Hoy siento alguna tristeza al oír lo que no es cierto, y escuchar con desconcierto lo que blanden con dureza. Responderé con franqueza pues la escritura es mi guía, la esgrimo con gallardía desde mi garganta y pulso, ¿cómo es que alega el insulso “que no tenemos poesía”?
Como poetas fecundos somos semilla del orbe que germina y luego absorbe luz de estrellas y otros mundos. Somos instantes, segundos de fugaz inspiración nacida en un corazón que con valiente hidalguía utiliza poesía, voz, metáfora y canción.
Aunque tenga un rico acervo o la décima sea pobre, aunque brille como el cobre o aunque tenga gusto acerbo... Puliremos nuestro verbo con vital filosofía, tienen celeste energía los cielos que nos bendicen, ¿y cómo es que algunos dicen que no tenemos poesía?
Yo actúo con rapidez como una estrella fugaz,
no estoy preso en Alcatraz, soy libre del uno al diez. Diez versos con sensatez, con métrica y melodía, son el camino que guía y os invita a que otros pisen, ¿y cómo es que algunos dicen que no tenemos poesía?
¿Qué solemos disparar? ¡Palabras prefiero a balas! Verbos prefiero a bengalas, metralletas de rimar. Luego pongo en el altar versos de categoría, de amor y de rebeldía que maldicen, que bendicen, ¿y cómo es que algunos dicen que no tenemos poesía?
Venenosa y elitista es la décima mal hecha, la pinta como derecha alguien que se llama “artista”. Pero de ser buena, dista, es incomprensible y pésima, no se entiende una milésima y a escribir bien se resisten, equivocados, insisten: “no es poesía la décima”.
Es un arte el repentismo, eso sí, señor, lo sé, mas, para quien no lo ve, tampoco verá el abismo. Su mente tiembla en un sismo y el sol da niebla a su cara, nunca bebe el agua clara de auténtica poesía, si no absorbe fantasía en la espinela malara.
Le va inundando el latido al insigne repentista, el aplauso hacia el artista, y el aprecio recibido. Es el mejor consentido, el más elegante traje que le imprime más coraje para decir lo que siente, y el respeto de la gente es el más lindo homenaje.
Nada más triste que un titán que llora, hombre-montaña encadenado a un lirio, que gime fuerte, que pujante implora: víctima propia en su fatal martirio.
Hércules loco que a los pies de Onfalia la clava deja y el luchar rehusa, héroe que calza femenil sandalia, vate que olvida a la vibrante musa.
¡Quien desquijaba los robustos leones, hilando esclavo con la débil rueca; sin labor, sin empuje, sin acciones; puños de fierro y áspera muñeca!
No es tal poeta para hollar alfombras por donde triunfan femeniles danzas: que vibre rayos para herir las sombras, que escriba versos que parezcan lanzas.
Relampagueando la soberbia estrofa, su surco deje de esplendente lumbre, y el pantano de escándalo y de mofa que no le vea el águila en su cumbre.
Bravo soldado con su casco de oro lance el dardo que quema y que desgarra, que embista rudo como embiste el toro, que clave firme, como el león, la garra.
Cante valiente y al cantar trabaje; que ofrezca robles si se juzga monte; que su idea, el mal rompa y desgaje como en la selva virgen el bisonte.
Que lo que diga la inspirada boca suene en el pueblo con palabra extraña; ruido de oleaje al azotar la roca, voz de caverna y soplo de montaña.
Deje Sansón de Dalila el regazo; Dalila engaña y corta los cabellos. No pierda el fuerte el rayo de su brazo por ser esclavo de unos ojos bellos.
