esta manera se debe
modificar el idioma.

¿A vuestro oído no admira,
lo mismo que yo lo admiro
que quien descerraja un tiro,
dispara, pero no tira?

Este verbo y otros mil
en nuestro idioma son barro;
tira, el que tira de un carro,
no el que dispara un fusil.

De largo sacan largueza
en lugar de larguedad,
y de corto, cortedad
en vez de sacar corteza.

De igual manera me aquejo
de ver que un libro es un tomo;
será tomo, si lo tomo,
y si no lo tomo, un dejo.

Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladre un chucho
se llamara ladrón.

Porque la silaba «on»
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se le llame Ramón.

Y, por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un gran rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.

Y sobra para quedar 
convencido el más profano,
que el idioma castellano 
tiene mucho que arreglar.

Conque basta ya de historias,
y, si al terminar me dais
dos palmadas no temáis
porque os llame palmatorias.

___________________________
Autor:
Pablo Parellada y Molas, por pseudónimos «Melitón González» y «Pancho y Mendrugo» (Valls, provincia de Tarragona, 1855 - Zaragoza, 1944), escritor, comediógrafo, humorista, periodista y dibujante español.


20 de enero de 2013

QUE ME PERDONE LA CIENCIA de Claudio Martinez Paiva





QUE ME PERDONE LA CIENCIA

- (Claudio Martínez Paiva) -


Estoy solito en mi rancho, 
me he quedado solo en casa. 
Ladran los perros afuera
como si vieran fantasmas, 
y alumbran mis pensamientos 
candiles de luces malas. 

Alones de pájaros negros 
me ponen luto en las mangas,
y es tan grande el sufrimiento 
que voy llevando en el alma
que no lo explican las cosas, 
ni lo dicen las palabras. 

Ocho años tenía apenas
el gurisito de mi alma 
y despertó una mañana 
con los ojos encendidos 
y el cuerpito echando llamas. 
—Me muero mama,- decía...
—Me muero tata,- gritaba. 
—Siento una sed de martirio, 
tengo un fuego que me abraza.- 

Besé al cachorro en la frente 
y a la madre en la mirada,
y volé en mi caballo al pueblo
siete leguas de distancia, 
siete puñales de punta 
clavados en mi garganta, 
y el grito de mi hijo adentro...
"Agua mama, agua tata". 

Le expliqué al doctor el caso. 
Se acomodó en su butaca. 
Me miró de arriba abajo 
y me dijo:—Leoncio, ¡lo siento mucho! 
Pero el camino que va a tu rancho es malo 
y me va a estropear el auto. 

Ahí comprendí yo, entonces 
que la ciencia, no es tan ciencia 
cuando no tiene conciencia. 
¡Porque en esos mismos caminos
donde muchos médicos no andan,
cruza a galopes la muerte
y va y viene la desgracia!

Me ordenó que le comprara 
al pasar por la botica 
un frasco de limonada 
y que trajese al enfermo 
cuando la fiebre pasara.
Yo regresé a mi rancho
como regresaría todo padre
en iguales circunstancias:
El corazón en los labios
y la tristeza en el alma.
El médico no venía... el médico no venía 
no porque fuera mala la senda que va a mi rancho 
sino porque no tenía con qué pagarle a la ciencia 
siete leguas, ¡siete leguas de distancia!

La fiebre, duró poquito, 
se le cortó una mañana 
entre un canto de zorzales 
y el suave clarear del alba. 
La madre abrazada al hijo,
mi hijo, la frente helada. 
Y yo sin voz ni presencia 
parado junto a la cama.

Poco después de enterrarlo
se empezó a turbar mi Juana,
Se la pasaba llorando
con las manos sobre el pecho 
lo mismo que si acunara
a un niño recién dormido.
Y así se me fue la pobre,
así la tierra la guarda,
con los brazos sobre el pecho
acunando mi desgracia.

Estoy solito en mi rancho, 
me he quedado solo en casa.
Ladran los perros afuera
como si vieran fantasmas. 
Y alumbran mis pensamientos
candiles de luces malas. 
Y afilo a la media noche 
mi cuchillo, cabo de plata 
la única plata del pobre 
que no le sirve pa´ nada. 

Y medito mi venganza.
Por eso le grito al mundo: 
Que me perdone la ciencia, 
no me culpen si mañana, 
me dicen que soy bandido. 
o un mal hombre sin entrañas. 
Nací can y me hacen puma. 
fui cordero y me ponen garras. 
¡Dios! ¡Dios Todopoderoso! 
Haz que despunte el alba 
y arráncame de mi pecho 
este grito, este grito que me mata: 
—"Agua mama, agua... agua tata."

