5 de diciembre de 2021

¿QUÉ ES POESÍA?

 

¿QUÉ ES POESÍA?

Poesía, de “poiesis” (creación), es en sí misma un acto creativo que pone de manifiesto “la belleza” de lo creado con el propósito de imprimirlo en nuestra memoria y sentimientos para siempre, aún luego de partir. En principio podemos decir que hay dos formas de escritura creativa: “Prosa y Poesía”. ¿En qué se diferencian? Pocos lo han explicado mejor que el gran poeta malagueño Jesús Cotta Lobato, quien definió: “La poesía es salvar del olvido, de la fragilidad, de la muerte, del silencio y de su aparente insignificancia, cualquier cosa digna de ser recordada, pero hacerlo con palabras dignas de su belleza. En el nivel mínimo, las palabras son piedras sueltas, rústicas y con significado primario. Pero en el nivel máximo, las mismas palabras bien colocadas pueden construir catedrales y bien combinadas tener un mayor significado. La misión del poeta es ‘descubrir esa belleza’ gracias a su ‘sensibilidad’, y explorar y explotar el lenguaje para construir ideas a la altura de esa belleza y perpetuarla. La inspiración es una estrella muy fugaz, es un destello que el poeta debe atrapar. Le pasa por delante a casi todas las personas, pero solo el poeta sensible es quien no lo dejará escapar y podrá construir bellas creaciones a partir de ese resplandor. La belleza es inefable, no se puede expresar con palabras y además el idioma es insuficiente. Por eso, es necesario explorar y explotar los “recursos de la retórica” para poder traducir a palabras lo que solo el sentimiento podría expresar. Por ejemplo: El simple hecho de haber comido una mandarina que nos ha gustado mucho, podría hacernos escribir en prosa la frase: “¡Qué rica es esta mandarina!”. Pero esto no hará que esa declaración se convierta automáticamente en un poema y difícilmente sea recordado en el tiempo. Entonces, para realzar ese momento con ideas poéticas y perpetuarlas, podríamos decir, por ejemplo:
“Mandarina inflamada del invierno,
estrellita escarchada del incendio,
¿quién te hizo unos gajos tan risueños?
¿En qué niño se ha inspirado? ¿En qué cuento?
¿Qué meteoro te ha traído de tan lejos
su yang de oro y ese ying con caramelo?
Rojo sol que me ciegas cuando muerdo,
¡tu explosión me proyecta para un beso!”
“Los poetas fomentamos las cosas hermosas del universo. La poesía hace único lo repetido, perdurable lo efímero, fuerte lo frágil, presente lo pasado, lozano lo ajado, y todo esto es lo contrario que lo que causa el tiempo.” (© Jesús Cotta Lobato, España. “Improvisación poética sobre una mandarina”).
Pero la poesía no puede ser un listado de galimatías incomprensibles que el lector no entiende, por más sentimientos que estas tuviesen. Un conjunto de palabras mezcladas, sin significado alguno para el que está leyendo, difícilmente pudiera resaltar la belleza de un mensaje o comunicarlo. El poema con ritmo y armonía, que se vale de construcciones literarias y figuras de la retórica sugiriendo imágenes comprensibles al lector, sí cumpliría con el requisito de ser contenido creativo poético, para intentar -si acaso- emular al objeto, persona, sentimiento o suceso a quien se refiere el mismo.
Llenemos el planeta con poesía y este mundo será un poco mejor. © Rubén Sada.

¡POESÍA! ¡QUÉ MILAGRO!

¡Poesía! ¡Qué milagro...
que no se puede explicar!
Sirve al expresar “Te amo”
y con ella enamorar.
Es buena al mostrar cariño
o a tu amistad dedicar.
Es útil para aprender
y también para enseñar.
Te ayuda cuando estás lejos,
extrañando tu lugar.
Te puede hacer sonreír
o de la emoción, llorar.
Protestas, quejas o broncas
te ayuda a desahogar.
Te acompaña si estás triste,
¡del pozo te ha de sacar!
Es la miel de los panales
que endulza tu paladar.
Tiene marcas de tu alma,
es tu huella dactilar.
Sirve para todo esto
y un inmenso mundo más,
porque está presa en tu adentro
pero te enseña a volar.
¿Cómo se forman grafías
en un mensaje de paz?
¿Por qué, bella poesía,
eres coro celestial?
¿Por qué tienes armonía?
¿Cómo haces para rimar?
¡No lo sé! Es un misterio
que te está por encantar.
A tu espíritu alimenta
como a tu estómago el pan.
Y a tu lengua condimenta
mejor que especias y sal.
¡Poesía! ¡Qué milagro...
que nadie puede explicar!
Un capricho del idioma...
¡un canto a la humanidad!
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© Rubén Sada. 17-09-2007.




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