24 de septiembre de 2021

NÉSTOR (EL BUENO)

 


NÉSTOR (EL BUENO)

En trincheras de papel
combatiendo como el trueno,
conocí a Néstor (el bueno),
¡un gladiador con laurel!
Su depósito a granel
tiene estantes de color,
que abastecen al pintor
y al alumno de la escuela,
tiene buena clientela
y la atiende con amor.

Su trabajo es sacerdocio
y en esto es muy responsable,
con un trato siempre amable
le da alegría al negocio.
No hay momentos para ocio
pero sí de humor ameno,
cuando se es todo terreno,
materia prima de un libro,
con el abrazo en que vibro
destaco a Néstor, (el bueno).

Un país tiene pilares
sobre los cuales se funda,
gente de humildad profunda
y valores ejemplares.
Yo les edifico altares
cuando su labor contemplo,
son el magnífico templo
que se construye en la tierra,
como el techo que se aferra
a un camino que es ejemplo.

Como vos, buena persona,
como Coco, guía y faro,
como el techo que es amparo
cuando la tormenta encona.
¡Que el latir de una bordona
te bañe de juventud,
que Dios cuide tu salud
y haga bendito tu oficio!
Por tu excelente servicio
hoy te expreso gratitud.

¡Cuántos héroes sin medalla
viven en la patria mía!
Se levantan cada día
a luchar en la batalla.
Son pequeños de gran talla
que impulsan muchos carruajes,
colosales personajes
de esta nación y su historia,
de experiencia y trayectoria
ponen el alma en sus viajes.

¡Yo te saludo, valiente
y te extiendo aquí mi mano!
Porque sos más que un hermano
que encontré entre tanta gente.
Este poema que siente
tu cercanía, va lleno
con la amistad de mi seno
de poesía cultor,
a tu brazo proveedor,
querido Néstor, (el bueno).

© Rubén Sada. 21/09/2021.

19 de septiembre de 2021

UN VIERNES DE TERROR

 

UN VIERNES DE TERROR

¡Qué castillo de Bran ni novela de Drácula! Lo que vivo hoy, sí que es de terror. Y ya te lo cuento...
Los viernes siempre me pasa algo... Mi despertador no suena y llegaré tarde al lugar de trabajo. Ma, me voy sin desayunar.
Un neumático del automóvil está pinchado. ¡Maldición! Pongo la rueda de auxilio. Pero cuando quiero arrancar, el tanque no tiene gasolina. Tengo que ir a pie a comprar.
Camino con un bidón hasta la gasolinera, y ¡está perforado! Compro uno nuevo. Vuelvo a donde se quedó el auto.
Pero el coche no arranca. Tengo que empujarlo. Estoy extenuado.
Los viernes siempre me pasa algo... Llego tarde al trabajo y pierdo el premio. Del apuro, mi café se derrama en la mesa del jefe.
El jefe me echa de su oficina. ¡Me rindo!
Me vuelvo y cuando llego a casa, encuentro un trébol de cuatro hojas… ¡Qué esperanza! Pero una hoja se le cae. Ufff.
Llegué a casa. Me cortaron la electricidad porque me olvidé de pagar la factura. Hoy no hay TV ni podré ver el partido.
Oigo un lobo, parece sacado de un cuento de terror. Es mi perro, que está aullando en la oscuridad. Olvidé dejarle comida y me mordió el colchón.
Dormiré en el suelo. Igual, para dormir no necesito luz. Drácula tampoco necesitaba. Le alcanzaba con la luz de los relámpagos en una noche de tormenta como la que se avecina.
¡Uy! ¡Qué miedo! Las primeras gotas ya empezaron a caer.
(Continuará)...

© Rubén Sada. 19/9/2021. 
Cuento perteneciente a mi 13° libro publicado, titulado ZECE FRAZE, pág. 96-97. Traducción al castellano, del cuento original que escribí en idioma rumano.

10 de septiembre de 2021

TU DULZURA


 

TU DULZURA



Soy obrera en la colmena
y necesito el cristal,
la ambrosía del panal
que tu polen almacena.
Tu corola está bien llena
de pétalos matizados,
cada antera en sus dos lados
de mieles está vestida,
me han endulzado la vida
tus labios azucarados.

© Rubén Sada. 10/09/2021.

8 de septiembre de 2021

LA VIDA NOS DA REVANCHA

 


LA VIDA NOS DA REVANCHA

 

Cuando se acaba el partido
y se oye el pito final,
en un instante fatal
llega al fin el recorrido.
Todo el antes fue vivido
con risas, juegos y canto,
mas la noche un negro manto
pone a un candil de alegría,
y hasta el sol del mediodía
anochece en cuita y llanto.
 
El dueño de la pelota
al final del juego pita,
y alza la banderita
antes de ver la derrota.
Un nuevo tanto se anota
en el frío marcador,
y sumando al goleador
otra rama de laurel,
lo reinscribe en el plantel
del torneo del amor.
 
El asunto es no cejar
ya que pierde el que abandona,
renunciar a la corona
será hiel al paladar.
No está el podio ni el altar
guardado para cualquiera,
un peldaño en la escalera
hay que subir cada día,
latiendo con la hidalguía
del potro en una pradera.
 
La vorágine del juego
nos hace correr veloces,
y aguantar años de coces
con segundos de sosiego.
Bomberos matando al fuego
que amenaza bosque y cancha,
enfrentando a la avalancha
que provocan las tormentas,
y a pesar de las afrentas
la vida nos da revancha.

Cuando el partido termina
se reactiva la memoria,
da su balance la historia
y un epílogo avecina.
Con tinta de hemoglobina
que de mis venas expolio,
pude escribir cada folio
y al volver a leerlos vibro,
tengo un por qué en cada libro
que hasta lleno un portafolio.
 
Si este partido concluye
y una pitada lo trunca,
no me arrepentiré nunca
de los penalty que incluye.
Mientras que mi verso fluye
y la mente se me ensancha,
la esperanza no se mancha
y ante el fin del recorrido
espero el otro partido:
"La vida nos da revancha".

© Rubén Sada. 8/09/2021.