30 de diciembre de 2012

EL POEMA " APÓSTROFE " DE ALMAFUERTE ¿ES EXCESIVO? Juicio del Dr. Francisco A. Barroetaveña

almafuerte, apóstrofe, ruben sada, pedro b. palacios,

El poema [Apóstrofe] de Almafuerte ¿es excesivo?

Juicio del Dr. Francisco A. Barroetaveña sobre el poema “Apóstrofe” de Pedro B. Palacios [Almafuerte](Con notas al pie e investigaciones aclaratorias de Rubén Sada)


Sin duda alguna, el Apóstrofe[1] del poeta Pedro B, Palacios ha sido el acontecimiento literario rioplatense del primer mes del año nuevo 1916, aun cuando su fecha, de fin de diciembre, lo constituya el testamento de 1915, al menos la partida de defunción moral del Deux ex machina[2] que agita y ensangrienta al mundo. De seguro también que por la mentalidad del autor, por el rango del procesado y por el alto nivel de la sentencia, puede considerarse al "Apóstrofe" como el “chef-d'œuvre [3] contemporáneo, que difícilmente podrá ser superado en las letras; y debemos felicitarnos por ello los argentinos y felicitar a “LA NOTA”[23] por tan brillante primicia.
Se trata realmente de un poema colosal, de altísimo y comprensivo pensamiento; de un proceso histórico-literario sin ejemplo, para hundir al personaje que aspira, entre catástrofes y sangre, al dominio del mundo; de una serie de inculpaciones, de invectivas aceradas y terribles, de flagelaciones implacables, que al enrostrar en cada canto crímenes extraordinarios de lesa humanidad, cae sobre el gran culpable el castigo  condigno, lógicamente, proporcionado, como el estigma de los siglos, como una lápida enorme, ilevantable.
Suscita tanta más extrañeza esta creación genial de Almafuerte, cuanto que su inspiración 'no nace del dolor propio, ni de su pueblo — pues escribe desde un país que se encuentra a tres mil leguas de los acontecimientos trágicos; abstraído de ellos por una ingeniosa, menguada y lucrativa neutralidad, — sino que nace de principios de moral, de justicia y de humanidad, que los ve naufragar entre horrores, entre vilezas, entre olas de sangre y de lodo. Esta gallarda actitud de Almafuerte desafina en la misión vergonzosa de la literatura refinada, ditirámbica[4] y laudatoria, que florece con frecuencia a la sombra de los césares, de los conquistadores, de los grandes tiranos, que conturban y subyugan al mundo. Desde Sesostris[5], Alejandro[6], César Augusto[7], Luis XIV[8] y Napoleón[9]; desde Tamerlán[10], Atila[11], Nerón[12] y Claudio[13], Felipe II[14] e Iván el Terrible[15], Luis XI[16], Abdul-Hamid[17], Francia y Rosas[18]. — todos esos personajes deformes han contado con la aducción[19] de contados Juvenales[20], Víctor Hugos[21], Dantes[22] y Carducéis.[24]
La excelencia de las virtudes de Almafuerte, la elevación de su estro[25] y de su carácter, la aspiración de justicia y de moral, de derecho y de humanidad, le han llevado a producir una obra maestra, terrible y vengadora, de justicia severa y extrema, como son extraordinarios los atentados que impulsó y que preside el kaiser alemán[26]. Otra faz honrosa del "Apóstrofe", para la Argentina y para el poeta, es que no recuerda nada superior en su género la historia literaria, ni se les ha ocurrido nada por el estilo a los Rostand, Anatole France, Maeterlink, Wells, D'Annunzio y demás hombres de letras de los países aliados, donde se producen, sublevan y atormentan, todos los horrores de la guerra. Si Almafuerte produjo con su "Evangélica" a Miss Cavell[27] la página más brillante sobre la torpe crueldad alemana, que inmoló a la heroína inglesa, su inmortal "Apóstrofe" no será superado por ningún ingenio; y marca a perpetuidad la frente del factor de los desastres que enlutan al mundo y eclipsan los progresos de nuestra civilización, especialmente la fama de las universidades alemanas.
Kaiser Guillermo II, Almafuerte, Apóstrofe,
Almafuerte empieza por desalojar al kaiser del trono de nubes y de omnisciencia levantado hasta el Olimpo por el candor de los extraños y por la adulación cesárea.
Fuera de la tragedia contemporánea, no encontrando en todas sus manifestaciones mentales y aficiones oratorias, musicales, filosóficas, escultóricas, rituales, pictóricas, arqueológicas y poéticas, más que lugares comunes, vanidades amenazantes, como "la pólvora seca", "la espada afilada de mis antepasados"' y algunas trivialidades estentóreas[28], aclamadas por la claque[29] militarista, —principia el poema por llamarle "mentecato", "amoral", "bilioso", "mediocre", "medio histrión"[30], "medio chacal" (por su predilección al terrorismo pretoriano), con "necios cascabeles" y "místicos remiendos", que lo magnificaron a su "inflada medianía", a su "'enorme fatuidad".
En apoyo o disculpa de esta humanización del personaje, basta recordar la teatralidad del kaiser en todo; sus 200 trajes pintorescos, su mínimum de diez cambios diarios de uniformes, su manía ambulatoria, de hablar, de entrometimiento en todo, hasta en representaciones teatrales, en la fábrica Krupp[31] y en ganancias sórdidas de estanco.
