6 de mayo de 2020

EL AMOR (Controversia del siglo cap,1, Indio Naborí vs. Ángel Valiente)

EL AMOR



Naborí
Valiente
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Amor –bálsamo en la herida Amor es desprendimiento
y sol risueño en la frente– del humano corazón;
es el Génesis, la fuente una manifestación
universal de la vida. íntegra del sentimiento.
Por su gracia indefinida, Sublime florecimiento
yo explicaría el amor, de íntimas evocaciones;
no con mi voz de cantor pulmón de nuestros pulmones,
sino con veinte violines que más fuerza le pedimos
en un bosque de jazmines, cuando en el alma sentimos
a los pies de un surtidor. todas sus palpitaciones.
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Érase la iniciación Amor es lágrima ardiente
del milagro de lo vivo: y carcajada sonora:
salió Amor del primitivo está en el pecho que llora
huevo de la Creación… y en el niño sonriente.
Todo sintió la pasión Nada le es indiferente,
de abrazarse y de fundirse; en todas partes está;
acaso porque al abrirse y sólo el amor nos da
sus pupilas luminosas, un aire de primavera,
tuvieron seres y cosas cuando la ilusión primera
la necesidad de unirse. de la vida se nos va.
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Amor es el Todo: es Por el amor a la vida
el cuerpo eterno de un dios hay lucha de enero a enero,
que quiso partirse en dos y el hombre derrite acero
para juntarse después. sudando sangre molida.
Donde una pareja ves Con la influencia crecida
fundiendo sus voluntades, de su fuerza espiritual,
no veas dos unidades el trabajo corporal
juntas por afinidad, tiene sus evoluciones
sino una sola unidad para las realizaciones
uniendo sus dos mitades. del progreso universal.
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Amor… ¿Qué cosa es amor? ¡Qué sublime es el amor
Tal vez la ley misteriosa de ese padre espiritual
que enseñó a la mariposa que es el maestro rural
el secreto de la flor. en su cívica labor!
Hoguera cuyo calor Llegar al campo, al dolor
salva de muerte al viajero de tanto niño olvidado,
que transita por sendero arrancarlo del arado
helado de invierno triste… donde mata su destino
fuerza de atracción que existe para enseñarle el camino
entre el imán y el acero. que el geófago le ha negado.
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Amor no es pedir: es dar Y por el amor también
la casa, el lecho, la mesa… el hombre se ofusca y mata
Es –según Santa Teresa– cuando la mujer ingrata
la alegría de alegrar… no le corresponde bien.
Ser feliz al escuchar Cuando traición y desdén
la risa de los felices, marchitan su amor profundo,
ver los humanos deslices cuando un loco furibundo
con el perdón más profundo, se arrebata y busca el pecho
sentir que el tronco del mundo que le ha robado el derecho
tiene en nosotros raíces. de ser feliz en el mundo.
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Hay el amor de cristal Amor de novia, embeleso
de la novia soñadora, de ternura apasionada,
embrujada por la hora calabozo en la mirada
del beso y del madrigal… para la prisión de un beso.
La espera inquieta, puntual Vemos el instinto preso
como los rayos solares, de unas inquietudes locas,
el Cantar de los Cantares un afán rompiendo rocas
en voz de aire sedeño, de vigilancia y cuidado,
y la embriaguez de un ensueño cuando no se ha realizado
constelado de azahares. el impacto de dos bocas.
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Hay el amor a la esposa, La esposa se da en amor
la sed joven que disfruta como en caminos la vida,
la realidad de la fruta cuando es bien correspondida
y la ilusión de la rosa. por su firme adorador.
Mas, cuando madre amorosa Pierde todo su esplendor
la mujer se nos ha dado cuando la traición la hiere;
en el hijo bien amado es un amor que requiere
que hablará con nuestro dejo justa reciprocidad,
el Amor es un espejo porque sin felicidad
vivo que nos ha copiado. se enferma, se agrava y muere.
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Madre –tierra que se inunda La madre siente un amor
de savia, vibra y florece–: hondo y desinteresado:
tu hijo es un árbol que crece diríase un cuerpo alado
desde tu entraña fecunda… para un vuelo superior:
Pero su raíz profunda se crece junto al dolor,
se ha quedado en tu matriz: ante el pecado medita;
por eso no eres feliz es esa fuerza infinita
si tu hijo llanto derrama: que el tiempo no la consume;
golpe asestado a la rama rosa que se da en perfume
siempre duele a la raíz. hasta después de marchita.
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Amar a un hijo es amar Amar a un hijo es saber
nuestra carne, nuestros huesos; que todo no se ha perdido,
es como ver nuestros besos que el árbol viejo y rendido
con el milagro de andar. en otro empieza a crecer.
Y el padre que ve enterrar Verlo jugar y correr
a un hijo inmóvil y frío, es empezar a vivir…
es un pájaro sombrío ¡qué dicha verlo reír,
que en un dolor de ala mustia porque en su risa inocente
se pone a volar su angustia se está abriendo una simiente
al pie del nido vacío. de luz para el porvenir.
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Para que con nuestra huella Amor grande el que yo siento
se torne cristal el lodo, por aquella madre anciana,
hay que amar: amarlo todo, desde allá con una cana
desde el gusano a la estrella. me iluminó el pensamiento.
La fulminante centella Levántate, monumento
se hará un suave resplandor; de luz, de esperanza y fe;
la espina se hará una flor, mirarte es saber por qué
el erial se hará una huerta, nadie tanta luz expande…
cuando no quede una puerta Allá está el amor más grande
cerrada para el Amor. del mundo, puesto de pie.