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
más se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
CINCUENTA FORMAS DE DECIR
QUE ESTOY LLORANDO POR TI
1. Desde el río de mis ojos brota un mar de lágrimas.
2. El frío de mi alma deshiela llanto y aflicción.
3. Mi tormentosa visión vierte agua y sal.
4. Llueve mi rostro sin consuelo ni refugio.
5. Truenos en mi mente desatan tal tormenta, que…
6. La niebla de mis párpados se torna espesa.
7. Se encharcan mis cuencas.
8. La borrasca nubla mis ojos…
9. Mis ojos son aguacero sin calma.
10. Este aluvión líquido en mis mejillas, me produce irritación.
11. Mis pupilas de mar gris.
12. En mis ojos se cristaliza la sal del recuerdo.
13. Un océano de dudas se vuelca en mis lagrimales.
14. Esta nieve de agua ocular, tiene el frío de mi alma.
15. Siento el crepitar de la lluvia en mis cansados párpados.
16. Mis dos cristales rotos derraman angustia.
17. La sal se tornó agua en mis mejillas.
18. Mi herida vuelca sangre transparente desde el alma.
19. Un manantial inagotable de llanto y tristeza.
20. Al derramarse el río de mis ojos, mi espíritu es un desierto.
21. Agoniza mi visión, derramándose en tristes versos.
22. Mis pestañas de sauce lloran a la vera de un río de lágrimas.
23. Un charco de agonía inunda mis mejillas.
24. Al lavarse mis pupilas veo todo más claro.
25. Mi angustia líquida es un manantial en mi alma de piedra.
26. Mi pañuelo es una venda para mis lastimados párpados.
27. Mi rostro bañado en plata, en la hojarasca de mi alma.
28. Mis ojos, afluentes de emociones que brotan desde la piedra.
29. Sendas cicatrices líquidas afloran de mi vista.
30. Una vista desenfocada por el agua turbia de la angustia.
31. Mis ojos son un piélago de tristeza.
32. Mis ojos salados.
33. Las gotas de mis ojos son remedio a mis desventuras.
34. Llueve desde el cielo de mi mente tormentosa.
35. El hilo transparente desovillado en mis ojos.
36. Mis lágrimas son el río donde navega el barco de mi desilusión.
37. Desde mis ojos brota el flujo amargo del recuerdo.
38. Del cielo gris de mi mente brota la lluvia del desconsuelo.
39. El cristal de mis ojos se opaca en vidrio.
40. El oleaje furioso de mi pecho es una cascada en mi rostro.
41. El canario de mi jaula mental se ha convertido en urutaú.
42. La alegre melodía de mi alma es hoy endecha en mi cara.
43. Océanos de congojas que mojan alma y rostro.
44. Una angustia líquida que desciende hasta mis hombros.
45. Mi tristeza destila sollozo y desconsuelo.
46. La laguna de mis ojos es la depresión de mi alma.
47. Mi mirada es una vertiente de súplica y sollozo.
48. Mi atribulado alambique mental destila puras lágrimas de sufrimiento.
49. Se purifica mi atribulada alma en este crisol de lágrimas.
50. Una catarata de aflicción corre en mis mejillas.
Autor: Rubén Sada.
"En la literatura se distinguen dos tipos de escritura: La "funcional" y la "creativa".(Marcelo Di Marco)
Es en esta última que precisamente incursiona el escritor.
¿ESCRITURA FUNCIONAL O ESCRITURA CREATIVA?
El redactor de una noticia en un periódico, o diario, no necesita dar vuelo poético a su noticia. En el caso de describir un accidente, podría expresar que "los familiares de la víctima están llorando en desconsuelo" y cumplir bien con su misión. Se trata de un estilo de escritura "funcional" donde simplemente “se narra lo acontecido, relatando los hechos” lo más exacto y real que fuera posible.
ESCRITURA CREATIVA.
En el caso de un escritor o poeta que quiera describir el mismo accidente pero dándole a su relato o cuento un "vuelo poético" o "vuelo literario", no es conveniente que se limite a "describir" en forma simple el suceso, porque esto lo puede hacer cualquier persona sin necesidad de ser "escritor". Lo conveniente es agregar al suceso palabras que lo conviertan en poesía, aún sin serlo. Para eso tenemos la gran ayuda de la "metáfora".
En el ejemplo que doy arriba, redacté 50 metáforas diferentes sobre el llanto, aunque no conviene usar más de una o dos en el mismo párrafo. De cada una surge la creación de una imagen poética o literaria, lo que ayudará a un texto cualquiera a pasar de ser "funcional" a ser "creativo" o "poético" con el simple agregado de unas cuantas “imágenes creativas”.
“Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.”
Poema 14 de Pablo Neruda.
(De “20 poemas de amor y una canción desesperada.”)
Esta tarde es nuestra cita camino de los cerezos, pensando decirte ‘eso’ mi corazón ya palpita. Mas, no sé con qué palabras expresarte lo que siento, porque es este sentimiento más grande que una montaña. Brindaremos con champaña y en idioma castellano no existirá un vocablo que describa este amor santo, por eso es que con mis manos, y en un ramo de caricias, abrazaré las delicias de poseer tus encantos. En esta senda bendita con destino de frutales se olvidan todos mis males, recordando aquel camino, y bajo un cerúleo cielo nos unimos de embeleso, y con un profundo beso sellamos nuestro cariño. ¡Se inquieta nuestro universo, a medida que la tarde avanza, y los versos arden queriendo salir del pecho! Y en este encuentro anhelado, camino de los cerezos, con pasiones te confieso: “¡De ti estoy enamorado!”