El poeta responsabiliza al kaiser de todos los atentados, porque en su omnipotencia cesarista, no los ha impedido, ni castigado, sino estimulado con odios y premios que extravían el carácter y pervierten la moral.
Palacios, con su espíritu generoso y analítico de Germania, abstrae un tanto de los "desplantes" grotescos del kaiser a "los jóvenes artistas de Alemania", reconociéndoles  ''prodigios del ingenio, grave y hondo, noble y fuerte''; ''pueblo manso, que a virtud del cientifismo más brutal que los azotes", lo ha "hundido en el abyecto gran trajín de los insectos laboriosos", de "helado mecanismo", con "disciplina de colmena", "encasillada", "sin historia", "mecánica", "de resortes aceitados", de "inconscientes", "donde todos son felices", "porque nadie es personal"; "democracia subalterna", inalterable, donde la omnipotencia imperial "la somete" a las "liturgias de la higiene", o la "conduce al asalto en batallones", como en plena servidumbre romana, de los emperadores más torpes, más crueles y más locos.
Alguien reprocha al poema de Almafuerte excesivo rigor y crueldad en las flagelaciones implacables de cada canto, sobre todo en el coronamiento aplastador del último verso de los procesos parciales; en las síntesis brillantes de una versificación de oro; en los contrastes despiadados del valor sublime de las enfermeras y de Miss Cavell, entre los escombros y horrores de los campos de batalla, y la avilantez[32] fugitiva del divino kaiser; a quien no ha rozado todavía una sola bala en su fastuosa carrera a la cumbre del cesarismo, que la consiente su nación universitaria arrodillada; entre las mujeres violadas y masacradas y la marina de guerra, embotellada bochornosamente, sin más rayo heroico que los hundidos cerca de Malvinas, aunque empañados por la falta de humanidad en Coronel; en aquellas conclusiones magistrales, al terminar el cuadro de los estragos de la guerra: "¡sin honor la humanidad!"; el final de la matanza de niños belgas: "padre triste, padre lleno de vergüenza"; al juzgar la comunidad del kaiser con Dios: "Charlatán"; al compararlo con los Atilas y Alaricos[33]: "por jactancia, por barbarie enardecida, por llenar de espanto al mundo, por maldad"; en la sentencia dantesca: "para ti la Eternidad", "vida eterna, fuego eterno, sin Plutarcos[34], sin si quiera la sonrisa de Caín el fratricida: dolor pleno, dolor sumo, dolor puro por los siglos de los siglos; y en aquella angustia eterna, tú y Satán".
¿Hay en este poema grandiosas calumnias, exceso de invectivas [35], de cargos deshonrosos y aplastadores, falta de proporción y de equidad entre la delincuencia y el castigo? Se trata, dice el poeta, de "la serie larga y negra de tus crímenes horrendos". ¿Hay en ello calumnia? Reflexionemos sobre el atentado sin nombre contra Bélgica y las crueldades inauditas perpetradas allá; sobre el naufragio del derecho internacional, violando las leyes de la guerra, envenenando el aire, bombardeando poblaciones indefensas y abiertas, asesinando masas de mujeres, ancianos y niños con ataques alevosos, estilo Lusitania (glorificado hasta en las escuelas germanas), Ancona, Arabic, etc.; los tratados, base de la comunidad de las naciones, convertidos en simples "tiras de papel", para la insolencia de las invasiones vandálicas imperialistas; la ciencia, puesta al servicio de la destrucción y de la muerte, en formas condenadas por la moral y la tradición; la moralidad, pervertida por la astucia y el espionaje sin escrúpulos, que relaja todos los vínculos más respetables, en obsequio servil de un predominio criminal; los implacables fusilamientos de mujeres, por faltas leves; las rapacidades y los incendios; la extrema brutalidad en los combates y un odio feroz de pueblo a pueblo, como el proclamado y aun premiado, contra Inglaterra, contra Rusia, contra Servia y contra Italia. Todas estas enormidades, que desconciertan y horrorizan, han sido desatadas sobre el mundo por la guerra de imperialismo conquistador provocada por Guillermo II. No se necesita ser germanófobo para encontrar entre las condenas de Almafuerte y esos atentados, la primordial base del derecho represivo: la proporcionalidad, prescindiendo, naturalmente, de la eficacia de los castigos de la imaginación de los poetas.
El   poema  ''Apóstrofe"  de  Palacios  resplandece  en  las cumbres   del   arte   literario;   no   morirá;   para   encontrarle parangón, hay que elevarse hasta la '' Divina Comedia"; y constituye un timbre de gloria para su autor, para su  carácter y para su moral humanitaria. Muy pronto lo harán circular por el mundo los tipos de Gutenberg, en los idiomas de  Cervantes,  de  Shakespeare,  de Voltaire  y  de Alighieri, perpetuando en las edades más remotas la protesta sublime y valiente del Nuevo Mundo, contra el genio de destrucción que enluta a la humanidad.

