HAY PALMAS QUE DICEN BASTA

Hay palmas que dicen “basta”:
¡Basta de muerte y violencia!
¡Basta al robo y delincuencia
del poblado o de la casta!
No al Estado que malgasta.
¡Basta de impuesto voraz!
¡Basta de gente incapaz!
¡Basta de ñoqui que cobra!
¡Basta de pública obra!
Ya robaron, ¿quieren más?

Hay palmas que dicen “basta”.
¡Basta, impuesto inflacionario!
¡Basta de mentir, el diario
y la pantalla nefasta!
Que no aumente la canasta
y que baje la inflación.
¡Basta del garfio ladrón!
¡Basta al déficit fiscal!
¡Basta de Banco Central
y de vaciar su arcón!

Hay palmas de piel honesta
que hacen “basta” en tono franco
a las que con guante blanco
les harán pagar su fiesta.
Basta de pérdida y resta
en el Pami, en el Ansés,
basta de gris escasez
del haber jubilatorio
transformando en purgatorio
el tiempo de la vejez.

Hay palmas que dicen “basta”.
¡Basta de politichorros!
¡Basta al secuestro de ahorros
y que devuelvan la pasta.
La vida se nos desgasta
y los sueños se evaporan,
criminales nos devoran
con pena de muerte exprés,
basta de coimas al juez
que niños huérfanos lloran.

Hay palmas que con sudor
riegan el alba del gallo,
tallan cada ampolla en callo
con la pala del amor.
Son las palmas del vigor,
la experiencia y la pericia,
dicen “basta” a la injusticia
y consuelan a otras almas,
que aún existan estas palmas
es una buena noticia.

Son las palmas de la gente
del esfuerzo y del trabajo,
y dicen “stop” de cuajo
al corrupto y delincuente.
Palmas de alma valiente
y de espíritu entusiasta,
son palmas que suben hasta
el cielo donde se encumbran,
son palmas santas que alumbran
indicando que “ya basta”.

© Rubén Sada. 22/02/2024.