CAMINANDO EL ABECÉ
¿Qué culpa tiene esta hoja
que la manche con mi verso?
Cada letra es universo
que al silencio gris despoja.
Una inquieta paradoja
me dicta: “En vano no fue”:
Hoy camino el ABECÉ
y en dirección a la zeta,
cuando me encuentre en la meta
venceré, ¡sí! Venceré.
Al principio nada
era
y al comenzar todo fue,
fue el génesis abecé
en el girar de una esfera.
Al gotear de la
primera
gota que a la piedra labra,
aturdiendo a la macabra
anatomía del silencio,
surgió lo que reverencio:
Amaneció la
palabra.
Bagaje de un
verso bueno
que se gesta de la fe,
la palabra es puntapié
que brota dentro del seno.
Brillo de sol,
siempre pleno
que pone luz a mil rosas,
las palabras armoniosas
conjugan abecedarios
y forman vocabularios
Bellos, que
describen cosas.
Cada letra es cromosoma
y debo hacer hincapié:
la palabra es abecé
de la lengua y del idioma.
Caracteres que de
Roma
nos legaron los ancestros,
más de un milenio de diestros
versos de raíz prosaica
recibimos de la arcaica
Castilla de los
maestros.
© Rubén Sada. 29/06/2020.