Francisco  A. Barroetaveña. Enero,1916.

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[1] Apóstrofe. (Del lat. apostrŏphe, y este del gr. ποστροφή).
amb. Ret. Figura que consiste en dirigir la palabra con vehemencia en segunda persona a una o varias, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o a cosas inanimadas, o en dirigirla a sí mismo en iguales términos.

[2] Deus ex machina (lat. AFI: [ˈdeːus eks ˈmaːkʰina]) es una expresión latina que significa «dios de la máquina». Es utilizada para referirse a un elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica interna. Desde el punto de vista de la estructura de un guión, “Deus ex Machina” hace referencia a cualquier evento cuya causa viene impuesta por necesidades del propio guión, a fin de que mantenga lo que se espera de él desde un punto de vista del interés, de la comercialidad, de la estética, o de cualquier otro factor, incurriendo en una falta de coherencia interna.

[3] “Chef-d'œuvre”. Término francés que significa “obra maestra”.

[4] Ditirambo. (Del lat. dithyrambus, y este del gr. διθύραμβος, sobrenombre de Dioniso).
1. m. Alabanza exagerada, encomio excesivo.
2. m. En la antigua Grecia, composición poética en loor de Dioniso.
3. m. Composición poética, comúnmente de carácter laudatorio, a semejanza del ditirambo griego.

[5] Sesostris I.
Segundo faraón de la dinastía XII, del Imperio Medio de Egipto. Gobernó de c. 1956 a 1911/10 a. C. Fue uno de los reyes más poderosos y eficientes de esta dinastía.

[6] Alejandro Magno. Rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte. Dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de su padre, Filipo, para rebelarse. En 334 a. C. lanzó a su ejército contra el poderoso y extenso Imperio Persa, continuando así la empresa que su padre había iniciado poco antes de morir: una guerra de venganza de los griegos —bajo el liderazgo de Macedonia— contra los persas. En su reinado de 13 años, cambió por completo la estructura política y cultural de la zona al conquistar el Imperio Aqueménida y dar inicio a una época de extraordinario intercambio cultural, en la que lo griego se expandió por los ámbitos mediterráneo y próximo oriental. Es el llamado Período Helenístico (323–30 a. C.) Tanto es así, que sus hazañas le han convertido en un mito y, en algunos momentos, en casi una figura divina, posiblemente por la profunda religiosidad que manifestó a lo largo de su vida.


[7] César Augusto. Primer emperador del Imperio romano. Gobernó entre 27 a. C. y 14 d. C. (año de su muerte), convirtiéndose así en el emperador romano con el reinado más prolongado de la Historia.

[8] Luis XIV de Francia, llamado "El Rey Sol" fue rey de Francia y de Navarra desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte, con casi 77 años de edad y más de 72 de reinado, en 1715.

[9] Napoleón I Bonaparte (Ajaccio, 15 de agosto de 1769 – Santa Elena, 5 de mayo de 1821) Militar y gobernante francés, que durante un periodo de poco más de una década, adquirió el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas, y sólo tras su derrota en la Batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el breve periodo llamado los Cien Días y fue decisivamente derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, siendo desterrado por los ingleses a la isla de Santa Elena, donde falleció.
Napoleón es considerado como uno de los mayores genios militares de la Historia, habiendo comandado campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igualmente estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época. Además de estas proezas bélicas, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del Código Napoleónico y es considerado por algunos un «monarca iluminado» debido a su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros, sin embargo, lo estiman un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas, así como uno de los personajes más megalómanos y nefastos de todos los tiempos.

