2 de junio de 2007

¿MUJER OBJETO?


¿MUJER OBJETO?

¿Mujer objeto? ¡No quieres serlo! 
Por eso te daré estos consejos... 
mis palabras te dirán lo que siento 
mis versos aclararán tu pensamiento 
pues yo no te considero un objeto 
sino un alma de carne y hueso. 

Los objetos no sienten ni razonan, 
solo son cosas con diferentes formas. 
Tú eres una increíble persona, 
que me entiende y que reflexiona. 
No juegues tú con mi cariño, 
pues los juguetes son objetos de niños. 

¿Acaso eres un robot programado, 
o un invento de la ciencia? 
¿Una computadora, un tamagochi, 
sin sentimiento y sin conciencia? 
¿Sabías que la única que no ama 
es la mujer cibernética? 

Entonces, para no ser objeto haz esto: 

Deséame, pues los objetos no desean, 
ni se les eriza como a ti la piel tersa. 
Háblame, pues los objetos no hablan, 
nunca me dirigieron la palabra. 
Bésame, pues los objetos no besan, 
ni me inspiran estas palabras poéticas. 

Ámame, pues los objetos no aman, 
con peluches no me acuesto yo en la cama. 
Acaríciame, pues los objetos no acarician 
con tu suavidad de una cálida brisa. 
Mímame, amor, pues ningún objeto mima, 
y además por ninguno daría yo la vida. 

Si sigues haciendo conmigo todo esto, 
nunca serás considerada un objeto, 
serás mi vida, la mujer que yo deseo. 
Mujer objeto, escucha lo que prometo, 
pues yo también haré contigo todo eso 
porque ya me cansé de ser un "hombre objeto". 

© Rubén Sada. 28/01/2007.