14 de diciembre de 2022

ALMOHADA

 


ALMOHADA

 

Tengo un puñado de estrofas
que llovieron entre sueños,
pero en débiles empeños
me los robaste, ¡y te mofas!
Musa, ¿por qué filosofas
con la incierta madrugada
y dejas mi mente en nada?
¡Devuélveme, musa esquiva,
los versos a la deriva
*disueltos en la almohada!*
 
Me pintaste mil castillos
de naipes con ilusiones,
dibujaste corazones
y les clavaste cuchillos.
Entre el canto de los grillos
soñé con mi enamorada,
y al morir la luz plateada
mis sueños se evaporaron,
¡todos ellos se esfumaron
*disueltos en la almohada!*
 
Tampoco me levanté
siquiera para ir al baño,
ni acaso bajar peldaño
de la cama yo intenté.
Apagado mi quinqué
y abrigado de la helada
me tapé con la frazada,
y en eterno dormitar,
mis verbos han de quedar
*¡disueltos en la almohada!*
 
Un onírico destino
se hizo niebla en un instante,
me torné un quijote errante
corriendo a un falso molino.
Hoy soy solo un peregrino
deambulando en la jornada,
después de incierta alborada
abrumado por la bruma,
mis sueños se hicieron pluma
*¡disueltos en la almohada!*
 
¡Escapar! Solo escapar
es lo que mi mente estampa,
correr rápido en la pampa
con un guepardo a la par.
Beberme el entero mar
de la libertad ansiada,
y en una noche cerrada
viajar a siglos pasados
de mil sueños suturados
*¡disueltos en la almohada!*

Pero no. No podrá ser
porque me encuentro despierto
aunque estoy en vida muerto
como la noche de ayer.
Viene un nuevo amanecer
y en la estepa iluminada
se eleva mi voz sagrada
como ladrido de canes,
¡ya no tendré más afanes
*disueltos en la almohada!*
 
*© Rubén Sada. 12/12/2022.* Pie forzado v.10 pertenece a Joel Márquez Sánchez.


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