[10] Tamerlán. Conquistador, líder militar y político turco-mongol, el último de los grandes conquistadores nómadas del Asia Central. En poco más de dos décadas conquistó ocho millones de kilómetros cuadrados de Eurasia.  Entre 1382 y 1405 sus grandes ejércitos atravesaron desde Delhi a Moscú, desde la cordillera Tian Shan del Asia Central hasta los montes Tauro de Anatolia, conquistando y reconquistando, arrasando algunas ciudades y perdonando a otras. Su fama se extendió por Europa, donde durante siglos fue una figura novelesca y de terror, mientras que para aquellos involucrados más directamente en su trayectoria, su memoria, siete siglos después, permanece aún fresca, ya sea como destructor de ciudades del Medio Oriente o como el último gran representante del poder nómada.

[11] Atila (395 llanuras danubianas - Valle de Tisza, 453). Último y más poderoso caudillo de los hunos, tribu procedente probablemente de Asia. Gobernó el mayor imperio europeo de su tiempo, desde el 434 hasta su muerte en 453. Conocido en Occidente como El azote de Dios, sus posesiones se extendían desde la Europa Central hasta el Mar Negro, y desde el río Danubio hasta el mar Báltico. Durante su reinado fue uno de los más acérrimos enemigos del Imperio Romano, que en esta etapa final del mismo estaba dividido en dos: El Imperio Oriental con capital en Constantinopla, hoy Estambul, y el Imperio Occidental, con capital en Roma y más tarde en Rávena. Invadió dos veces los Balcanes, estuvo a punto de tomar la ciudad de Roma y llegó a sitiar Constantinopla. Marchó a través de Francia hasta llegar incluso a Orleans, hasta que el general romano Aecio le obligó a retroceder en la batalla de los Campos Cataláunicos en el 451 (Châlons-en-Champagne). Logró hacer huir al emperador de Occidente Valentiniano III de su capital, Rávena, en el 452.
El imperio de los Hunos murió con Atila. Los hunos fueron un pueblo nómada de cazadores y ganaderos. No solían usar la agricultura ni la industria en su organización social, y la escritura era rara vez usada para documentar su historia, por lo que desaparecieron sin dejar ninguna herencia destacada. Lo poco que se sabe de ellos se lo debemos en gran parte a sus mayores enemigos, los romanos. A pesar de todo, Atila se convirtió en una figura legendaria de la historia de Europa, y en gran parte de la Europa Occidental se le recuerda como el paradigma de la crueldad, la destrucción y la rapiña. Algunos historiadores, en cambio, lo han retratado como un rey grande y noble, y tres sagas escandinavas lo incluyen entre sus personajes principales.


[12] Nerón Claudio César Augusto Germánico (en latín: Nero Claudius Cæsar Augustus Germanicus, 15 de diciembre del 37 – 9 de junio del 68), fue emperador del Imperio romano entre el 13 de octubre de 54 y el 9 de junio de 68. El reinado de Nerón se asocia comúnmente a la tiranía y la extravagancia. Se lo recuerda por una serie de ejecuciones sistemáticas, incluyendo la de su propia madre y la de su hermanastro Británico, y sobre todo por la creencia generalizada de que mientras Roma ardía él estaba componiendo con su lira, además de como un implacable perseguidor de los cristianos. Estas opiniones se basan fundamentalmente en los escritos de los historiadores Tácito, Suetonio y Dión Casio. Pocas de las fuentes antiguas que han sobrevivido lo describen de manera favorable, aunque sí hay algunas que relatan su enorme popularidad entre el pueblo romano, sobre todo en Oriente.


[13] Tiberio Claudio César Augusto Germánico (Lyon, 1 de agosto de 10 a. C.2 3 — Roma, 13 de octubre de 54 d. C.) Historiador y político romano, fue el cuarto emperador romano de la dinastía Julio-Claudia, y gobernó desde el 24 de enero del año 41 hasta su muerte en el año 54. Su gobierno fue de gran prosperidad en la administración y en el terreno militar. Durante su reinado, las fronteras del Imperio romano se expandieron, produciéndose la conquista de Britania. El emperador se tomó un interés personal en el Derecho, presidiendo juicios públicos y llegando a promulgar veinte edictos al día.
En cualquier caso, se le vio como un personaje vulnerable, especialmente entre la aristocracia. Claudio se vio obligado a defender constantemente su posición descubriendo sediciones, lo que se tradujo en la muerte de muchos senadores romanos.


