21 de agosto de 2020

TUS KILÓMETROS DE PIEL

TUS KILÓMETROS DE PIEL

Tu tierra, mujer gigante, me dispuse a conquistar, y te comencé a explorar como caballero andante. Maravilla semejante me mostraste en tu vergel, bebiendo de tu jagüel del que estoy enamorado, feliz de haber conquistado tus kilómetros de piel. ¡Cuán hermosa veo tu tierra! ¡Cuánto bien tenerla me hace! Despierta la siembra nace con semilla que no erra. De su napa que se entierra extraeré el agua bendita, para regar la rosita del más pasional color, que es el color del amor que tu labio rojo imita. Cuando recorro tus montes me arrodillo en tu ladera, y me sonríen la esfera del sol de tus horizontes. Como cantos de sinsontes terremotos de temblor, se agitan con el fragor mas luego viene la calma, y en los silencios del alma tu cuerpo bebe el licor. El deseo productivo poco a poco nos aumenta, bebo el río, me alimenta, y más que nunca estoy vivo. Por tu boca soy altivo, entre tus sendas colinas te recorro en las esquinas y cavernas de tu valle, yo conozco bien tu talle y tus sueños golondrinas. Por eso clavé la estaca sobre tu precioso suelo, porque yo conquisté el cielo rozando tu piel de alpaca. El descanso nos aplaca adentro de nuestra alcoba, y en el pubis que la engloba alcé en alto mi bandera, como dueña es la palmera de la playa que la arroba. Luego de la inagotable tarea de siembra hermosa, dormirás, hembra preciosa bajo un nirvana insondable. Gestarás un niño afable en tu vientre de planeta, que te besará en la meta cuando yo ya no esté acá, y de su boca saldrá mi palabra de poeta. Hay un cielo muy celeste que protege tu dominio, y una luna de aluminio que vigila en el oeste. Aunque alguna vez, agreste se nos presentase el clima, no quisiera que te oprima ni el conflicto ni el dolor, prefiero hacerte el amor y conducirte a la cima. Nuestro sol quiere entibiar las arenas de tu playa, después de cada batalla que agita tu calmo mar. Y en la paz de nuestro hogar beberemos del jagüel, descansando en un vergel con merecido sosiego, luego que sembró el labriego tu bella tierra, tu piel. © Rubén Sada. 14/05/2007.