30 de abril de 2014

LA CULPA LA TENGO YO

padre y madre con hijo adolescente


LA CULPA LA TENGO YO

I

La culpa la tengo yo,
salí pa' afuera y pensaba.
El purrete no llegaba
y la culpa la tengo yo.
La verdad que me fayó,
le dije 'vení temprano'
porque soy como un hermano
con el pibe, les prevengo,
es el único que tengo
y él me labura de afano.

II

Mi señora me rezonga:
"Vos le das todos los gustos
y yo no gano pa' sustos,
¡si la sabré esta milonga!
Es preciso que te pongas
un poco más riguroso,
todavía es un mocoso
y no va a hacer lo que quiera"...
¡Dios mío! La que me espera,
yo la escucho y me hago el oso.

III

Salí pa' afuera y pensaba:
'Mi vieja fue así también.
Si no caminaba bien
sabés cómo me chillaba'.
Mientras mi viejo escuchaba
y mi viejo fue polenta;
hoy que pasé los cuarenta
y hace tanto tiempo de esto,
me acuerdo y me encaja el pesto
el cuore sin darme cuenta.

IV

Cuando el purrete llegó
me dijo que se entretuvo,
y ¡quién doce años no tuvo!
La verdad me desarmó.
Bastante bien me explicó
de que eran lindos los juegos,
decime, vos, si le pego,
¿estaba bien, te parece?
Y vos sabes que ellos crecen
dejando de ser borregos.

V

Andá pa' adentro; largá,
arréglate como puedas,
yo me quedé en la vereda
sonriendo al escuchar:
¡Al final, vas a ganar
que no te dejen salir!
¡Vos me vas a hacer morir
mocoso de porquería!
Yo escuchaba y sonreía
y sabes, creía sentir.

VI

La voz de mi viejecita
-ella también lo decía-
¡qué lejos están los días
de esa infancia tan bonita!
Y cayó la tardecita,
debió pasar un buen rato
y vos sabés que estos fatos
uno los tiene sobrados,
el punto salió cambiado
haciéndose el pobre gato.

VII

¿Cómo, che? ¡Ya te piantás!
"Y... mamá me dio permiso"...
Después del lío que hizo
¡Qué bien que te la arreglas!
Agarró y se fue, no más,
la culpa la tengo yo.
Macanas, allí talló
el corazón de la madre
que le echa la culpa al padre
cuando el pibe les falló.

VIII

Así son todas, es justo,
¿cómo querés que ellas sean?
Gritan, rezongan, pelean,
que la matan a disgustos.
Los hijos somos injustos
porque ellas, las madrecitas,
quieren ser siempre ¡mamita!
Que cuando éramos borregos
hamacaban junto al fuego
¿no es cierto? nuestras cunitas.

IX

La culpa la tengo yo...
¡qué voy a tener la culpa!

Autor: Juan Arrestía - Poeta de Quilmes

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