[14] Felipe II de Austria (o Habsburgo), llamado El Prudente (Valladolid, 21 de mayo de 1527 – San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, desde cuando fue presentado por sus defensores como arquetipo de virtudes, y como un monstruo fanático y despótico por sus enemigos. Esta dicotomía entre la Leyenda Blanca o Rosa y Leyenda Negra fue favorecida por el propio Rey Prudente, que se negó a que se publicaran biografías suyas en vida y ordenó la destrucción de su correspondencia. Aún hoy en día, la historiografía anglosajona y protestante representa a Felipe II como un ser fanático, despótico, criminal, imperialista y genocida. Sus victorias fueron minimizadas hasta lo anecdótico y sus derrotas magnificadas en exceso, a pesar de que no supusieron grandes cambios políticos o militares, como la pérdida de una parte de la Armada Invencible denominada la Grande y Felicísima Armada debido a un fuerte temporal, que además los historiadores anglosajones "transformaron" en una victoria inglesa.
Durante su gobierno, el Imperio español dirigió la exploración global y la extensión territorial a través del Océano Atlántico y del Océano Pacífico, alcanzando su apogeo y convirtiéndose durante mucho tiempo en el principal país y potencia europea en todo el mundo. Su imperio, el Imperio español, se convirtió bajo su gobierno en el primer imperio global, porque por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes, a diferencia de lo que ocurría en el Imperio romano.

[15] Iván IV Vasílievich (ruso: Иван IV Васильевич), llamado Iván el Terrible (Kolómenskoye, Rusia, 28 de agosto de 1530 - Moscú, 18 de marzo de 1584) fue un zar de Rusia (1547-1584). Es considerado uno de los creadores del Estado ruso. Fue coronado Gran Príncipe de Moscú a los tres años, tras la muerte de su padre. Sin embargo, el reino fue administrado por su madre, que fue envenenada cinco años después de la coronación por clanes boyardos que se disputaban el poder. Fue sometido a las humillaciones de los boyardos, lo que ensombreció su carácter. Fue recluido en el palacio del Kremlin viviendo casi como un mendigo. Este hecho generó en Iván un gran odio hacia los boyardos, y tuvo como consecuencia las constantes persecuciones y matanzas que organizó contra estos clanes. En estos primeros años Iván sufrió desvaríos mentales, ya irreversibles, lo que le llevaba a dar rienda suelta a su ira torturando y arrojando a perros desde las torres. La muerte de su esposa en 1560 acentuó el autoritarismo de Iván IV, quien mostró los primeros síntomas psicopáticos, que, agravados más adelante, lo llevaron a cometer todo tipo de atrocidades -a las cuales debió el apelativo del Terrible- y a una religiosidad exacerbada y próxima al delirio. Entre 1560 y 1564, valiéndose de los «streltsí» y con el propósito de reforzar su poder frente a la aristocracia, desencadenó una sangrienta represión contra los boyardos y el clero, prescindiendo de los consejeros de la Rada. Incluso atacó y devastó en 1570 las antiguas ciudades libres rusas de Nóvgorod y Pskov, y en 1581 dio muerte a su primogénito.

[16] Luis XI de Francia, (Bourges, 3 de julio de 1423 - Plessis-les-Tours, 30 de agosto de 1483). Rey de Francia entre 1461 y 1483. Desde 1456 a 1461 Luis vivió en la corte de Felipe III de Borgoña, donde se le conocía como "La Araña" por su capacidad de tejer conspiraciones en contra de sus enemigos. Para lograr consolidar el poder de la monarquía se sirvió, cuando era necesario, de cualquier instrumento que le resultara útil, así sea la corrupción, diplomacia, intrigas, traición y la guerra.

[17] Abdul Hamid II (En turco otomano: عبد الحميد ثانی `Abdü’l-amīd-i sânî, en turco: İkinci Abdülhamid) (21 de septiembre de 1842 - 10 de febrero de 1918), 34º sultán del Imperio otomano.
Fue el último sultán otomano en poseer poderes absolutos, y el que demoró en unas décadas el advenimiento de la época moderna a Turquía, por sus métodos autoritarios y a menudo despiadados para tratar con las fuerzas separatistas; y sus maniobras diplomáticas, utilizando un poder europeo contra el otro.

