7 de julio de 2015

ESCRIBO PORQUE...



ESCRIBO PORQUE


Me preguntas, ¿por qué escribo?
La sangre surca en mis venas,
siento alegrías y penas
y mi espíritu está activo.
Mis pensamientos cultivo,
mis sentimientos afloran,
y si mi alma ríe o llora
se enaltecen mis ideas,
que, como brillantes teas
me dan luz a toda hora.

Dos cosas debe tener
el hombre, en su vida adulta,
para una existencia culta
y el amor nunca perder:
Arraigado ya su ser,
nunca olvidar sus “raíces”,
aprender de cicatrices,
volver siempre a despegar,
con “alas para volar
que le dan días felices.

Y eso me da la escritura:
poder despegar en vuelo,
alejándome del suelo,
un vuelo de arte y cultura.
Cada verso que procura
acercarse al buen lector,
es el mentado motor
del pensamiento profundo,
los libros cambian el mundo
y los crea el escritor.

Por eso, escribiendo sigo,
pero es que ante todo, leo,
y también, lo que yo veo
lo estudio y lo investigo.
La inspiración la consigo
si no quedo indiferente
al padecer de la gente
y si soy un ser sensible,
será algo casi imposible
que se seque mi vertiente.

Mi espíritu es como el viento,
también esparce semillas
que maduran en gavillas
y ofrecen pan al hambriento.
Pues, letras son alimento
y el nutriente se propaga,
diezmando dolor y llaga
del hambre y de la maldad,
la ignorancia es enfermedad
que infecta como una plaga.

Escribo porque en mi alma
brilla el sol de la poesía,
bien alto y con jerarquía
es la antorcha en diestra palma.
Palabras que me dan calma,
si las pongo por escrito,
se transforman en el grito
de los que no tienen voz,
¡grito que escucha hasta Dios
llega al lejano infinito!

Rubén Sada - 25/06/2015


Ver poema del año 2008 "Por qué escribo" aquí.

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