* PAZ EN MI JARDÍN DE AMOR *
Sobre todo busqué paz
para absorber en el alma,
una tormenta de calma
Acudiendo a mi solaz
todo verde en su esplendor,
soñé beber el frescor
sin ningún momento brusco,
pues es todo lo que busco:
*Paz en mi jardín de amor.*
Paz completa en mi jardín
escuchando el buen trinar
de la calandria al pasar
y del bello tomeguín.
Una planta de jazmín
me traía su vapor,
y una rosa en su rubor
me obsequiaba poesía,
todo un sueño en armonía,
*paz en mi jardín de amor.*
Mas, la paz llegó a su fin
cuando apareció un picudo
de colmillo puntiagudo:
El mosquito Trompetín.
Era gigante el muy ruin,
más grande que un picaflor,
pterodáctilo a motor
que quería perforarme,
en lugar de querer darme
*paz en mi jardín de amor.*
Lo espantaba con el codo,
con patadas, con las manos,
pero en mil intentos vanos
de educarlo no hubo modo.
Le empecé a tirar de todo,
libros de un célebre autor,
dos botellas de licor
y un paraguas que no arranca,
para proteger la blanca
*paz en mi jardín de amor.*
Como no embocaba una
probé con un adoquín,
y el mosquito Trompetín
se me reía, ¡ahijuna!
Quiso darme su vacuna
más letal que un dictador,
que produce mucho ardor,
y da condena de muerte,
yo quería ver, con suerte,
*paz en mi jardín de amor.*
Tuve que huir a mi pieza
que tiene un buen mosquitero,
prefiero estar prisionero
a que pinchen mi corteza.
Dijo Trompetín, su alteza:
“Que no invada su exterior,
que allá adentro hace calor,
que el jardín es solo suyo,
que quiere paz, no murmullo
*en SU jardín del amor.*
© Rubén Sada. 22/07/2023.
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