[18] Juan Manuel de Rosas (Buenos Aires; 30 de marzo de 1793 – Southampton, Hampshire; 14 de marzo de 1877) fue un militar y político argentino, que en 1829, tras derrotar al general Juan Lavalle, accedió al gobierno de la provincia de Buenos Aires. Logró constituirse en el principal dirigente de la denominada Confederación Argentina (1835-1852).


[19] Aducción. (Del lat. adductĭo, -ōnis). 1. f. Acción de aducir (Presentar o alegar pruebas).


[20] Décimo Junio Juvenal (en latín Decimus Iunius Iuvenalis, Aquino, actual Italia, 60 d. C. - Roma, 128 d. C.) fue un poeta latino, activo a finales del siglo I y comienzos del siglo II, autor de dieciséis Sátiras. Juvenal traza un retrato ácido y despiadado de sus contemporáneos. En sus propias palabras, es un mundo sobre el cual «difficile est saturam non scribere» (Sátira I–30). A Juvenal se atribuyen 16 poemas conocidos, divididos en cinco libros; todos pertenecen al género romano de la sátira, que, en su forma más básica en tiempos del autor, comprendía una discusión amplia de la sociedad y sus costumbres en hexámetro dactílico.

[21] Víctor Hugo (Besanzón, 26 de febrero de 1802 - París, 22 de mayo de 1885), fue un poeta, dramaturgo y escritor romántico francés, considerado como uno de los escritores más importantes en lengua francesa. Contribuyó de forma notable a la renovación lírica y teatral de la época; fue admirado por sus contemporáneos y aún lo es en la actualidad, aunque ciertos autores modernos le consideren un escritor controvertido. Su implicación política, que le supuso una condena al exilio durante los veinte años del Segundo Imperio francés (1852-1870), permitió a posteriores generaciones de escritores una reflexión sobre la implicación y el compromiso de los escritores en la vida política y social.
Sus opiniones, a la vez morales y políticas, y su obra excepcional, le convirtieron en un personaje emblemático de Francia.

[22] Dante Alighieri (Florencia, c. 29 de mayo de 1265 – Rávena, 14 de septiembre de 1321) fue un poeta italiano. Su obra maestra, La Divina Comedia, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista, considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. Participó activamente en las luchas políticas de su tiempo, por lo que fue desterrado de su ciudad natal. Escribió varios tratados en latín sobre literatura, política y filosofía.


[23] La Nota. Semanario argentino cuyo primer número 1 apareció al cumplirse el primer año de la llamada Gran Guerra (14 de agosto de 1915), se publicó en Buenos Aires entre 1915 y
1921. La colección completa es de 312 números y tuvo un carácter político-misceláneo. En un comentario al pie de dicha revista, al citar la obra de Almafuerte, expresa: “Apóstrofe” y “Alemania” de Almafuerte; “Alemania contra el mundo” de Francisco Barroetaveña, con prólogo de Almafuerte. De este libro, que se había publicado primero en El Diario de Láinez, La Nota, en “Bibliografía”, afirmaba: “nos reconforta, pues con la convicción de que el pueblo argentino no ha permanecido en una deshonrosa inconsciencia”. La Nota, nº 63, pp. 1253-1254.

[24] Giosuè Carducci (Valdicastello, Toscana, 27 de julio de 1835 – Bolonia, 16 de febrero de 1907) fue un poeta y escritor italiano. Fue profesor de literatura italiana en la universidad de Bolonia, cátedra que mantuvo durante 42 años. Opuesto al papado, a la monarquía y al sentimentalismo que dominaban la literatura italiana de su tiempo, fue el primer poeta que adaptó con éxito los metros clásicos latinos a la poesía italiana moderna. En toda su obra son notorias la afirmación de su personalidad, su rebeldía e inconformismo —sobre todo en su época juvenil— y su anticlericalismo militante.

[25] Estro. (Del lat. oestrus, y este del gr. οστρος, tábano, aguijón).
m. Inspiración ardiente del poeta o del artista al componer sus obras.

