14 de mayo de 2014

ME DIJO VAGO

vago


ME DIJO VAGO

I

Me dijo vago, ¿por qué?
Porque la noche me llama
y le disparo a la cama...
¡Si con eso no pequé!
Que a la luna coloqué
en lugar del astro Sol.
Me sobra con un farol
pa' ver lo que me interesa,
no sólo encierra pureza
la hermosura de un crisol.

II

Porque me gusta sentir
los tacos de mis zapatos
que van goleando el asfalto
cuando regreso a dormir.
O me emociona el oír
de algún cachorrito el llanto
y la ternura del canto
que pa' que se duerma escucho,
mientras me paro y el pucho
que se me cayó levanto.

III

Se me ha caído y tal vez
a propósito lo hice,
pa' escuchar bien lo que dice
ese himno a la niñez.
Soy vago porque a las tres
de la mañana camino
a veces con gusto a vino
en la boca todavía
y prosigo por la vía
que me ha marcado el destino.

IV

Porque me paro y converso
de noche con las estrellas
y conversando con ellas
a veces les digo un verso.
Porque pienso en los perversos
inhumanos sentimientos,
mientras me acaricia el viento
con suavidad los oídos,
trayendo como un gemido
o algún lejano lamento.

V

Porque al llegar a mi casa
me santiguo allá en la puerta
mientras que lejos su alerta
un perro ladra al que pasa.
Porque me queman las brasas
de ese sol brillante y diurno,
si nací pa' ser nocturno
a quién le puede importar,
si me gusta trasnochar
hasta que llegue mi turno.

VI

Porque al entrar a la pieza
le doy un beso al cachorro
que hace rato está de atorro
y me embriago en su pureza.
Porque inclino la cabeza
ante la foto de mi vieja
y un beso mis labios dejan
en aquella medallita,
recuerdo de la viejita
y que de mí no se aleja.

VII

Y que soy vago, me dijo,
qué me puede importar
lo que usted quiera pensar
si soy orgulloso hijo
de esa bohemia que fijo
en mi camino nochero.
Nací pa' ser callejero,
a ninguno le hago daño
y ya son muchos los años
que llevo ese derrotero.

VIII

Señor, vaya, acuéstese,
hora es que piense en dormir,
que yo voy a proseguir
tomando pues tengo sed.
Pero sabe que sed es
de bohemia, de lirismo,
de bondad sin egoísmo,
de noche, luna y estrellas,
a quien confío mis querellas
y donde me hallo a mí mismo.

Juan Arrestía