20 de enero de 2009

ROMANCE PARA SUS ROSTROS



Foto gentileza: Exposición de Melisa Brunovski (Quilmes, Buenos Aires, Argentina)

ROMANCE PARA SUS ROSTROS


Al vivir mi breve vida,
yo puedo ver muchos rostros:
El simpático, agradable,
o el de miedo y horroroso.
Rostros que dicen verdades
solo al destapar un corcho,
y otros donde la vergüenza
les pinta el cutis de rojo.
Los del pícaro inocente
y del hipócrita cósmico,
rostros de gran frustración,
rostros de esfuerzo exitoso.

Rostros veo cada día
y ¡qué bien que los conozco!
Terciopelos de silencio
que gritan áspero abrojo:
Los de millones de pobres
en pantanos del oprobio,
lodazales de indigentes
que siguen mordiendo el polvo.
De obreros desocupados
que ya no saben el cómo,
de longevos en geriátricos
surfeando su tiempo solos.

Rostros veo cada día
con desconsuelo en sus ojos,
de jóvenes maltratadas,
niñas robadas por ogros.
De infantil tarea esclava
con azotes en el lomo,
de países invadidos
por el color de su oro.
De inocentes en batallas
atravesados por plomo,
de atentados terroristas
en el nombre de un apóstol.

Pero hay diabólicas caras,
rostros que yo ni conozco,
con formas de grandes números
ceros, y firmas al dorso.
Las que a naciones condenan
al futuro más monstruoso,
fauces de tipos sonrientes
que tienen garras de monstruo.
Hay quienes siembran la muerte
en vez del trigo precioso
e inicuos que coleccionan
la deshonra en cada pozo.

Hay los que en burda mentira
estafan con fraude y dolo,
de firmas contaminantes
que van derritiendo al polo.
Mercenarios de la paz
con el alma de Pinocho,
cuyas grotescas caretas
muestran amor y dan odio.
Rostros de lana de ovejas 
pero esqueleto de lobos, 
y otros blandos como el pan 
pero titanio en los bronquios. 


Son actores responsables
maquillándose de gozo,
son comedia y son tragedia
de este circo bochornoso.
¿Qué haría por comprender
tantos diferentes rostros?
Yo quisiera conocerlos:
¡mirarlos bien a los ojos!
En sus palabras quizás
no encuentre algo meritorio,
pero un rostro bien mirado...
¡Un rostro lo expresa todo!
 

© Rubén Sada. 19-01-2009.