[26] Guillermo II (en alemán: Wilhelm II, nombre completo: Friedrich Wilhelm Viktor Albrecht von Hohenzollern; Berlín, 27 de enero de 1859 – † 4 de junio de 1941) fue el último emperador alemán (Káiser) y el último rey de Prusia. Gobernó entre 1888 y 1918. Es asociado a la Primera Guerra Mundial y el imperialismo europeo. Guillermo II tenía una personalidad compleja, brutal para algunos, manipulador excesivo para otros, en suma una personalidad que algunos historiadores han tildado de megalómana extrema, poco tolerante y avasallante. No por ello menos inteligente y vivaz, y se ha afirmado que con el tiempo y la experiencia adquirió astucia política y militar.
Varios análisis recientes de documentos sobre su nacimiento, almacenados en los Archivos Imperiales alemanes, han sugerido que Guillermo II pudo también haber experimentado un trauma cerebral en su nacimiento. Los historiadores no han podido determinar si tal incapacidad mental pudo haber contribuido a su agresividad, testarudez y falta de tacto con las personas que lo rodeaban (notablemente su madre) y a la hora de afrontar problemas, lo cual era evidente tanto en su vida política y personal. El káiser tuvo una relación difícil con su madre, quien era fría y estricta con él, y se sentía en cierta manera culpable por la deformidad del brazo izquierdo de su hijo, tratando en muchas ocasiones de corregirla a través de un riguroso régimen de ejercicio y dolorosos sistemas médicos.

[27] Edith Cavell (Swardeston, Norfolk, Inglaterra; 4 de diciembre de 1865 – Bruselas, Bélgica; 12 de octubre de 1915) Enfermera británica condenada a muerte en juicio sumarísimo por un tribunal militar alemán (Primera Guerra Mundial), por haber cobijado en su hospital en Bruselas a hasta doscientos soldados belgas, franceses e ingleses (prisioneros evadidos y pilotos abatidos) y haberles ayudado a huir de Bélgica y reintegrarse a sus puestos de combate. En Bélgica, país donde ella trabajaba como enfermera de la Cruz Roja, se ordena que todos "los heridos peligrosos o sospechosos" sean sacados del hospital. Ella se opone y ayuda a varios de ellos a escapar para que vuelven al combate. Sin embargo, un espía alemán la delata, siendo sorprendida en esta labor. Es llevada a la prisión militar de Saint-Gilles. La noticia asombra y enfurece a los países aliados, así como a varios neutrales como Estados Unidos o España, que solicitan le sea respetada la vida. Los alemanes no escuchan y realizan un juicio sumario, condenándola a ser fusilada el día siete de octubre de 1915 a las dos de la madrugada, hecho que provoca horror e indignación a nivel mundial. Según dijo un oficial del Estado Mayor Alemán posteriormente "ha sido uno de nuestros más grandes errores. No pudimos concebir una acción más impopular".

[28] estentóreo, a. (Del lat. stentorĕus, y este der. del gr. Στέντωρ 'Estentor', personaje de la Ilíada conocido por su fuerte voz).
1. adj. Dicho de la voz o del acento: Muy fuerte, ruidoso o retumbante.

[29] Claque. (Del fr. claque). f. Grupo de personas que asisten a un espectáculo con el fin de aplaudir en momentos señalados.

[30] Histrión. (Del lat. histrĭo, -ōnis).
1. m. Actor teatral.
2. m. Persona que se expresa con afectación o exageración propia de un actor teatral.
3. m. Hombre que representaba disfrazado en la comedia o tragedia antigua.

[31] Krupp es el apellido de una familia de industriales alemanes de los siglos XIX y XX, que creó con el consorcio Krupp la mayor empresa de Europa en su época. Los Krupp se relacionaron estrechamente (salvo durante la República de Weimar) con todos los gobernantes alemanes. Las armas producidas por ellos protagonizaron las guerras europeas desde 1866 hasta 1945.

[32] avilantez. (De vil). 1. f. Audacia, insolencia.

[33] Alarico I (gótico Allareiks 'rey de todos'), nacido en la isla de Peuce, en el delta del Danubio en el año 370 y fallecido en Cosenza en el año 410, fue rey de los visigodos (395–410) de la dinastía baltinga. Acaudilló un ejército visigodo aliado de los romanos (387–395), y se proclamó rey (395–410). El rey Alarico fue crucial en el proceso de descomposición del Imperio romano de Occidente.
Alarico II (¿? – 507) fue rey de los visigodos desde el año 484 hasta que murió en la batalla de Vouillé en el año 507, que enfrentó a los visigodos con las tropas del rey franco Clodoveo I. La derrota de los visigodos en esta batalla marca la desaparición del Reino de Tolosa.

[34] Plutarco de Atenas (ca. 350 - 430) Filósofo neoplatónico de la antigua Grecia que enseñó en Atenas a principios del siglo V. Restableció la Academia platónica en esta ciudad y fue su director. Escribió comentarios sobre Aristóteles y Platón, enfatizando las doctrinas en las que ambos coincidían.

[35] Invectiva. (Del lat. invectīva). 1. f. Discurso o escrito acre y violento contra alguien o algo.

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