16 de septiembre de 2009

HA ANOCHECIDO EN MEDIODÍA


HA ANOCHECIDO EN MEDIODÍA

 

Y así lo dijo hace siglos, el Viracocha Pachaya,
que sin duda había escuchado la profecía de los mayas,
pues algunos años antes hubo conquistas hispanas.
Y así lo auguró el Inca, en quechua, con sus palabras:


“Vendrán monstruos desde el mar, que nos quitarán el alma:
Hombres pálidos, barbudos, dejarán tierra asolada,
vestirán ropa de hierro, que se abre y se desarma
tendrán tubos que vomitan un fuego que hiere y mata.”

Y llora su imperio el Inca, el Gran Inca Huáyna-Cápac,
y entre dos hijos guerreros, el territorio se rasga.
Llega guerra fratricida que los divide y desangra
entre dos hermanos Cápac: Huáscar y Atahualpa.


Y este ahora es capturado en su tierra, Cajamarca,
por Pizarro y demás hombres sobrevenidos de España.
Apresado allí Atahualpa promete pagar fianza:
Una sala llena de oro, y dos de valiosa plata.

Corren los incas, prestos a salvar a su monarca,
Llevando puras riquezas para llenar dichas arcas,
Y así queda desolado y vacío el Quri Kancha,
porque a Europa llevan todo y lo que queda lo arrasan.

Llora, Atahuallpa llora, duele la traición blanca
y llora también su muerte su esposa la Schyri Pacha,
mientras los conquistadores le instituyen pena máxima,
poniendo fin al imperio y a la cultura incaica.

La rapiña hoy continúa, quinientos años no es nada,
en el Imperio del sol hoy siguen sudando lágrimas
que se transforman en oro saqueado de las montañas,
pues viene otra vez Pizarro, ¡esta vez viene con máquinas!

Y se repite la historia del saqueo y las desgracias,
en este pueblo amerindio, Quito, Cuzco y sus comarcas.
Es tan solo un corto instante para las garras del águila.
¡Viene de nuevo la muerte! ¡Defiéndenos Atahualpa!

¡Libérate de los garfios! ¡Despierta ya, Abya Yala!
¡Que no exista desunión entre naciones hermanas!
Que cese ya la rapiña, y grite al ultraje: “¡Basta!”
Es la noche en mediodía… ¡Chaupi Punchapi Tutayarca!

© Rubén Sada, 11-09-2009.