LA FOTO

 

Desde espacios ancestrales
en un tiempo muy remoto,
vino a mi mano una foto
de mi vida en sus umbrales.
Mil cariños especiales
y un ambiente familiar,
posaban en un hogar
y al rescatar del olvido,
un tesoro otrora hundido
flotó del fondo del mar.
 
Me visitó la niñez
de un cuerpito muy pequeño,
de Tristán Suárez un sueño
vino a verme en la vejez.
¿Seré el mismo, hoy? Tal vez.
Tengo otra altura, otra forma;
todo el ayer me conforma
porque he sido muy feliz
con mis abuelos, raíz
que en árbol hoy se transforma.
 
Desde un jardín muy lejano
por la senda en la que anida,
volando fue remitida
hasta el nido de mi mano.
Incubarla no fue en vano
si de ella me enamoro,
es un pequeño tesoro
que brilla más que una estrella,
de haberse perdido ella
perdía un arca de oro.

Fue una fracción de un segundo
que tardó el obturador,
en retratar el amor
que respiraba en mi mundo.
Hoy al verla, amor infundo
y aunque mi verso está lerdo,
dedicatorias no pierdo
con gratitud a mis primas
y he trazado algunas rimas
con gratísimo recuerdo.
 
Un regalo inesperado
voló hasta mí con alas,
y hace festejo con galas
el túnel de un tiempo amado.
Doce lustros que he andado
perfumados con esencias,
me obsequian reminiscencias
de amor familiar floridas,
creo que ya viví dos vidas
a pesar de las ausencias.
 
© Rubén Sada. 20/08/2021.