14 de mayo de 2019

LA NECEDAD DE UNA GUERRA

LA NECEDAD DE UNA GUERRA

“Sólo los muertos han visto el final de la guerra”.

(Georges Santanya, en Soliloquies in England)

El orbe gris se encapota
y pinta tormenta el cielo,
hay un coraje de hielo
en la intemperie, que azota.
Del alma, certera brota
una capa que se aferra
y aunque el temporal se emperra
en dañarme y destruirme,
sigo en mis principios firme
desaprobando la guerra.



Imperio de la maldad
de un monstruo que fiero muerde,
un fantasma en ropa verde
que roba con libertad.
La guerra es la necedad
que a la vida pone precio,
disfraza a un niño de recio
mientras su alma se desangra,
y el pueblo su herida sangra
culpa de un tirano necio.



La guerra deja una marca
que hace al combatiente endeble,
es una herida indeleble
que en la locura lo enmarca.
Trampas que pone la Parca
llevando al hombre al horror,
la guerra es un vil tumor
de origen nacionalista,
prefiero ser humanista
y preso como infractor.



La guerra es un sinsentido,
mentirosa propaganda,
pues la ordena el que la manda
pero él mismo está escondido.
Cuervos de luto han graznido,
huele a pólvora la tarde,
mientras la firma cobarde
que decreta ir a la guerra
de nuevo a otra madre aterra:
¡Dios! De esto libre y guarde.



© Rubén Sada. 13/05/2019.